Entrevistas

Ezequiel Fernández Moores: “Bonavena no era simplemente un boxeador”

A 24 años de su publicación y a cuarenta años del asesinato en un burdel de Nevada del que, tal vez, sea el mayor ídolo boxístico de nuestro país, vuelve con una “edición de autor” Díganme Ringo. Vida y obra de Oscar Bonavena, del periodista Ezequiel Fernández Moores. “Ringo no fue campeón mundial, su estilo […]

efmA 24 años de su publicación y a cuarenta años del asesinato en un burdel de Nevada del que, tal vez, sea el mayor ídolo boxístico de nuestro país, vuelve con una “edición de autor” Díganme Ringo. Vida y obra de Oscar Bonavena, del periodista Ezequiel Fernández Moores.

“Ringo no fue campeón mundial, su estilo carecía de sutilezas, perdió sus peleas más recordadas y, muchas veces, fue más hábil con la lengua que los puños. Sin embargo, su nombre tiene una estatura mítica que acaso ninguno de los grandes campeones mundiales del boxeo argentino alcanza a igualar, tanto por su vida extravagante como por su violenta muerte en los días de plomo de 1976.

Boxeador, cantante, modelo, showman, personaje y comparsa del jet-set, Bonavena fue ante todo un producto inventado por sí mismo”, expresa Fernández Moores en un pasaje de la obra, donde con su estilo inconfundible recorre la vida “del peso pesado de pies planos que irritó y fascinó por igual a las masas con sus triunfos deportivos, sus declaraciones extraboxísticas y su voz aflautada cantando el Pío Pío”.

Para indagar en las características del ídolo, pero también para conocer las íntimas razones de reedición de la obra, Palabras dialogó con su autor, Ezequiel Fernández Moores.

¿Por qué 24 años después de su primera edición vuelve “Díganme Ringo”? 

Hacía tiempo que proyectaba volver a editarlo, y tenía varias propuestas para eso, pero no lo hacía nunca. Lo que finalmente me animó fue ver el recorrido de un libro de viajes por el mundo que lanzó y editó de manera independiente mi sobrina junto a su pareja. Frente a eso me dije: yo a este libro le tengo mucho cariño, y lo siento muy mío, por algo no lo quise volver a firmar por una editorial, entonces ¿qué mejor que sacarlo por mi cuenta?

Así llegué a esta edición de autor, que me permite manejarlo con otros tiempos, mis tiempos, que son muchos más humanos que los de cualquier empresa, algo que tiene mucho de gusto personal también.

¿Qué cambió en el proceso de reedición?

El libro llega con un prólogo muy largo, nuevo, un epílogo renovado, y varias actualizaciones más dentro del relato. Sin embargo, el resto de la historia, se mantiene.  Algo extraño, ya que hoy leo una nota que escribí ayer y, como nos pasa a todos, la quiero cambiar. Entonces, frente a un libro que escribí hace 20 años, lo natural es eso, querer cambiarlo, no porque el libro sea un desastre, sino porque uno cambia y escribe de otra manera.

Sin embargo, con esta obra sentí que estaba bien así, algo que creo se relaciona mucho con que mi mirada sobre el personaje no cambió, Ringo es para mí una figura increíble, que resiste a los años, un tipo de un barrio de tangueros que hoy es recordado por los metaleros, y que a partir de la transmisión de padres a hijos, logró que el “aguante Bonavena”, continúe vigente, sea algo de los pibes.

¿Para quiénes no lo conocen, cómo presentarías sintéticamente a Ringo?

Una de las mejores definiciones sobre Ringo no es mía, sino de Martín Becerra, que alguna vez afirmó: “Bonavena fue mediático antes que se inventara esa palabra”. Era una persona terriblemente mediática, conocía el poder de los medios, y jugó mucho con eso, era mucho más que un boxeador. Veinte años atrás cuando escribí la obra, y hoy con esta reedición, sigue sorprendiéndome mucho su conciencia sobre el poder de los medios, en un momento donde eso no estaba para nada claro.

¿Además de su visión sobre el poder mediático qué otras cosas consideras centrales para que Ringo continúe siendo un ídolo popular?

Hay cosas que solo el tiempo ayuda a medir, porque, obviamente, hay muchos ídolos populares que han tenido reconocimientos muy fugaces, solo aquellos 15 minutos de fama de los que habla Andy Warhol. Si solo sos mediático, la cosa no funciona en el tiempo porque no se sostiene, pero Ringo sostenía todo en el ring, ganara o perdiera, dejaba todo ahí, tenía una enorme habilidad  para bancarse las piñas de tipos que posiblemente eran mejores que él. Era un guapo, y esa sensación prendió mucho en mucha gente.

Cuando Ringo muere se realiza un entierro popular y multitudinario, frente a eso, Rodolfo Terragno, en la revista Cuestionario, que ya estaba cerrando por el golpe, se preguntaba: ´¿tanto dejó este tipo, si finalmente, era simplemente un boxeador?´ Yo creo que Terragno ahí se quedó corto, porque Bonavena no era simplemente un boxeador, era algo más, por ese vínculo que logró  trazar con los medios y con la ciudad de Buenos Aires, un lazo  muy fuerte y muy intenso, que además él conocía muy bien.

¿Y más allá de los detalles de la crónica policial cómo analizas su final?

Yo creo que el ocaso de su carrera, algo sobre lo que tenía plena conciencia, debe haber jugado algo, pero centralmente creo que el problema allí fue que Parque Patricios se le expandió al mundo, y él no estaba en Parque Patricios, estaba en Reno, en la casa de un mafioso vinculado a la prostitución y al juego, intentando seducir a su mujer.

¿Cómo viene funcionando esta nueva etapa independiente de Diganme Ringo? 

Creo que muy bien. La gente lo busca y lo compra, y yo estoy contentísimo, porque no es lo mismo comprar un libro que ves en la vidriera de una gran librería de la calle Corrientes, que éste, que no está ahí. Además, y especialmente, disfruto mucho de los tiempos tan distintos que te permite este tipo de edición, porque esto no es una carrera de cien metros, algo ideal para un libro que considero atemporal, con el que no importa agotar en la primera semana.

 

Para conseguir Diganme Ringo se puede ingresar a  http://libros.periodistasviajeros.com/ o escribir a diganmeringo@gmail.com