Para los amantes de los vinos, visitar viñedos y bodegas en distintos países es el viaje soñado. Actividades diversas exceden a la cata y degustación de la amada bebida, y las visitas a los viñedos en distintas regiones del mundo ofrecen muchas oportunidades para aprender más acerca de la producción local.
La mejor manera de conocer y empaparnos en las tradiciones de cada terruño y la riqueza de sus técnicas, es a través de la mirada y el contacto directo con los viticultores. Para muchos especialistas el verdadero sabor de cada vino se obtiene degustándolo con los pies en la misma tierra donde crecen esas vides. Por esta razón te proponemos un recorrido por los mejores destinos donde planificar un viaje centrado en los vinos.
Las rutas vinícolas del Viejo Mundo vs. el Nuevo Mundo
Esta es una de las primeras disyuntivas a la hora de comenzar a planificar un viaje con esta temática. Ciertamente no debería serlo porque en cada uno de estos polos podés encontrar auténticas maravillas.
Pensamos en los vinos del «Viejo Mundo» y automáticamente se nos viene en mente Italia, Francia, España, Grecia, Alemania y Portugal. Poblaciones que han estado ligadas a la producción de vinos por varios miles de años. Inclusive, saliendo de Europa, la región del Cáucaso, es reconocida como la cuna del vino, en la actual Armenia, Azerbaiyán, Georgia y regiones de Irán, Rusia y Turquía.
La conquista del «nuevo Mundo» también sembró el germen de muchas regiones vitícolas en gran parte por la diversidad, cantidad y riqueza de las tierras cultivables. Las vides se propagaron desde Australia y Nueva Zelanda hasta los Estados Unidos y Sudamérica, pasando por Sudáfrica.
Nuestro viaje por los viñedos del viejo continente también está íntimamente relacionado a las vía fluviales, a través de las cuales la vida mercantil y las vides se desarrollaron. Especialmente si pensamos en el Rin, el Danubio o el Mosela Europa central; el Ródano, el Saona, el Garona y Dordoña a través de Francia ; y el Duero en Portugal y España.
Francia y sus vinos
Este hermoso país nos ofrece la posibilidad de recorrer tres de sus regiones vinícolas navegando sus ríos: la Provenza, Borgoña y Burdeos.
En el sur del país, la Provenza es un destino de visita obligada para los amantes de los vinos rosados. Y es que aquí están los mayores productores a nivel mundial de esta variedad, resultando el 88% del total producido en sus viñedos. La tradición vinícola tiene más de 2500 años de antigüedad desde que los antiguos griegos fundaran Marsella en el 600 a.C. Por supuesto toda esta provincia es un lugar mágico para visitar con su historia y cultura, los campos de lavanda y su típica cocina, así como el lujo y el sol en la Costa Azul. Marsella es un buen punto de partida para comenzar el recorrido. Navegando por Ródano hacia el norte, en la misma Lyon, este río se abre hacia el Saona, que atraviesa el corazón del Beaujolais, el Chablis y los Pinot Noir.
Al suroeste de Francia, otro de los destinos ideales para los amantes del vino, la región de Burdeos. Su historia en la elaboración del vino se remonta a mediados del siglo I, donde fue introducida por los romanos. Cerca del 90% de la producción es de tintos elaborados principalmente con uvas Cabernet Sauvignon y Merlot. De hecho, estas cepas se originaron en esta la región.
Los viñedos más antiguos de la región están en Sauternes y Graves. Es tanta la historia de los vinos de Graves que un dicho popular cita que «beber una copa de este vino es como beber parte de la historia de Francia». Sauternes es un lugar ideal para apreciar los efectos del micro clima único de esta zona, y donde se pueden probar las uvas directamente desde las vides. Esta es una oportunidad de descubrir en directo cómo estos ricos suelos influyen en los sabores sutiles y en el dulzor final de los vinos que se producen allí.
Una manera de visitar estas dos regiones, son los increíbles cruceros fluviales por el Ródano y Saona; y el Garona y Dordoña; con itinerarios desde Lyon, Arles y Burdeos. También por vía acuática, pero marítima, todos los años varias líneas de cruceros ofrecen itinerarios que navegan por las costas de la Normandía hacia Burdeos y cruzando por el Atlántico hacia el Mediterráneo.
Italia: mucho más que el Chianti
Desde el norte hasta el talón de la bota, Italia entera produce increíbles vinos. Será por eso que visitar viñedos y las degustaciones es una actividad casi obligada cuando se viaja por este país. Existe una gran diversidad de opciones, desde tintos muy intensos hasta blancos espumosos, y en consecuencia, los amantes del vino encontrarán siempre algo que les guste en Italia.
Si hablamos de tintos, los favoritos se encuentran en el Piamonte y la Toscana. De gran ayuda a la hora de organizar un viaje es recordar «las 3 B»: Brunello, Barolo y Barbaresco. Los vinos Brunello di Montalcinose producen en la región que rodea la ciudad toscana de Montalcino y están hechos con uvas Sangiovese. Los vinos Barolo y Barbaresco provienen de diferentes partes de Piamonte utilizando uvas Nebbiolo. Los tres están entre los más aclamados de Italia.
Tanto es lo que Italia ofrece en la materia que algunos de ellos se han hecho extremadamente populares en todo el mundo. Es el caso del Chianti de la Toscana. Desde hace unas décadas, especialmente desde 1970, han nacido en la región los conocidos como «super tuscan», elaborados con uvas diferentes a la variedad Sangiovese, como el Cabernet Savignon y el Merlot. Estos nacieron en respuesta a las estrictas regulaciones sobre lo que podría clasificarse un vino como Chianti.
El sur de Italia también tiene mucho por ofrecer, y el suelo fértil y volcánico de Sicilia produce vinos únicos como el Nerello Mascalese, de cuerpo liviano, o los tintos de más corpulento como el Nero d’Avola.
Aunque Italia no es tan famosa por los variedades blancas, la Toscana también ofrece algunos que bien valen la pena probar como la Vernaccia di San Gimignano. Una de las uvas más explotadas es la Trebbiano en la zona de Abruzzo con la que se producen blancos muy frutales al estilo Chardonnay. Sin embargo el Pinot Grigio es el más reconocido entre los blancos italianos, un imperdible del norte, y especialmente en la región alrededor de la provincia Friuli-Venezia Giulia.
España: Rioja, jerez, Cava y tempranillo
España no es tan reconocida como Francia e Italia por sus vinos y sin embargo es uno de los grandes productores mundiales, y el país con mayor porcentaje relativa de tierras con viñedos a nivel mundial. Hay más de 70 regiones con diversidad de climas y terruños: valles, islas volcánicas, costas soleadas y mesetas secas y cálidas.
La región más famosa es Rioja en la parte centro-norte del país. Las uvas para estos vinos se cultivan en las provincias de La Rioja, Álava y Navarra. La variedad tempranillo se cultiva en España desde los tiempos de los fenicios, y se mezcla generalmente con la Garnacha para producir vinos más suaves, frutales y con color rojo más intenso.
Existen cuatro tipo de vino de Rioja: la clásica, los de crianza, reserva y gran reserva. Los de «crianza» se han guardado en barricas de roble al menos por un año y varios meses en la botella antes de comercializarlo. Los de «reserva» son los que se elaboran con la selección de las mejores uvas de la cosecha y eso permite la guarda de al menos tres año, con un año mínimo en roble. Y los mejores, «gran reserva», para los que se separa, ya no las mejores uvas, sino las sobresalientes, y se añejan al menos dos años en roble y tres años en botella.
Los vinos espumosos del país se producen en la región de Cava, en Cataluña. Se producen blancos y rosados con un resultado menos dulce que el Prosecco y menos ácido que el Champagne. Muy cerca también podés visitar la región del cultivo del DOC Penedés, y donde cada año se lleva a cabo el festival dedicado al cine y al vino, el Most Penedés Festival Internacional.
Imposible olvidar el famoso Jerez que se produce en la costa de Andalucía, con las principales bodegas en las cercanías de Jerez de la Frontera y Cádiz.
Valle del Duero, Portugal
Portugal, y en particular la zona del valle del Duero posee la denominación de origen más antigua del mundo y su vino Oporto es uno de los más famosos. De aroma intenso y dulce al paladar, es un vino que es utilizado de muy variadas formas. La ciudad de Oporto está repleta de bodegas para visitar!
En todos los viñedos aterrazados que dan hacia el río Duero crecen las uvas que dan origen a los también populares vinos blancos, más livianos y aromáticos, el vinho verde, junto a otros tintos más cálidos y aterciopelados al paladar. Esta región ha producido vinos durante más de dos mil años. Posiblemente el mismo nombre proviene de las exuberantes colinas verdes del valle del Duero.
Portugal es un país de viticultores. Desde grandes productores a lugareños cultivan sus propias uvas sobre elegantes pérgolas en su patio trasero. Hasta 45 variedades de uva se utilizan en diversas mezclas de vinho verde. Algunas de las variedades más populares son Alvarinho, Arinto, Avesso, Azal, Loureiro y Trajadura. Si bien los más reconocidos son los blancos, los rojos también tienen lugar en Portugal.
Una visita a Oporto y la región del Duero al norte de Portugal, es un viaje increíble, no solo para los amantes del vino.
Alemania y sus regiones: Mosela, El Rin medio, Baden y Mittelrhein
Las regiones vitivinícolas a lo largo de Alemania ofrecen mucho para los amantes del vino y todos los viajeros. Historia y paisajes se funden con la cultura del vino, y a su vez con la hospitalidad de los habitantes de estos pequeños pueblos.
Las rutas del vino llevan a los visitantes a los lugares hermosos, y el país se nutre cada año también por importantes festividades y eventos relacionados a esta bebida. Y aunque Alemania es conocida por su cerveza, existen al menos 13 regiones productoras de vino reconocidas oficialmente. El otoño es un buen momento para visitar las regiones vinícolas de Alemania, ya que es cuando se celebran cientos de festivales del vino en todo el país.
La región del río Mosela (Mosel-Saar-Ruwer) es una de las más famosas en la producción del vino. Sus famosos sus viñedos, conocidos por estar entre los más empinados del mundo, se ubican a ambas márgenes del río sobre un suelo pedregoso que están expuestos al calor del sol durante largos meses. Como resultado se obtiene un vino con altos niveles de azúcar que se equilibra con la acidez aportada de los minerales. El Riesling del Mosela es uno de los vinos más populares en el mundo. También este vino se produce en la vecina región de Rheingau, con su centro en la imperdible ciudad de Rüdesheim sobre el río Rin.
Otros vinos blancos reconocidos se producen en el área de Mittelrhein o Rin medio. Basta con imaginar probar estos vinos, blancos con más cuerpo, mientras apreciamos las colinas cubiertas de viñedos coronadas con los grandes castillos salidos de un cuento de hadas.
Más al sur, la llamada región vinícola de Baden se extiende hacia Suiza, la Selva Negra y la provincia francesa de Alsacia-Lorena. Diferentes áreas cuenta con su propia personalidad, sabor e intensidad. Esta es la región más extensa de Alemania. Estos viñedos de más de 2.000 años se asientan en un suelo rojizo que determinan un sabor suave muy particular. Los viajeros también pueden probar el gran Riesling, Spätburgunder (Pinot Noir) y Portugeiser. Una región también conocida por la deliciosa comida alemana y las excelentes vistas de viñedos que parecen interminables, garantizando un viaje inolvidable.
Siempre hay más por descubrir en Alemania. Desde la región de Rheinhessen, conocida por el Liebfraumlichy por los vinos tintos ligeros elaborados con uva Dornfelder, a la región de Sachsen, que se extiende a ambos lados del río Elba. Sus vinos tienen grandes historias para contar, ya que era la bebida favoritos de algunos emperadores antes de finales del primer milenio de nuestra era.
Austria y el valle del Wachau
El valle del Wachau, en el centro del Danubio en Austria, es una de las regiones vitivinícolas más reconocidas de Europa Central. Esta es una de las razones por las que se convirtió en uno de los destinos más populares de ese país, sobre todo por los cruceros en Danubio, que visitan las ciudades de Durnstein o Kreims y la famosa abadía de Melk.
Su clima suave es bastante más cálido que en otras zonas del país, y hacen de estas colinas fértiles un terreno ideal para el cultivo de las vides, sobre todo para los vinos blancos. La producción se centra en los Riesling que se han hecho muy famosos y reconocidos en todo el mundo. Cualquiera de las bodegas ofrecen degustaciones de sus vinos blancos y de todos los productos confeccionados a base de damascos que son típicos de la región.
Podríamos continuar recorriendo Europa visitando viñedos y sus diferentes vinos. Desde Croacia a Grecia a través de toda la región del Adriático, por ejemplo. Nuestra recomendación más importante al momento de organizar este tipo de viaje: elige de acuerdo a los vinos sobre los que quieres profundizar, los que quieres probar; pero sobre todo considera esos lugares donde la historia del vino marcó la cultura de esas sociedades que los producen.