El jueves 8 de diciembre llegó a las salas de todo el país «2001: mientras Kubrick estaba en el espacio», ópera prima de Gabriel Nicoli, que aborda, tal vez por primera vez en la filmografía nacional, las marcas psicológicas y personales de la crisis política, económica y social que atravesó nuestro país por aquellos días.
“Sin golpes bajos y hasta apelando al humor”, explica el director, el film explora el impacto de la crisis desde las vivencias de tres post adolescentes, que deben hacer el ingreso a la adultez en un momento donde las certezas y los proyectos parecían esfumarse velozmente.
Para conocer algunos detalles más de la obra, Palabras dialogó con Nicoli horas antes de que 2001 comience a recorrer los cines.
¿Qué te motivó a abordar la crisis, pero indagando en su impacto individual en el universo pre adulto?
Creo que en principio mi interés se debe a cuestiones autobiográficas, yo tenía 18, 20 años en ese momento y soy parte de una generación que sin duda quedó muy marcada por esos acontecimientos. Era una época en que uno sentía que estaba todo bien, donde más allá de que muchos no teníamos demasiado claro qué hacer con nuestras vidas, estábamos tranquilos, y este sacudón hizo que muchos quedemos ahí dando vueltas, suspendidos. Un aspecto que todavía no se abordó en términos cinematográficos, pese a que toda una generación fue afectada.
¿Igualmente, a la hora de hacer el guión por qué te alejaste del típico drama psicológico y optaste por una road movie?
Es que no quería hacer una película de la crisis en particular; quería contar qué pasó con esa generación de pibes. Desde ese interés la película fue tomando forma y creciendo en mi cabeza hasta dar con el resultado final: una road movie de unos amigos post adolescentes que viendo la que se viene, y no pudiendo hacer lo que hacen siempre, buscan irse del país como sea. Una película que desnuda conflictos, sin golpes bajos, y hasta apelando al humor.
Así, con el objetivo de huir, que es también un intento de detener el paso a la vida adulta, uno de los tres protagonistas, que está especialmente harto, encuentra como posibilidad participar de un mundial de aviones de papel, que se va a realizar en Europa, pero tiene eliminatorias en el interior del país, y decide anotarse. Con auto y dinero robados a sus familias, recorren el camino que los llevará a entender que, para superar la crisis, primero tendrán que enfrentarse con ellos mismos.
¿Pese a hacer foco en el universo joven, también abordas qué pasa con las familias, con los padres?
Claro, y creo que este es un elemento de mucha identificación, porque más allá de las edades, para todos es imposible no pensar al ver la película dónde estaba uno en ese momento.
¿Cómo fue el proceso de producción hasta llegar a las salas?
La película nació ultra independiente, la filmamos en 4 semanas, comenzó como algo chico, pero creció enormemente. Cuando empecé a escribir el guión tenía 3 actores en mente, pero a la hora de filmar ya me habían crecido, y no quería pibes más grandes haciendo de inocentes, así que a través de un pequeño casting encontré a los protagonistas, que creo que son lo mejor de 2001.
Por otra parte, también están Lamothe, Jazmín Stuart y Bárbara Lombardo, actores con muchísima trayectoria, a cargo de personajes que van apareciendo en el camino, con participaciones más pequeñas, pero de gran impacto.
¿El film dura 77 minutos, a qué se debe esa elección?
Yo creo que aún cuando 77 minutos puede parecer poco, frente a los 90 a los que estamos habituados, es un tiempo ideal para una ópera prima. Por otro lado, creo que hoy muchas cosas están cambiando, los tiempos de atención son otros, y el cine se está transformando y caminado hacia estas duraciones.
Finalmente, ¿con qué películas sentís que dialoga esta obra, y cómo ves al cine nacional contemporáneo?
Yo creo que 2001 tiene un espíritu de esas road movies independientes norteamericanas, que justamente empezaron a desarrollarse en Estados Unidos a inicios del 2000, pero no encuentro correlatos concretos cercanos porque intenté dejar afuera todas las influencias, buscando ser lo más auténtico posible.
En relación al cine nacional las cosas que voy viendo son cada vez más lindas. Creo que hay un grado de respeto con el espectador que tal vez faltaba en el cine argentino clásico.
Hoy ya no se trata solo de contar lo que uno quiere y le interesa, y entiende solo uno, y tal vez su familia; sino que el cine tiene presente la mirada del otro, intenta darle algo al otro. Que la película te haga reír, llorar, reflexionar, te mueva, y no solo que te demuestre lo genio que puedo ser como director.
2001: MIENTRAS KUBRICK ESTABA EN EL ESPACIO. Una película de Gabriel Nicoli protagonizada por Alan Daicz, Malena Villa, Vicente Correa con María Onetto, Esteban Lamothe, Jazmín Stuart, Bárbara Lombardo, Iair Said y Roxana Randon.