Entrevistas

Un día en la vida del poeta Fernando Pessoa en la piel de Gael García Bernal

Hasta el 12 de mayo en el Teatro Coliseo se presenta Ejercicios Fantásticos del Yo, obra teatral protagonizada por el actor mexicano Gael García Bernal que recrea un día en la vida del poeta portugués Fernando Pessoa. “El 29 de junio de 1914, día en que se movilizaron los ejércitos en Europa para desatar la […]

Hasta el 12 de mayo en el Teatro Coliseo se presenta Ejercicios Fantásticos del Yo, obra teatral protagonizada por el actor mexicano Gael García Bernal que recrea un día en la vida del poeta portugués Fernando Pessoa.

“El 29 de junio de 1914, día en que se movilizaron los ejércitos en Europa para desatar la Primera Guerra Mundial, el poeta Fernando Pessoa perdió una cuenta en la agencia de publicidad donde trabajaba; no pudo conseguir la mano de Ofelia, su gran amor, fue rechazado por la editora de su obra poética, y tampoco pudo conquistar el Gran Premio de la Reina Victoria de Poesía. Sin embargo, ese día Pessoa escribió el primer poema del siglo XXI, y uno de los más bellos de la Historia” dice la sinopsis de la obra.

Esa anécdota, intensa y hasta inverosímil, es el centro de la trama de la obra, escrita por la dramaturga mexicana Sabrina Berman, y dirigida por Nelson Valente, bajo la producción general de Sebastián Blutrach, que cuenta con un elenco encabezado por Gael García Bernal, e integrado por Rita Cortese, Fernán Mirás, Vanesa Gonzáles, Martín Slipak, Javier Lorenzo, Fernando Sayago y Nacho Péres Cortéz.

“Dimos un triple salto mortal, y estamos tratando de caer parados”, sintetiza Sebastian Blutrach entrevistado por Palabras sobre la apuesta colectiva que implicó montar esta obra, “perturbadora” e “inquietante”, “en un momento donde abunda la sonrisa o la lágrima fácil”.

¿Cómo surge la idea de montar Ejercicios Fantásticos del Yo?

La iniciativa surgió de Gael, con quien tengo una relación desde hace tiempo, y siempre rondamos en torno a la idea de hacer algo juntos. Un día me escribe para que nos juntemos, y me plantea que quiere hacer este texto en Buenos Aires, en México y en España, y me pregunta si me interesa producirlo. Leí la obra,  que realmente en principio y en el papel me pareció un material sumamente difícil, me reuní muchas veces con la autora, y nos pusimos a trabajar, siempre con la idea de estrenar en Buenos Aires porque Gael quería ensayar aquí para estar más tiempo con sus chicos.

Tomada la decisión fuimos sumamente cuidadosos y nos impusimos rodear a Gael del mejor elenco posible, y hoy realmente estoy muy agradecido con que estos actores, a los que admiro y respeto mucho, hayan confiado en mí, y en esta combinación: un cóctel que nos salió muy bien, y con el que estamos muy contentos, pero que era muy arriesgado.

Sinceramente pensar en hacer un texto sobre la vida de Fernando Pessoa en el Teatro Coliseo, que tiene 1700 localidades, es una locura, que afortunadamente salió muy bien, porque el teatro sigue manteniendo su magia por sobre todas las cosas. Luego, por supuesto, este es un emprendimiento que se puede hacer en estas circunstancias, porque está Gael García Bernal, un Fernando Pessoa de esta magnitud sin él como intérprete no me parece que hubiese sido posible.

Antes mencionabas la complejidad del texto, ¿esto se trasladó a la obra?

La obra es fantástica, perturbadora, inquietante, pero no es difícil, ni siquiera tenés que conocer a Pessoa para disfrutar el espectáculo, muestra características del personaje, pero no es un espectáculo de poesía. La complejidad a la que me refería estaba en el texto, que no es de esos que vas viendo casi directamente mientras los lees, pero una vez montado es un cuento que te muestra la lucha interna de Pessoa, y su increíble talento que no pudo ser reconocido en su época y sí un siglo más tarde.

La obra habla de esa inmensa capacidad de trabajo que tenía Pessoa, que le permitió escribir por él, y por 72 personajes inventados por él, porque Pessoa no es que escribía bajo otros nombres, sino que inventó 72 heterónimos, con una literatura, una prosa y una poesía particular cada uno. Algo que también nos habla de un ser totalmente atormentado e incomprensible para sus contemporáneos,  esos locos genios que solo terminamos de entender con el paso del tiempo.

Además del texto y trabajar con Gael,  ¿cuál fue el desafío más importante que te impusiste al montar este espectáculo?   

Hacer esas dos cosas a lo grande. Hace mucho el papá de Carlitos Rotemberg me dijo: cuando elijas un proyecto elegí o plata o prestigio. Yo sabía que aquí el prestigio iba a estar, así que esperemos por lo menos no perder plata.

Realmente es una obra muy atractiva, aunque sé que no es masiva, mucho menos en un momento donde todo lo que sea perturbador o inquietante se desecha y se elige la sonrisa, a la lagrimita fácil, entonces pretender hacer un espectáculo masivo, porque aunque sean solo 10 semanas El Coliseo es un teatro muy grande, es un triple salto mortal y estamos tratando de caer parados.