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Series: Heartstopper, relaciones LGBT+ adolescentes para todas las edades

Entre tantas series y películas adolescentes acerca del mundo LGBT+  la nueva producción de Netflix Heartstopper aborda el tema desde un ángulo diferente y edificante. Esta adaptación del webcomic de Alice Oseman se convierte por mucho en una de las series más entrañables del año. Es disfrutable en el sentido más amplio de la palabra: simpática, clara, […]

Entre tantas series y películas adolescentes acerca del mundo LGBT+  la nueva producción de Netflix Heartstopper aborda el tema desde un ángulo diferente y edificante.

Esta adaptación del webcomic de Alice Oseman se convierte por mucho en una de las series más entrañables del año. Es disfrutable en el sentido más amplio de la palabra: simpática, clara, simple y profunda al mismo tiempo. Es bella desde la estética fotográfica, los colores y la tonalidad luminosa de sus imágenes. Sin embargo, su mayor virtud radica en la forma que habla con amor del amor. De aquellos primeros amores, del deber y no deber ser, y de la manera sencilla y limpia de abordar la problemática. ¡Que levante la mano quien no ha vivido desgarradoramente los sinsabores de un amor adolescente! 

Si bien es obvio que esta serie no es ni el primero y el único ejemplo de un drama romántico juvenil, inclusive con personajes en pleno descubrimiento o aceptación de su identidad sexual, ofrece una pieza altamente recomendable para compartir entre padres e hijos desde su temprana adolescencia. Definitivamente contribuye a pensar, sin tanto melodrama, acerca de los miedos y temores que se les presentan tanto para aquellos jóvenes que han podido dar un paso adelante en la aceptación de su identidad, como a quienes que recién comienzan a transitarla.

En un ambiente estudiantil, en torno a los 15 años, escenas repletas de detalles nostálgicos te transportan a la juventud. Y a diferencia de otras series con adolescentes, como por ejemplo Euphoria, está concebida para ser vista por todos, con un mensaje para los que tienen la misma edad que sus protagonistas, y especialmente si son parte del mundo LGTB+.

Heartstopper te lleva a una reflexión más profunda sobre cómo se sienten los adolescentes al descubrirse parte del universo gay en el mundo actual. Para los más grandes, está repleta detalles que nos recuerdan a esa mezcla de temores, nervios y alegrías que muchos hemos experimentado en algún momento mientras crecíamos. 

Sentimientos muy bien reflejado en la complicidad y celos entre los amigos, y la nostalgia por los cambios en curso. También en busca de respuestas, hoy en internet y ayer en otros medios, a todas las dudas sobre su sexualidad, incluso apelando a un cuestionario para averiguar si se es gay o no, algo que definitivamente han hecho muchos adolescentes. 

Lo único inquietante al verla no está relacionando a un alto dramatismo de su trama o escenas, sino por el temor que uno siente como espectador frente a la posibilidad de que algo, de manera artificial, rompa con la armonía en que el amor se surge y evoluciona

En parte por eso encontramos similitudes con la cotidianeidad de nuestros días juveniles, cuando sentíamos que cualquier problema era el fin del mundo, cuando no eran más que los golpes al crecer. La forma en que los protagonistas, Nick y Charlie, expresan sus mutuos sentimientos, su afecto, genera de manera casi envidiable, una debida admiración y respeto. 

La sensación de bienestar como espectador

Todo esto no significa que la serie plantee un mundo idealizado. Por el contrario, reposa en un lugar de bienestar y descubrimiento sano, con escollos y problemas, donde los personajes pueden explorar introspectivamente el momento para «salir del armario». 

Probablemente, esta serie te haga sentir inmensamente feliz viendo a dos adolescentes enamorarse y expresar poco a poco sus sentimientos. Presenciar cómo se acomodan, se ajustan a cada situación, se adaptan en cada entorno. En parte porque todos merecemos un primer amor para recordar: sea gay, heterosexual, bisexual, transgénero o como cada quien se identifique. 

Para quienes no conocen el material original, la serie es una clara adaptación, casi literal, del comic original, sobre el que por suerte no se hizo ninguna concesión a los estereotipos «americanizados» para este tipo de programas. Ni siquiera cuando esperas algún enojo o distorsiones de la trama con el único sentido de generar un momento de tensión, tampoco sucede. Sigue por los carriles que se ha trazado, hablar sobre el amor adolescente, la aceptación, la inclusión y la amistad.

Eso la hace marcadamente diferente a otros programas dentro del mismo subgénero. Y fuera de las comparaciones, también es justo señalar que Heartstopper está dirigida a una audiencia más amplia, de más jóvenes a padres de estos, y que inclusive resultaría ideal para material de estudio dentro de la escuela para chicos en su adolescencia temprana. 

La historia y los personajes

Muchos son actores desconocidos, haciendo sus primeros papeles, y eso le da a Heartstopper una sensación refrescante, más natural al conjunto total de la serie. Sería casi injusto destacar por actuación a unos sobre otros, sin embargo, está claro quienes ocupan los roles protagónicos y marcan indefectiblemente el eje temático. 

Kit Connor (Nick) y Joe Locke (Charlie), su torpe, dulce y cauteloso romance, construyen la columna vertebral de la serie. Entre ellos hay gran química, y se hace evidente en como traspasa la pantalla en cada uno de sus encuentros. 

La historia comienza con Charlie Spring como el único chico abiertamente gay de su escuela. Después de un traumático año viviendo el bullying de sus compañeros, ha logrado en parte salir adelante y entablar una relación con Ben. Éste lo ha obligado, y hasta hostigado, en mantener oculta una relación tóxica. En este contexto, comienza un nuevo año escolar, y con su autoestima a ras del suelo, se encontrará enamorándose perdidamente de su nuevo compañero de clase Nick Nelson. 

Nick es uno de los chicos populares del colegio y estrella del equipo de rugby. Pero no imagines el clásico estereotipo de mujeriego o líder tan común en estas serie. Es respetado y aplomado, seguido y querido por sus compañeros. Por eso, apenas conociendo a Charlie comienza a construir con este una gran amistad.  

Esta relación llevará a Nick no solo descubrirá algunos aspectos de su identidad sexual, que hasta ahora le eran desconocidos, también prestar atención a los nuevos desafíos que vendrán. Abrirá los ojos a los conflictos con la masculinidad tóxica y la normativa heterosexual que reina en muchos aspectos en la escuela; y como de manera manifiesta Charlie fue y aún es víctima de bullying. La situación lo dejará en el centro de esta lucha y de resistencia en este ámbito. No es menor la importancia que al final puede aportar una madre realmente comprensiva y que lo apoya, interpretada perfectamente por la estrella Olivia Coleman.

Charlie, mientras tanto, pelea por salir de su estado de vergüenza permanente, del típico personaje que se enrosca en dudas y pedidos de disculpas recurrentes. Como dice uno de sus mejores amigos: «Él siempre tiende a creer que por el solo hecho de existir molesta a otras personas». Por eso se acostumbró y aceptó parte del maltrato escolar de algunos de sus compañeros, ganando eso si en paciencia y compresión de lo que pasa.

Pero no solo ellos conforman el elenco principal de la serie. En dos escuelas privadas al sur de Inglaterra transcurren las historias de amor y amistad. Charlie cuenta con el apoyo de un profesor de arte quien lo orienta y aconseja en distintos momentos, el personaje genial de su inexpresiva pero certera hermana Tori (Jenny Walser), y principalmente Tao e Isaac (William Gao y Tobie Donovan), dos «personajes» que conforman el grupo de los mejores amigos, de aquellos que todos quisiéramos tener. 

El grupo de los tres amigos extrañan el encuentro cotidiano con la cuarta pata del grupo, su amiga Elle (Yasmin Finney), que cambió por un colegio de chicas después de sufrir un fuerte acoso transfóbico en el colegio para varones Truham Boys. Hay chispas entre Elle y Tao, quien pasa sus días tratando de mantener en el inconsciente sus sentimientos por ella. Ambos, cada quien, a su manera, se sumergen en la buscar la manera de canalizar el temor que produce dar el paso a algo más en una amistad de años y de tanto conocimiento mutuo. 

Pero, además, mientras Elle trata de aceptar su enamoramiento, busca su lugar en su nueva escuela para chicas. Allí encuentra a las maravillosas Tara (Corinna Brown) y Darcy (Kizzy Edgell), quienes, al igual que Nick y Charlie, se transitan el limbo entre la amistad y una relación. 

Realista y ficción

No deja de sorprender como un programa tan dulce y disfrutable de ver, nunca es insustancial. Lo ligero, lo simple, no contrasta con la certeza de un mundo más real, de aquellos blancos y negros que las historias ficcionadas muchas veces nos presentan. 

Si Heartstopper es un programa en el que muchos de los personajes hacen «lo correcto», es por sensatez en última instancia, por seguir una lógica, por poder y animarse a hablar, a decir y a demostrar los sentimientos. Sea total o parte de una realidad, es sano. 

Una de las mejores cosas de la serie es ese tono más centrado en el amor, en el descubrimiento y no tanto en el dramatismo, adulto o infantil de otros programas del género con temática LGBT+ . Es una comedia romántica adolescente reconfortante y edificante, que declara en voz alta como la amistad y la posibilidad de «decir y demostrar» se convierten en la base de toda relación fuerte y saludable, sin excepción.

Video del trailer original de Netflix