Pintados, decorados, de chocolate o escondidos en el jardín, los huevos se han transformado en el símbolo de la Pascua en el mundo occidental.
Desde la antigüedad, los huevos se han convertido en un símbolo de nueva vida, e igual que en otras tradiciones, asociado a la fertilidad. Existe un vínculo real que los une con la época del año en la que se llevaban a cabo todas las festividades paganas relacionadas a la llegada de la primavera en el hemisferio norte. Y aunque la Pascua es una fiesta religiosa cristiana, fusionó durante los festejos sus tradiciones con las costumbres paganas preexistentes.
En tiempos pasados los huevos eran un producto muy apreciado, especialmente al final del invierno. Este momento del año, que coincide con la Semana Santa, las gallinas no producían en cantidad suficiente por razones climáticas y la falta de luz solar. Pero cuando los días comenzaban a alargarse, la primavera traía consigo la esperanza de nuevas cosechas y también de huevos.
Basta imaginar cuán ponderado era este producto que solían utilizarse como parte de pago de salarios, práctica muy común en el ámbito eclesiástico.
De símbolo pagano a cristiano
Estos festivales paganos que celebraban la llegada de la primavera incluían los huevos como símbolo de la «nueva vida». Su centro color amarillo brillante que asemejaba al sol, y del cual brota la vida, era considerado vital.
Importantes historiadores dan cuenta que ”en la época precristiana, los huevos se asociaban a diferentes ritos primaverales». En aquellos lugares donde la sociedad estaba basada en la agricultura, una primavera tardía o fría tenía un fuerte impacto en la economía, y las personas ponían la esperanza en el poder del sol para alcanzar la “resurrección de la naturaleza”. Cada año el equinoccio, el día en que luz y oscuridad tienen la misma duración, era muy celebrado y los huevos y las liebres ocupaban un lugar central.
Fue, sin embargo, la iglesia cristiana quien hizo su mayor esfuerzo por imponer los huevos sobre los conejos o liebres como símbolo. Persiguiendo este objetivo trabajó arduamente en la búsqueda de asociaciones con la Pascua y la resurrección de Jesús. Una de ellas se basaba en la analogía de la dureza de la cáscara como la tumba y la vida del pollito que se desarrollaba dentro como Jesús. La resurrección, el renacimiento y todos los conceptos relacionados a la vida emergente quedaba plasmada en el folclore de cada región a través de cuentos y juegos.
Conejos o huevos
Es común que todos pensemos que esos huevos escondidos y que los niños buscan en los jardines durante la Pascua son de gallina, sin embargo, están vinculados a los conejos. Esta costumbre, en especial en países del hemisferio norte, marca un nuevo punto de encuentro entre el mundo pagano y cristiano.
En torno a las festividades por la llegada de la primavera, los conceptos del renacer de la vida y la fertilidad se mezclaron con algunas leyendas y tradiciones germánicas de la Pascua.
Uno de sus mitos cuenta que la diosa Eostre revivió a un pájaro que estaba a punto de morir convirtiéndolo en el icónico conejo que pone los huevos. Este conejo, llamado Osterhase, se convirtió en el símbolo de este momento del año, y era quien supuestamente ponía los huevos en nidos para que los más jóvenes salieran a recolectarlos.
Pero no todo termina allí, ya que el primero de los coloridos huevos que el conejo creó le fue entregado a la diosa en señal de agradecimiento. Ya empieza a quedar claro cómo todas las tradiciones y simbolismos comienzan a cruzarse, cobrar sentido y confluir en una misma celebración, independiente de una única mirada religiosa.
Desde entonces en Alemania se celebraba el Eostarum. Esta festividad popularizó la figura folclórica del conejo, en realidad una liebre, en el siglo XVII, y luego se exportó a otros países, incluyendo Inglaterra. No cabe dudas de donde proviene el nombre «Easter» que en inglés se traduce como Pascua.
Siglos más tarde, esta criatura llegaría a los Estados Unidos de mano de los colonos alemanes a principios del siglo XVIII. El conejo se arraigó mucho más fuerte en esta sociedad que la relación de los huevos con el espíritu cristiano. Se transformó en un ícono festivo que aporta color y dulzura para los más chicos.
Los huevos de chocolate
El primer relato sobre la unión entre ambos elementos, huevos y chocolate, data de los días festivos de la corte francesa del rey Luis XIV en Versalles. De huevos decorados, pero sin el manjar americano, ya se tienen conocimiento desde 1290 en la Inglaterra de Eduardo I. Sin embargo, la ciudad italiana de Turín es considerada el punto de nacimiento del huevo de pascua de chocolate.
Después de los experimentos franceses, en 1725 la viuda Giambone, propietaria de una tienda de comestibles en esta ciudad del norte de Italia, dio el puntapié inicial para esta industria. Tuvo la primera idea al volcar chocolate derretido en el interior de cáscaras de huevo de gallina vacías. Estos dulces alcanzaron un rotundo éxito comercial entre los turineses, y pasaron varias décadas hasta para que se extendiera fuera de la ciudad y del país.
Aún en los siglos XVII y XVII el común de la personas, especialmente los cristianos, realizaban ayunos durante la época de Cuaresma. Al final de este período había un exceso de huevos que se consumían en las fiestas de Pascua. Los de chocolate llegaron más tarde, pero los primeros eran adquiridos para llevar a modo de obsequio a casas de familiares en aquellos días en que se consumían muchos dulces.
A principios del siglo XX, otra tienda de dulces de Turín, la Casa Sartorio, trabajó hasta encontrar la idea de moldear los huevos con el centro hueco como hoy conocemos. Sin embargo, no fue hasta el año 1875 cuando se comenzó a elaborar el primer huevo de chocolate en la fábrica de Cadbury’s. La idea fue seguida rápidamente por la firma JS Fry & Sons de Inglaterra quienes perfeccionaron la idea y abrieron la puerta a la producción masiva.
La principal mejora que habían incorporado era la capacidad para separar de manera industrial la manteca de los granos del cacao, lo que permitía moldear y dar forma a los huevos en cantidades.
Hasta el momento no mencionamos nada sobre las tradiciones decoraciones y la simbología detrás de los colores involucran. Es una larga historia que abordaremos en la próxima Pascua. Feliz Pascua para todos y a disfrutar de los mejores huevos de chocolate.