El pasado domingo 17 de marzo la poeta Olga Orozco hubiera cumplido 99 años, para homenajearla, y luego de dos años de un intenso proceso de refacción, la Casa Museo Olga Orozco de su ciudad de nacimiento, en la provincia de La Pampa, reanudó su funcionamiento.
Para conocer la historia y los proyectos de la institución, Palabras dialogó con la museóloga Daniela Rodi, coordinadora general de la Casa Museo Olga Orozco.
¿Qué es la Casa Museo Olga Orozco?
La Casa Museo es un espacio cultural que tiene su sede en la casa natal de Olga Orozco, la casa de su familia, donde ella nació en 1920 y vivió hasta los 8 años, cuando por problemas financieros se fue a vivir a Bahía Blanca, para luego, ya en 1936, mudarse a Buenos Aires.
La casa tiene un valor muy importante a nivel simbólico, porque aparece en toda su obra, y era un lugar muy querido por Olga, al punto que en los años 90, cuando ya era una escritora consagrada, fue ella quien le planteó al gobierno de la provincia la posibilidad de comprarla para transformarla en un espacio cultural, con el compromiso, en caso de que el proyecto avanzara, de donar su biblioteca personal a la institución.
En el 92 la compra se efectiviza y el espacio empieza a funcionar como Casa de la Cultura de Toay, albergando al museo del pueblo, la biblioteca popular, etc, y siendo sede, además, de la presentación de También la luz es un abismo, su último libro de relatos.
Luego, ya en 1999, con la muerte de Olga, se hace efectiva la donación de su biblioteca personal, sus familiares donan también objetos personales ligados a su producción poética, y con parte del dinero que ella había ganado y donado del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, que ganó en 1998, se restaura el espacio que, finalmente, desde 2003 funciona como Casa Museo Olga Orozco, dedicado exclusivamente a su figura y su obra.
¿Cuáles son las notas distintivas de esa etapa?
Esa etapa es muy importante porque si bien Olga Orozco es una escritora muy reconocida a nivel nacional e internacional, no se la consideraba una escritora pampeana, con lo que la inauguración de la casa abre un camino para la difusión intensa de su obra en Toay, algo que no era fácil, porque sus libros no se conseguían, por lo que nos abocamos también a rastrearlos, a conseguir las primeras ediciones, y a impulsar, haciendo bastante ruido, muchas reediciones.
Junto a esa tarea, hasta hoy, la casa alberga la biblioteca personal de Olga, un acervo maravilloso de más de 4500 libros, que funciona como biblioteca de consulta, y también tenemos muchos objetos personales, pero sobre todo está la casa, que es un lugar mágico, no porque sea arquitectónicamente excepcional, sino sobre todo porque uno cuando la transita. Si se ha leído a Olga Orozco, inevitablemente siente el intenso cruce entre ficción y realidad que aquí tiene lugar, que es algo que conmueve muchísimo a quienes nos visitan, que es lo que hemos intentado resaltar en esta nueva puesta que se abrió el domingo con la reinauguración.
¿Específicamente cuáles son los proyectos de esta nueva etapa?
La idea general es intensificar la sintonía con estos espacios de la infancia de Olga Orozco que aparecen en relatos como La oscuridad es otro sol, que dan cuenta de su infancia y de sus primeras experiencias, para profundizar la conexión nuestros visitantes más cercanos que son los vecinos de Toay.
Ya no hay dudas, y en esto el museo ha colaborado fuertemente, de que Olga Orozco es una escritora pampeana, no hay discusiones sobre esto, y hay toda una comunidad alrededor del Museo que sostiene esto, pero la conexión puede profundizarse, porque también es cierto que no todos han leído a Olga Orozco, tal vez porque hay todavía muchos prejuicios en torno a su figura, a lo complicado que es leerla, a lo críptica que es su poesía.
En ese sentido, en esta nueva etapa también nos proponemos funcionar como mediadores entre la literatura, el personaje y su persona, que no es solamente la poeta, sino también la periodista, la que tira las cartas de tarot, la guionista de tv y radio, y todas las Olgas Orozco que habitaban dentro de Olga Orozco.
En función de eso, obviamente, vamos a seguir desarrollando nuestro programa educativo, luego de estos dos años de trabajo en modalidad itinerante, intentando construir ese imaginario poético con los niños y los adolescentes, que es donde entendemos está nuestra gran apuesta.
Junto a toda la tarea local, entiendo que la casa es también un espacio de referencia para poetas e investigadores de la obra de Orozco en todo el mundo.
Desde ya, durante estos 15 años nos han visitado investigadores de todo el mundo para trabajar no solo con la biblioteca, sino fundamentalmente para conocer el lugar, porque el imán que tiene este sitio es increíble, y esa es otra de las líneas que pensamos profundizar generando una escuela de poetas que refuerce ese vínculo, un espacio vinculado a la poesía, a la palabra, y también a la investigación sobre la obra de Orozco, que es inmensa como fue ella, y de la que, en definitiva, siempre hay mucho más por saber.