Placeres

Restaurantes a puertas cerradas: la experiencia de comer “gourmet” y sentirse “como en casa”

La búsqueda, la  innovación, y  la reinterpretación de las tradiciones locales en función de las últimas tendencias globales, son algunas de las notas que caracterizan el proceso de transformación de la gastronomía durante los últimos 10 años. Salir a comer, puede significar hoy, tal vez como nunca antes en la historia de la gastronomía, un […]

La búsqueda, la  innovación, y  la reinterpretación de las tradiciones locales en función de las últimas tendencias globales, son algunas de las notas que caracterizan el proceso de transformación de la gastronomía durante los últimos 10 años.

Salir a comer, puede significar hoy, tal vez como nunca antes en la historia de la gastronomía, un conjunto diverso de alternativas donde la comida gourmet se integra a propuestas culturales y modelos personalizados e innovadores de relación entre la mesa y la cocina.

Como parte de este proceso, hace algunos años, comenzaron a surgir los restaurantes a puertas cerradas, ofreciendo propuestas creativas para todos los paladares y fundamentalmente, la promesa de una experiencia donde uno puede disfrutar los platos de los mejores chef y “sentirse como en casa”.

Cuidados espacios con pocas mesas que ofrecen además la posibilidad de entrar a la cocina y conocer de la mano de los propios chef el proceso de elaboración de cada plato, configuran una experiencia exclusiva que invita a los comensales a distenderse y disfrutar y, a su vez, les permite a los dueños de casa experimentar y crear libremente, sin los condicionamientos que tiene la elaboración de propuestas más masivas como la de los restaurantes tradicionales, son algunos de los condimentos esenciales de estas alternativas.

“Hace algunos años, al regresar de un viaje de 2 años por el continente asiático, la mayor parte en India, dónde conviví con diferentes culturas y costumbres culinarias, sentí la necesidad de compartir esa experiencia. Mi casa siempre había sido un punto de encuentro de artistas y amantes del buen comer, así que convertirla en “La cocina discreta” fue un paso arriesgado pero a la vez natural”, cuenta Alejandro Langer creador “La cocina discreta”, espacio pionero en esta modalidad en la Ciudad de Buenos Aires, que recientemente se mudó a una casa más grande, y con el objetivo de continuar ofreciendo “experiencias únicas a los comensales”, integró coctelería, eventos de música en vivo y muestras de arte a la propuesta.

Compartir experiencias de viaje, también fue lo que motivó a Diego Félix y Sanra Ritten, a idear “Casa Félix”, “una banda de trovadores culinarios” con base en Buenos Aires y sedes en Nueva York y California.

“Casa Felix es un espacio gastronómico donde conviven, cocineros, periodistas, fotógrafos, jardineros, y todo tipo de gente  interesada en una cocina cercana a la naturaleza y sus procesos. Nosotros pensamos las cenas como performances culinarias y a Casa Felix como nuestro espacio para interpretarlas. Durante la semana pensamos y probamos platos, vinos  e ideas nuevas para mostrar los fines de semana, de la mano de Álvaro Zapata, nuestro chef residente, Agustín Fontana y Dina Cantoni”, señala Ritten.

Algunos seguidores del fenómeno encuentran en los “paladares” cubanos el antecedente más cercano de esta modalidad de espacios que le suman al viejo y apreciado slogan “atendido por sus propios dueños” el hecho de que esa atención se brinda desde la propia casa.

“Seco de carne de llama con timbal de arroz blanco y mote morado, cordero patagónico con mix de vegetales confitados, locro, nuestra especialidad que servimos todo el año”, son las propuestas que recomienda el equipo de “Almacén Secreto”, una creación de María Morales Miy, quien hace 9 años comenzó trayendo productos típicos de su  Salta natal para ofrecerlos en una pequeña degustación, justamente, en el comedor de su casa en Palermo.

“En principio la idea iba a ser para amigos y conocidos pero rápidamente el boca a boca provocó que lleguen a cenar personas que nunca antes habíamos visto”, cuenta Miy. Hoy en Almacén Secreto además de esas exquisitas alternativas gastronómicas se puede disfrutar de las obras del artista plástico Julio Lavallén, comprar productos regionales  como dulces, licores, aceites, arropes, té de coca o queso de cabra y participar de degustaciones de vinos y música en vivo.

Para encontrar y elegir alguna de estas propuestas, que mantienen en absoluta secreto sus direcciones, haciendo también del proceso de búsqueda y reserva parte de la experiencia personalizada, es recomendable empezar a indagar en la web y en  los grupos de amigos, porque a pesar de que hoy las opciones se han multiplicado – solo en la ciudad se calcula que hay más 60 espacios- las redes y el boca en boca son los principales medios de difusión de estos espacios.

Quienes las encuentren van a poder disfrutar, “de una experiencia integral,  culinaria y sensitiva, dónde los detalles importantes no sólo están en la cocina, sino también en la música, el ambiente y la energía, elementos esenciales, que cuidamos y ofrecemos a quienes ingresen a nuestra casa”, asegura Langer, describiendo, tal vez, algunas de las claves por las que los restaurantes a puertas cerradas se están transformando en la opción elegida para experimentar de una manera realmente distinta la pasión por la buena comida.