Papina de Palma y Luciana Mocchi son dos referentes de una nueva corriente de la música uruguaya que desde hace unos años viene pisando fuerte en Argentina, renovando y resignificando la escena de la canción independiente del Río de la Plata aportando nuevos enfoques, temáticas y sonidos.
Este verano, luego de infinitas colaboraciones mutuas, giras y participaciones, las dos músicas volverán a la Argentina en una gira que incluirá presentaciones en Rosario, San Nicolás, Mercedes, y que cerrarán en Buenos Aires, el sábado 25 y el domingo 26 de enero en Café Vinilo.
Luego, de Palma seguirá hacia la Patagonia, con presentaciones solistas en el Bolsón, Lago Puelo, Esquel, en Villa la Angostura, San Martín de los Andes, y en el Festival Mujeres a la Patagonia, que se realizará en Bariloche, mientras que Luciana Mocchi se presentará el 13 de febrero en Tandil, el 14 en Mar del Plata, y el 15 formará parte del Festival Isoca, que se realizará en Necochea.
Para conocerlas mejor y también saber de sus expectativas y deseos para esta gira en Argentina, Palabras dialogó con Papina de Palma y Luciana Mocchi.
¿Cómo surgió el proyecto de volver juntas a Argentina?
Luciana Mocchi (LM): Con Papina tenemos una amistad muy linda, más allá de la música. Por momentos no nos vemos, luego volvemos a encontrarnos, pero nuestra sintonía siempre está intacta, además a las dos nos gusta mucho la aventura, tenemos una forma de viajar parecida, con códigos que compartimos.
En este caso puntual, cuando me llamaron para agendar la fecha de Vinilo, pensé: Me encantaría compartir el escenario con alguien para poder hacer dos fechas -ya que la idea de hacer dos Vinilos yo sola medio que me asusta- y allí le dije a Papina. Luego, cuando publiqué en redes esas dos primeras fechas me empezaron a aparecer propuestas para tocar en otros lugares, y cuando nos quisimos dar cuenta teníamos toda una girita armada.
¿Y cuáles son tus expectativas con este reencuentro?
Papina de Palma (PdP): La primera vez que fui a Argentina fue gracias a una idea que tuvo Mocchi. Era una gira por varias ciudades, con varias cantautoras, que para mí fue impresionante, porque nunca había salido a tocar fuera de Uruguay.
Yo viví en España y en Colombia, por cuestiones de trabajo de mi familia, pero nunca había ido a la Argentina. Entonces, en ese momento, con mi proyecto muy recién nacido, ir a tocar a Argentina me parecía algo imposible de realizar. Pero Mocchi me llamó un día, sin conocerme personalmente, me contó que iban a salir de gira por Argentina, que iban a alquilar dos autos, que iban a filmar todo… y sin pensarlo me dejé de llevar, porque me di cuenta que en la locura de Mocchi se podía confiar absolutamente.
Así, gracias a esa idea, me di cuenta que realmente cruzar era un toque, que éramos muy bien recibidas, que las canciones uruguayas se escuchan con mucho cariño en Argentina, y de hecho también a partir de allí fue que terminé grabando en Argentina Instantes Decisivos, mi primer disco, junto a Juanito El Cantor, y luego mudándome a Buenos Aires, donde viví un año y medio, en lo que fue mi primera casa elegida. Así que esa primera vez que fui a la Argentina con Luciana desencadenó muchísimas cosas. Esperemos que nuevamente suceda.
¿Cómo se preparan para los shows?
LM: Generalmente uno tiene muchas ideas, pero lo cierto es que las giras suelen cambiar todo. Seguramente Luis Volcoff, el pianista que me acompaña, la va a acompañar a Papina, también seguramente vamos a repasar canciones juntas. En definitiva, vamos a intentar llevar al escenario lo que pasa cuando nos juntamos en casa, con algunas pautas, pero donde la característica más importante será la espontaneidad.
PdP: Lo que más deseo es que sean fechas divertidas y conmovedoras, a nosotras nos divierte mucho tocar juntes, y ojalá podamos contagiar esa alegría que nos produce compartir.
¿Cómo influye en la posibilidad de ser espontáneas la exigencia que suele tener el público argentino hacia los músicos de Uruguay?
LM: No sé si exigencia, pero sí me causa gracia que mucha gente, a la que les gustan tus canciones, liga eso a que uno nació en Uruguay. Luego, me encanta de la «uruguayidad», que hay como una corriente pequeña de músicos que nos estamos mostrando a la Argentina, y también al mundo, que de alguna manera tenemos una identidad, y el público cuando nos ve es como que les suena que somos de aquí.
Una corriente que tiene figuras como Rada, Ross, Mateo, Cabrera ¿qué sentís que los diferencia, además de lo generacional, de esas figuras?
LM: Yo creo que la diferencia más grande es que yo soy una representante de las disidencias, porque siempre las personas visibles fueron hombres, con muchísimas más posibilidades y privilegios, y nunca hubo como ahora una visibilidad de las disidencias de Uruguay hacia afuera. Tal vez algún caso aislado, como Ana Prada o Laura Canoura. Pero ahora hay como una nueva corriente relacionada también con un cambio de paradigma de la humanidad.
Luego, desde el punto de vista musical, nosotros también mamamos toda la música de las figuras que mencionaste. Yo tengo canciones que las compongo, y cuando las escucho digo: “Tengo que sacarme a Cabrera de la cabeza, necesito que salga”. Pero lo tengo muy adentro, yo nací escuchando eso, no otras cosas, y eso también es parte de nuestra identidad, es de allí de dónde venimos.
Papina, vos además sos parte de la murga Falta y Resto, ¿cómo fue esa experiencia?
PdP: Debo confesar que yo no le di nunca demasiada bola al carnaval, y aunque entiendo que puede parecer medio increíble, logré durante 25 años de mi vida ignorarlo por completo. Luego, cuando saqué mi disco empezaron muchas murgas a invitarme a cantar en sus festivales, y empecé a ir, a estar más en contacto con el ambiente, pero nunca a ir al Tablado, no se me ocurría, eso no estaba en mi cabeza.
Pero un día, una murga me invitó a abrir un show en el Solís, y allí pude ver la previa, los vi maquillarse, todo lo que sucedía allí, y me pareció hermoso, y me surgió la idea de integrar una murga, pero nunca me imaginé que iba a terminar como parte de Falta y Resto, porque pese a saber poco de Carnaval si sabía de su importancia.
Justamente ese año, ellos estaban con la iniciativa de tener un coro mitad de mujeres y mitad de varones, y medio que me auto convoqué, les envié materiales a los responsables, se re coparon, y así terminé formando parte de la murga.
Conectar tanto con el arte popular fue muy transformador para mí. Uno está en Spotify, en Youtube, y sin querer tus canciones terminan siendo de nicho, porque no llegan a todo el mundo, y a partir de la experiencia con las murgas, de ver su llegada a cada uno de los barrios de Montevideo, realmente me desvela ver cómo hacer para derribar barreras, como hacer para que todos tengan el acceso, para luego decidir si les gustan o no, pero la posibilidad de acceder es primordial.
¿Qué escuchan, cuáles son sus influencias?
PdP: Lo que más escucho es a mis amigues, no lo digo por hacerme la romántica, ni quedar bien, pero realmente lo que mas escucho es la música que hacen las personas que tengo más cerca. De hecho tengo una playlist es Spotify que hice hace poco, que se llama Canciones Amigas, integrada en su mayoría por temas de gente que conozco. Realmente una referencia estética muy fuerte para mí es todo lo que hacen mis amigos, mis contemporáneos.
Después, también me pasa que en los últimos años el transfeminismo me está atravesando con muchísima fuerza, y está transformando mi manera de escribir, de decir las cosas. De hecho, en Instantes Decisivos, hay muchas canciones de amor romántico, medio de Disney, y si bien reflejaban sentimientos que eran auténticos, al intentar mejorar la forma de amar, estoy intentando que eso también se describa en las canciones.
LM: Viajando y tocando uno va escuchando mucho y de todo. Obviamente Cabrera, Mateo, siempre aparecen, y también El Cigala, en los viajes lo escucho mucho, y a todo lo que da. Luego también me escucho, pongo mis temas, para ver qué puedo ir modificando, qué puedo hacer de otra manera.