Esta semana Netflix estrenó Operación Final, la película sobre la misión de los servicios secretos israelíes para capturar al criminal nazi Adolf Eichmann, que se ocultó en la Argentina después de la caída del Tercer Reich en Alemania.
El 15 de diciembre de 1961 Adolf Eichmann, responsable de la denominada solución final, que implicó el exterminio de seis millones de judíos, fue condenado a muerte como responsable de crímenes contra el pueblo judío y contra la humanidad, y por crímenes de guerra, luego de un histórico juicio que se realizó en Jerusalén, y se prolongó durante más de cuatro meses.
Claro que el proceso para llevar a Eichmann ante la justicia no fue nada fácil, es que el criminal se hallaba desde 1950 viviendo con una identidad falsa en la Argentina, específicamente en la localidad de San Fernando, donde se lo conocía como Ricardo Klement, y su extradición era improbable, porque ya en 1959 la Corte Suprema de Buenos Aires había rechazado la extradición de Joseph Mengele, argumentando que la Constitución argentina vedaba la “extradición por causas políticas”, cancelando también toda posibilidad de extraditar a Eichmann.
En esa línea, la historia real de la operación realizada por los servicios secretos israelíes, durante más de tres años, y por orden de Ben Gurión, primer ministro de ese país, para localizar a Eichmann en San Fernando, capturarlo y trasladarlo allí de incógnito es el núcleo de esta superproducción, dirigida por el destacado cineasta Chris Weitz, hijo de un refugiado judío que además participó como soldado en la Segunda Guerra Mundial.
«Creo que es importante para todos que Eichmann sea representado no como un monstruo, sino como un ser humano presente. Muchos de los responsables no eran demagogos, ni sádicos, ni psicópatas, sino gente normal que se vio inmersa en esa situación», explicó Weitz sobre su mirada para la construcción del personaje.
Protagonizada por el Ben Kingsley, en el papel del genocida alemán, y por Oscar Isaac, que interpreta a Peter Malkin, uno de los agentes israelíes que participó en el arresto del jerarca nazi, Operación Final, que se filmó íntegramente en Argentina, indaga también «dentro de la mente y dentro del mundo de Eichmann, reflejando cómo cambia los hechos e insiste en verdades», según explicó a la prensa el guionista Matthew Orton.
Junto a Kingsley e Isaac, la película también cuenta con las actuaciones de Lior Raz, Melanie Laurent, Nick Kroll, Michael Aronov y Ohad Knoller, que interpretan a los agentes israelíes que participaron en la operación, y con Joe Alwyn como hijo de Eichmann.
El juicio contra Eichmann comenzó en Jerusalén el 11 de abril 1961, casi un año después de su captura en Buenos Aires. Se lo acusó de crímenes contra la Humanidad, y un centenar de sobrevivientes del Holocausto dieron testimonio contra él.
En su defensa dijo que lo hacía cumpliendo órdenes de Hitler.
El 11 de diciembre de ese año fue condenado. Cuatro días después se conoció que sería ahorcado en el penal de Ramla, pocos minutos después de la hora cero del 31 de mayo de 1962.