Artes escénicas

Ojalá las paredes gritaran, un Hamlet millennial en la calle Corrientes

Desde el martes 1° de octubre, en el Teatro Metropolitan Sura, se presenta Ojalá las paredes gritaran, una obra con dramaturgia y dirección de Paola Lusardi, basada en Hamlet, de Willam Shakespeare, que luego de dos años de funciones en su casa del barrio de Colegiales, llega al Metropolitan Sura, en la avenida símbolo del […]

Desde el martes 1° de octubre, en el Teatro Metropolitan Sura, se presenta Ojalá las paredes gritaran, una obra con dramaturgia y dirección de Paola Lusardi, basada en Hamlet, de Willam Shakespeare, que luego de dos años de funciones en su casa del barrio de Colegiales, llega al Metropolitan Sura, en la avenida símbolo del teatro porteño.

Originada como un proceso académico sobre Hamlet, la obra, que fue sensación en el último Festival Internacional de Buenos Aires, repone los ejes centrales del texto clásico: el amor, la fraternidad, los genes, la descendencia, el complejo de Edipo, el poder del espejo, el sentirse atrapado en los propios vínculos, el deber-ser, pero presentando un Hamlet adolescente, amante del trap y la música electrónica, que provoca constantemente a su madre, viuda solo por unos instantes, y recientemente casada con el hermano de su fallecido marido. En ese contexto, la mesa servida es una excusa para hacer un anuncio importante: hay un puesto vacante en la empresa familiar para este «millennial descarriado».

Para conocer algunos detalles más de la propuesta, y del proceso de trabajo y los desafíos que implica mudar a Hamlet de Colegiales al Metropolitan, Palabras dialogó con Paola Lusardi.

¿Cómo surge la idea y cuáles son las características centrales del Hamlet millennial que presenta la obra?

Ojalá las paredes gritaran surge como un proceso académico sobre Hamlet, donde a través del recorte literal hecho del original isabelino, y de las ideas de Jacques Lacan sobre la obra, aparece la necesidad de hablar de una madre, de un hijo, de una familia.

Así, luego de tomar la decisión de que el personaje Hamlet iba a ser interpretado por Julián Ponce Campos, un gran actor de 20 años, devino la necesidad, y la idea, de crear un Hamlet joven, millennial, que es además el universo sobre el que mí me interesa hablar particularmente.

Además, con la expectativa de acercar la obra al público de hoy, la temática de los reyes y el poder del texto clásico quedó traducida o traslada en esta obra al contexto de una empresa familiar, poniendo el foco en lo que significa el poder dentro de una familia con códigos patriarcales, donde hay un adolescente que, si bien está inmerso en esos códigos, a la vez los siente totalmente ajenos.

En esa línea, la obra profundiza mucho en los conflictos de ese joven, que crece en una familia de clase media alta, con determinados códigos de poder, con los que él no se identifica, y también en lo que esa incomodidad le genera, que centralmente es un gran enojo con su madre, donde vuelve a aparecer Shakespeare, ya que es una madre viuda solo por unos instantes, y recientemente casada con el hermano de su fallecido marido.

Entiendo que en ese movimiento el personaje de Gertrudis también crece en relación al texto clásico

De alguna manera me atrevo a decir que crece, algo que se originó en el proceso de ensayos, donde con Antonella Querzoli, que es la actriz que interpreta el personaje, fuimos recorriendo un camino tendiente a darle otro protagonismo, un lugar de digitadora del conflicto, y no solo de acompañante como en el texto original.

¿Luego de 2 años de presentar la obra en tu casa qué implica llevarla al Metropolitan?  

 Yo terminé de construir mi casa hace unos 3 años y medio, y hace tres arrancamos con este proyecto que tomó la casa completa con presentaciones desde mayo de 2018 hasta hace unas semanas. En el medio, en enero de 2019, estuvimos en el FIBA, donde nos fue muy bien, y surgieron opciones de gira, así que con la intención de tomarlas fue que surgió la necesidad de generar un dispositivo teatral posible para un espacio que no sea solo una casa.

En ese devenir, entonces, es que ahora estamos trasladando lo que era una experiencia en mi casa, para volverla una experiencia dentro de un teatro comercial, porque en Ojalá las paredes gritaran, si bien no es una obra participativa, el público está dentro de la escena, y acá trabajamos junto a Gonzalo Córdoba Estévez, el escenógrafo, para replicar ese dispositivo tendiente a borrar la línea tradicional entre el espectador y la escena en este nuevo espacio.

Todo ese movimiento, entonces, hoy entiendo que implica pura ganancia, porque ir a otros sitios me permitió reforzar la poética que tiene la obra y amplificarla, sin cerrar la puerta del campo experimental. Mi casa sigue estando, y también está la posibilidad de hacerla en otra casa en el marco de un festival en el Cairo, y en el camino llegar también a un público que no necesariamente es tan teatrero como el de los festivales, pero del que la obra habla mucho, definitivamente es una puerta más que se abre.

¿Lo anterior implica de alguna manera una concepción en torno a dónde reside la esencia del hecho teatral? 

Claro, porque realmente yo entendiendo que el teatro, con una dramaturgia, un texto, una historia como esta, tan apoyada además en la actuación, puede cambiar de ámbito y mantenerse.

Por otra parte, aun presentándola durante dos años en mi casa, la obra nunca fue estática, siempre seguimos trabajando el material, porque definitivamente creo que todos los procesos deben ser dinámicos, y que para crecer el movimiento es definitivamente necesario.

Ojalá las paredes gritaran se presentará desde el martes 1 de octubre y hasta el martes 19 de noviembre todos los martes a las 20.30 hs en el Metropolitan Sura, Av. Corrientes 1343,  CABA. Redes: @ojalalasparedesgritaran // @pao.lusardi

Ficha Artística-Técnica

Elenco: Julián Ponce Campos (Hamlet), Antonella Querzoli (Gertrudis), Martín Gallo (Claudio), Augusto Ghirardelli (Polonio), Mariana Mayoraz (Ofelia), Santiago Cortina (Horacio)

Dramaturgia y dirección: Paola Lusardi

Colaboración en Dramaturgia: Leila Martínez

Asistencia de Dirección: Francisco Barceló

Asesoramiento en Dramaturgia: Andrés Granier

Diseño de Movimientos: Marina Cachan

Música: Ignacio Sánchez

Diseño de Escenografía: Gonzálo Córdoba Estévez

Diseño de Luces: David Seldes

Asistente de Iluminación. Francisco Varela

Diseño Gráfico: Francisca Rojas

Producción Gráfica: Romina Juejati

Prensa: Marisol Cambre

Asistente de Producción: Jennifer Aguirre Woytkowski

Producción Ejecutiva: Carla Carrieri

Producción Internacional: Débora Staiff