El martes 5 de diciembre desde las 19 hs  las bodegas más prestigiosas de la Argentina proponen celebrar La Ruta de espumantes, un recorrido por el barrio de Palermo degustando diferentes cavas y espumantes.

Vistalba, Fabre Montmayou, Finca Flichman , Alto Limay, Agrestis, Freixenet, Escorihuela Gascon, Fin del Mundo, Bodega Bianchi, Bodega El Esteco , Alfredo Roca, Vicentin, Colomé y Valle del Indio serán  las encargadas de ponerle burbujas y sabor a esta cata libre y simultánea que partirá de L´Hotel, Thames 1562, a las 19 hs y se extenderá hasta las 23 pasando por los mejores restaurants de la zona, que también ofrecerán diferentes propuestas de tapas, especialmente diseñadas por sus chef para el evento.

Además, quienes deseen conocer todos los secretos de los espumantes podrán introducirse en su ABC de la mano del prestigioso sommelier Juan Giacalone, quien hablará de métodos de elaboración, tendencias y acuerdos gastronómicos; y brindará sus tips de coctelería de autor en una interesante charla que se desarrollará también en L’Hotel en dos horarios de 19.:45 a 20:30, y de 20:45 a 21:30 hs.

El itinerario propuesto por La ruta de espumantes incluye paradas en La Malbequeria, Gurruchaga 1418, Lo de Jesús, Gurruchaga 1406, Mercado del Vino,  Gorritti 4868, L´Hotel, Thames 1562, Absolutjoy, Gorriti 4735, y un final con lo mejor de la música electrónica en Janio Restaurant, Malabia 1805.

Estoy bebiendo estrellas

Los espumantes son vinos cuya característica más visible es la espuma que se produce cuando son destapadas las botellas. Si esta espuma que produce la secuencia de burbujas proviene de dióxido de carbono (CO2) agregado artificialmente, el vino espumante es artificial. Si en cambio este gas carbónico (CO2) ha sido producido por fermentación en el propio vino espumante, es natural.

Las cepas del champaña francés figuran entre las más antiguas de Europa. Durante la Edad Media se elaboraron vinos que eran similares a los borgoñas, pero no llegaron a destacarse como los de aquella región. En esa latitud tan septentrional, la cosecha era tardía y la uva no tan rica en azúcar. Se dejaba fermentar lentamente y en los últimos estadios del proceso, sobrevenía el invierno, cuyos rigores interrumpían la fermentación.

La característica del champaña estriba en que con el advenimiento de la primavera y el gradual ascenso de las temperaturas, el mosto-vino empezaba a fermentar de nuevo. Es lo que se llama la fermentación secundaria que confería su carácter espumoso al vino. El abate benedictino Domingo Pérignon en 1668 era el maestro de bodega de la abadía de Hautvilliers y fue quien inventó la práctica del embotellado al descubrir que el vino tendía a fermentar y formar burbujas en la primavera siguiente a la cosecha. Burbujas que ascendían y danzaban interminablemente en la copa. No era una explosión de gas instantánea; las burbujas aparecían desde el fondo desplazándose como pequeñísimas perlas hacia la superficie donde se dispersaban formando una corona. ¿Qué había sucedido?, el gas carbónico, al carecer de espacio para volatilizarse, se había disuelto en el vino. Al destapar la botella y ganar ese espacio, este gas retenido, lo hace lentamente y en forma de burbujas. El abate Dom Pérignon era ciego; pero esto no le impidió apreciar la cantidad de burbujas y su persistencia ya que al beber por primera vez su producto artesanal manifestó entusiasmado “¡estoy bebiendo estrellas!…”