Entrevistas

Mataron a González: un policial negro sobre el fútbol, la política deportiva y los barras bravas

Voz de referencia en el periodismo radial deportivo de Argentina, Guillermo Blanco Alvarado, finalizó 2019 con la presentación de Mataron a González, su primera novela, ambientada en el siempre desconcertante mundo del fútbol argentino, y una excelente opción para transitar con literatura esta cuarentena. Intriga policial, corrupción política y guiños futboleros se mezclan en esta […]

Voz de referencia en el periodismo radial deportivo de Argentina, Guillermo Blanco Alvarado, finalizó 2019 con la presentación de Mataron a González, su primera novela, ambientada en el siempre desconcertante mundo del fútbol argentino, y una excelente opción para transitar con literatura esta cuarentena.

Intriga policial, corrupción política y guiños futboleros se mezclan en esta investigación protagonizada por un comentarista deportivo, que sin la astucia de Marlowe, la audacia de Pepe Carvalho, o los recursos del comisario Montalbano, encuentra tirado en el asfalto, al borde de la vereda, con un disparo en el pecho, a Matías González, un crack, ex futbolista de San Lorenzo, que ahora sobresalía también como representante de jugadores, y se pone a buscar respuestas.

Para conocer algunos detalles más de esta obra, editada por El bien del Sauce, Palabras dialogó con el periodista y escritor Guillermo Blanco Alvarado.

¿Por qué luego de 35 años de desarrollo profesional en el campo del periodismo deportivo decidiste incursionar en la literatura?

Me encanta escribir, y desde los 20 años lo hago sistemáticamente, sin embargo, es verdad que mi carrera profesional, estos 35 años de profesión, los desarrollé centralmente en la radio.

Aunque, justamente, en el año 2007, cuando tuve un revés laboral, comencé a escribir esta novela, en primera persona, casi como un relato periodístico, aunque de ficción,  con foco en los temas que más conozco: el universo deportivo y el fútbol.

Terminé la novela ese año, ya hace más de 13,  pero no sentí el impulso de publicarla, y la dejé en un cajón, hasta que a fines de 2018 me junté con Camilo Sánchez,  el editor de El Bien del Sauce, con quien comenzamos a trabajar para ponerla en un mejor lugar, y luego de un proceso muy interesante, hacia fines de 2019, sentimos que estaba en condiciones y la publicamos.

¿Cómo caracterizas Mataron a González?

La novela es un policial, que es el género que más me atrae, y es futbolera porque el protagonista es un periodista deportivo, el crimen que se investiga es el de un ex futbolista, hay cuestiones relacionadas con las barras, con el manejo institucional de los clubes, la política, etc.

Es un enigma clásico, al estilo de las de Conan Doyle o Agatha Christie, con un muerto al comienzo, una investigación, y un desenlace, pero que transcurre en el convulsionado mundo del fútbol argentino.

Un mundo no demasiado visitado en este registro

Aunque a primera vista no parece el universo del fútbol ha sido bastante visitado, cuando uno empieza a indagar hay mucho material muy interesante. Como referencia ineludible, por ejemplo, tenemos al Nobel 2019, Peter Handke, con El miedo del arquero ante el penal, una novela de 1970, que tiene una cuestión futbolera, y dicen que está basada en la historia real de un arquero que se suicidó hace muchos años. Soriano, obviamente, Sacheri, más acá.  Luego, en el universo audiovisual , recientemente Puerta 7, pero antes Los perros de Berlín, una serie alemana realmente excelente, y también Iniciales SG, una película argentina protagonizada por Diego Peretti, que es una historia medio negra, vinculada con el fútbol.

¿Qué nos podés contar del protagonista de la obra?

El protagonista es un periodista deportivo que está asentado en su profesión, tiene cierta tranquilidad económica, algo bastante raro, pero que él ha logrado,  aunque se siente muy aburrido. Está aburrido del fútbol, de las transmisiones y de su rol.   

En esa situación, luego de una pelea de barras, encuentra un cadáver en el piso, y decide investigar. Obviamente, más allá de su experiencia como periodista, no tiene herramientas para investigar, y comienza a chocar con muchas cosas, que tienen que ver con su incapacidad, su falta de elementos y herramientas,  pero que en parte compensa con su capacidad de llegar a lugares inesperados, donde la policía y el fiscal de la causa, tienen dificultades para ingresar.

¿En este corto trayecto, cuáles son tus sensaciones frente a lo que está sucediendo con el libro? 

Estoy muy contento. El objetivo era publicar, y  haberlo hecho me pone muy feliz. Luego, obviamente, ver las reseñas, los comentarios en los medios, ver que el libro está circulando es maravilloso, y antes que todo eso, cuando los lectores te hacen llegar sus comentarios, buenos o malos, es otra historia, eso es lo más lindo.

Creo que la novela es muy ágil, y realmente he recibido muy buenos comentarios, desde ya, también he recibido algunas críticas negativas, pero interesantes, constructivas, que me permiten repensar hacia adelante ciertas cosas, y aprender. 

¿Hay que ser futbolero para ingresar a este universo?

Desde ya que no. La novela tiene muchos guiños futboleros, que los amantes del fútbol, y aún más si son mayores de 40 años, probablemente van a pescar, pero son guiños, no son condiciones de lectura obligatoria. Cuando ves una película de Tarantino, si sos cinéfilo, seguramente vas a captar muchos guiños que otros van a pasar por alto, pero la película sigue funcionando para quienes los captan y para quienes no, y creo que la novela, mi búsqueda, va por ese lado.

¿Además de acompañar y recomendar la lectura de tu obra, por dónde pasa tu cuarentena?

Estoy mirando una película por día, algo que habitualmente no puedo hacer. Vi Joker, Parasite, Iniciales SG. Estoy leyendo Bacacay, de Witold Gombrowicz, y escuchando mucha música, donde recomiendo especialmente That’s What I Heard, el último disco de Robert Cray, que es un álbum increíble para todos los que les gusta el blues y el soul.