Rosario, Buenos Aires y Bahía Blanca serán este fin de semana escenarios de la reunión cumbre entre dos referentes de la música y la poesía del Uruguay Fernando Cabrera y Martín Buscaglia.
Figuras clave de distintas generaciones, Cabrera y Buscaglia apuestan a generar una nueva ecuación, y demostrar que “uno más uno es tres”, con una serie de shows en los que interpretarán juntos canciones de sus repertorios, y presentarán también en solitario algunos adelantos de sus próximos lanzamientos.
Luego del bautismo de fuego en la última edición del festival Medio y Medio de Punta Ballena, estas presentaciones son las primeras que los músicos realizan en nuestro país en formato dúo, en una fusión que además de potenciar la magia de sus sonidos particulares, “tiene esa fascinación que genera dejar de ser uno solo, al menos por un rato”.
El recorrido inicial por nuestro país se integra con una presentación en Rosario el viernes 2, desde las 21:30 hs. en Plataforma Lavardén, Mendoza y Sarmiento; en el Teatro Municipal de Bahía Blanca, el 4/6; y en La Usina del Arte, Caffarena 1, el sábado 3 a las 21 hs. con entrada gratuita (se entregan hasta 2 por persona desde 2 horas antes de la función).
Horas después de su llegada a Buenos Aires, Palabras dialogó con Martín Buscaglia, donde además de caracterizar la dinámica que tendrán estas presentaciones, habló sobre el particular momento que está viviendo la música uruguaya, el rol de Argentina en ese derrotero, y sus próximos proyectos.
¿Qué nos podes adelantar sobre el show de este sábado en la Usina y de la experiencia que implica este dúo con Cabrera?
En principio la idea es charlar con Fernando, charlar de la vida, no necesariamente de la música. Creo que sobre todos nosotros, que hace bastante que tocamos, y ya tenemos nuestros mundos construidos, no usamos tantas palabras para referirnos a la música, es como que la música sola nos va llevando, entonces aquí se trata de la vida.
En cuanto a la experiencia los dos estamos curtiéndonos en esto de ser un dúo, y estamos contentísimos con la fusión, que por un lado es natural y simple, porque de otra manera sería muy difícil hacerla, y ninguno de los dos hoy necesita hacer algo forzado, o sin sentido; y al mismo tiempo tiene esa fascinación que genera salirse de lo que uno sabe, porque aquí, como en cualquier labor siempre vas buscando una esencia, pero una vez que la tenés también alivia salirse de uno, y dejar de ser uno solo, al menos por un rato.
¿Y en este camino que puntas de unión fuiste encontrando?
Fernando es un capo, un ineludible que cabreriza todo lo que hace; pero más allá de eso creo que si bien somos dos músicos muy diferentes también somos equivalentes. Él tiene ese toque particular de guitarra, esa búsqueda tan singular con la viola, y yo también tengo un toque particular, y entonces para los dos es muy natural tocar juntos. Al principio algunos amigos y colegas me decían ¿vas a tocar con Fernando? ¿cómo vas a hacer para seguirle la cabeza con la guitarra? Y sin embargo siempre fue natural y fluido.
También los dos tenemos una manera peculiar de cantar, hubiéramos querido ser Sinatra o Roberto Carlos, y como ninguno de los dos estuvimos ni cerca de serlo, fuimos desarrollando maneras de ir exprimiendo el pequeño limón que la vida nos dio.
Finalmente, también entiendo que ambos somos eslabones de una larga cadena de la música uruguaya de compositores solistas singulares, que más allá de las influencias se caracterizan por tener búsquedas muy propias. Fernando es una gema en esa cadena, un eslabón fundamental de una cadena de la que yo también me siento parte.
¿Cómo caracterizas el momento que está viviendo la música Uruguaya en el mundo?
Justamente, recién cuando venía en el Buquebús me saludó un loco que me había visto tocar en Australia, algo que realmente nunca había imaginado cuando empecé: la inmediatez que te permite esta época es algo con lo que no contaba, y a partir de la que no recuerdo haber tocado en algún pueblito lejano, y que no hubiera al menos una persona esperándome, y que conociera mis temas. Eso es algo que tiene una carga emotiva enorme, y que no imaginaba cuando me decanté por la música.
Y en este camino Argentina fue y es muy importante porque abrió un itinerario para varios músicos uruguayos, para Fernando, para mí, para las murgas, o los tocadores, como por ejemplo Fatoruso- que apenas llegué vi que estuvo aquí la semana pasada, y vuelve la próxima- dándonos la posibilidad de desarrollar el toque en vivo, algo que parece obvio, pero a lo que no todos los músicos tienen acceso, y que constituye una pata indispensable: es el taburete de la música.
Uno puede componer, encontrar su estilo, afinar sus instrumentos, pero tocar en vivo tiene algo de ritual indispensable, y Argentina nos ha dado la posibilidad de hacerlo, ponernos a prueba y desarrollarnos, que es algo impagable.
¿Qué nos podes contar sobre tus próximos proyectos?
En este show voy a presentar algunos temas nuevos que integrarán el disco que espero grabar este año, un proyecto que siento será un poco volver a mí. Vengo de una etapa donde me quise alejar: me fui con Kiko, con Antolín, con Lisandro Aristimuño el año pasado, hice una gira con Yusa también, y ahora con Fernando. Estaba como podrido de mí, pero creo que ahora ya puedo volver a casa. Además, después de estos encuentros, del diálogo creativo y artístico que fui desarrollando con estos capos, siento que realmente vuelvo más lleno, más inspirado.
Los artistas
Fernando Cabrera es músico, compositor y cantante uruguayo. Casi contemporáneo a los de sus amigos y referentes Eduardo Mateo y Eduardo Darnauchans, Cabrera es hoy la materialización de esos espíritus que aún sobrevuelan Montevideo y nítidamente su genuino heredero porque, como ellos, artísticamente es único. Ha forjado un estilo y un universo muy personal y característico que lo ubica en el mismo lugar de sus influencias y que lo ha convertido en referente indiscutido de la nueva generación de jóvenes creadores de la música popular uruguaya.
Martín Buscaglia es, sin lugar a dudas, uno de los artistas más completos de la música uruguaya actual. Su versatilidad como instrumentista y vocalista nos transmite la sencillez, el refinamiento y la sabiduría de un compositor único. Tanto con su banda (“Los Bochamakers”), con el Trío Buscaglia + Ibarburu + Moreno, como en su formato “Hombre orquesta” o solo con su guitarra, se presentó en España, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Australia, Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Paraguay, México y Uruguay. Grabó con Arnaldo Antunes, Juana Molina, Kiko Veneno, Hugo Fattoruso y Rubén Rada, entre otros.