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Luis Majul y un lugar para el “mejor oficio del mundo”

Hace poco más de un año, en medio de los típicos talleres mecánicos y las casas de repuestos de la avenida Warnes, Luis Majul inauguraba Margen del Mundo, transformando el enorme galpón donde había instalado su productora en el primer museo del periodismo de nuestro país. Desde aquel momento, en base a una propuesta novedosa, […]

Hace poco más de un año, en medio de los típicos talleres mecánicos y las casas de repuestos de la avenida Warnes, Luis Majul inauguraba Margen del Mundo, transformando el enorme galpón donde había instalado su productora en el primer museo del periodismo de nuestro país.

Desde aquel momento, en base a una propuesta novedosa, el proyecto no ha cesado de crecer, incorporando actividades y convirtiéndose en un espacio de referencia para lectores, estudiantes, intelectuales, publicistas y empresarios interesados en la historia local del oficio que alguna vez García Márquez caracterizó como “el mejor del mundo”.

Así, al menú inicial, que contaba como plato fuerte con la excelente muestra «De Walsh a Lanata, cuarenta años de periodismo en Argentina”, pero también con iniciativas cuidadas y novedosas, como el primer speaker´s corner de Buenos Aires, o el video “40 años en 4 minutos” – de cuyo impacto solo se puede salir tomando un buen café en el bar de Margen- se le sumaron presentaciones de libros, reportajes abiertos, proyección de películas y documentales, entre otras actividades, imponiendo una dinámica que, como cuenta Luis Majul, supera ampliamente aquel sueño inicial.

¿Qué es hoy Margen del Mundo? ¿Cuánto de tu proyecto inicial encontrás en el espacio y en qué aspectos ves que ha empezado a constituir una identidad independiente?

A un año de su inauguración, Margen del Mundo es mucho más y mucho mejor de lo que lo imaginábamos. Soñábamos con un espacio donde se pudiera comprender y disfrutar mejor el oficio de los periodistas y el periodismo, pero no pensábamos que tan rápido se transformaría en «el lugar», para presentar libros de no ficción, documentales imprescindibles, exhibir obras de teatro vinculadas con la realidad, o lanzar dos ediciones de Leer y Comer, la primera feria del libro y la gastronomía de la Argentina.

¿Cuál es el perfil de público del lugar? Nuevamente, ¿era el que imaginabas o la dinámica del espacio te sorprendió?

A Margen del Mundo lo visitan periodistas, museólogos, gente a ama el cine, el teatro y quiere conocer las vidas de los 40 periodistas más relevantes de la Argentina, según resulta de los estudios que realizó Management & Fit, la consultora que trabajó para la muestra «De Walsh a Lanata, cuarenta años de periodismo en Argentina».

Pero también vienen cursos de escuelas públicas y privadas de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, estudiantes de arte, comunicación y publicidad, empresas de publicidad que asisten a encuentros privados o públicos. Hacemos catas de vinos y estamos muy vinculados con los grandes maestros de cocina y la gastronomía. Además, somos sede de La Noche de los Museos, Buenos Aires Jazz y actividades de industrias creativas. Y, como si esto fuera poco, también los visitan vecinos del barrio y el centro de jubilados del lugar.

¿Además del centro de jubilados cuál es la relación de Margen con el entorno barrial?

Los vecinos están agradecidos y emocionados. Y muchos de ellos nos ofrecieron sus casas y sus negocios para la Feria Leer y comer. De hecho, durante la segunda edición, los pasados sábado 17 y domingo 18 de octubre, uno de los talleres mecánicos de enfrente hizo de segundo auditorio de las charlas de escritores, periodistas novelistas y maestros de cocina; además muchos otros vecinos nos ayudaron a montar la «escenografía» callejera de la feria.

¿Sentís que durante este año lograste “superar las boludeces de la grieta», tal como planteaste allá por octubre de 2014?

Si, acá vinieron, por ejemplo, los chicos de La Cámpora que militan en el barrio. Fue en ocasión de la visita de Mariano Recalde, cuando expuso frente a los vecinos como candidato a jefe de gobierno de la ciudad. Quedaron muy sorprendidos por «el museo», y no solo por la estética, también por el contenido: no podían entender como un lugar del que soy fundador pudiese homenajear las vidas y las carreras de Víctor Hugo Morales, Eduardo Aliverti y Horacio Verbistky.

Les tuvimos que explicar que no fui yo el que eligió a los 40 periodistas más relevantes de los últimos 40 años de la Argentina sino que lo hicimos a través de 2 encuestas con mucho rigor metodológico. Desde esa vez, muchos volvieron con sus amigos y familias.

La productora, la radio, la editorial, la muestra, el espacio para las charlas, la biblioteca y el café ¿qué sentís que aún se le puede sumar a la propuesta de Margen del Mundo?

Muchísimo, para el año que viene estamos «tramando» actividades muy potentes y, además, vamos a transformar Margen del Mundo también en una usina de producciones audiovisuales, más la incubadora de una plataforma de contenidos on line, con televisión y la radio -Margen del Mundo/ Radio de Autor- que ya está funcionando.

¿Cómo imaginas que será Margen dentro de 10 años? 

Lo imagino más expandido, pero con la misma impronta. La muestra permanente de Walsh a Lanata ya empezó a transformarse en itinerante, estuvimos en Rosario, Corrientes y la vamos a llevar a Pinamar, Pilar, Mendoza, Córdoba y muchas otras localidades de la Argentina. Me la imagino con la radio on line y el canal de tv más desarrollados y conviviendo con los fenómenos de vanguardia de la comunicación, los medios, la industria editorial y las ferias más modernas.