A fines de 2018, Sol Urquía y Santiago La Rosa comenzaron a soñar con Chai, una nueva editorial argentina fundada este año en San Javier, Córdoba, dedicada al descubrimiento y a la traducción de narrativa contemporánea de todo el mundo.
“Buscamos compartir los libros que nos gustaría leer y que no están disponibles en castellano, seleccionados desde el placer y la experimentación. Nuestro catálogo es la biblioteca que querríamos tener en casa”, explican desde Chai sobre la esencia de esta nueva iniciativa editorial, que presentará en agosto su primer trabajo, la novela Ocho, de Amy Fusselman, una de las voces jóvenes más destacadas de la actualidad en los Estados Unidos.
Para conocer algunos detalles más de un proyecto que renueva la apuesta por la edición literaria, Palabras dialogó con Santiago La Rosa, escritor, editor y fundador de Chai.
¿Cómo surge el proyecto y la decisión de crear Chai en el contexto de la fuerte crisis que vive el sector editorial?
Claramente crear hoy una editorial es toda una apuesta, pero una apuesta que decididamente pensamos mucho, tanto en términos del sentido comercial que puede llegar a tener la iniciativa, como en términos del perfil editorial, algo que fuimos definiendo a partir de lo que leemos, lo que nos gusta y disfrutamos, pero también de lo que sentimos que falta, porque creemos que esa es una de las claves para que el proyecto pueda mantenerse en el tiempo.
En ese sentido, nosotros entendemos que hoy en Argentina hay una gran cantidad de editoriales que publican autores locales, súper interesantes, y también excelentes editoriales de traducción, pero que se dedican al rescate más que a la producción contemporánea, un universo que por los tiempos, y los costos está un poco dejado de lado, y es, justamente, el lugar donde nosotros encontramos que hay cosas que nos encanta leer, y no se consiguen.
Tanto Sol Urquía como yo somos escritores, tenemos libros publicados, conocemos el mercado, y sabemos las dificultades que está atravesando hace bastantes años, por eso pensamos el catálogo muy desde el disfrute, con libros que se pueden regalar, que faltan, y que se pueden vender en otros países también. Esa fue la premisa: libros que disfrutemos mucho, y que entendemos que otros también pueden disfrutar.
¿Cómo fue generar este proyecto en Córdoba, lejos de la centralidad de Buenos Aires?
La vida lejos, o la vida en Córdoba, nos permitió alejarnos un poco de una cotidianeidad que entendemos no habilitaría tanto una apuesta así.
Y si bien los dos viajamos todo el tiempo a trabajar en Buenos Aires, acá el tiempo es otra cosa, te permite centrarte mucho en el proyecto, funcionando casi como un aislamiento productivo.
¿Junto a las características que antes planteabas qué más nos podés adelantar sobre el catálogo que están proyectando?
El catálogo de Chai está centrado en traducciones de ficción y narrativa contemporánea de todo el mundo. En principio estamos proyectando una colección de cuentos, dirigida por Federico Falco, con una selección de autores que piensan el presente y replantean las formas clásicas del género; y otra de narrativa.
Todos los autores que tenemos son autores vivos, contemporáneos, que entendemos tienen un aporte para hacer al campo literario argentino, ya sea trayendo una novedad, como diciendo cosas que dialogan con lo que aquí se escribe. Realmente es un catálogo que entendemos sabe diferenciar entre lo que es solamente una buena historia, y la literatura que vale la pena que sea traducida.
¿Por eso también cuentan con un dream team de traductores?
Como lector, al leer traducciones malas realmente me aflijo, por eso pensamos que la calidad de las traducciones es algo fundamental para Chai, y convocamos a un equipo conformado por Tomás Downey, Jorge Núñez, Virginia Higa y Esther Cross, traductores que en su mayoría también son escritores, y que hacen su trabajo desde el entusiasmo, las ganas y acompañando cada libro.
¿Ya cercanos a agosto y a la próxima Feria de Editores cuáles serán los primeros lanzamientos de Chai?
En agosto presentaremos Ocho, nuestro primer libro, con el que vamos a estar en la FED, que es una novela de Amy Fussleman, que ha sido muy traducida, y hace algo muy interesante con el género memoria, y que tiene algo muy desfachatado en su escritura; luego, inaugurando la colección de cuentos, donde tenemos ya 6 o 7 títulos preparándose, vendrá Un Hombre con suerte de Jamel Brinkley, una traducción que ha sido muy premiada, es muy clásica y muy sólida.
Ocho, de Amy Fusselman
Una novela sobre los que llegan y los que se van, escrita por una de las voces jóvenes más destacadas de la actualidad en los Estados Unidos.
Poco tiempo después de la muerte de su padre, la protagonista de Ocho emprende una búsqueda de apariencia imposible: quedar embarazada. Los tratamientos de fertilidad, Angus Young, su experiencia de abuso, el patinaje artístico, los Beastie Boys, el entrenamiento de sueño para bebés y la terapia cráneo-sacral conviven con naturalidad en esta gran novela. Amy Fusselman aborda lo indecible con una voz que encuentra una veta luminosa tras el duelo y el trauma.