Preparándose para iniciar un año que estará marcado por el desarrollo de proyectos con eje en el centenario de la Reforma Universitaria de 1918, el Centro Cultural Ricardo Rojas finalizó 2017 con la consecución de importantes hitos, como la definitiva reapertura del icónico Cine Cosmos, y la profundización del vínculo entre artes y nuevas tecnologías, pensando desde el hacer las nuevas tendencias que atraviesan la escena contemporánea, y la función de los centros culturales universitarios en el siglo XXI.
Para conocer en detalle las actividades realizadas, y las novedades para este año que recién se inicia Palabras dialogó con Mariana Ron, coordinadora adjunta, de la principal institución cultural de la Universidad de Buenos Aires.
¿Qué balance realizás de lo que fue 2017 para el Rojas?
Estamos muy conformes porque 2017 fue un año muy intenso e interesante, durante el que pudimos concretar, entre otros proyectos, la realización de más de 15 estrenos en artes escénicas, el desarrollo de festivales en el área de artes visuales, y de arte y nuevas tecnologías, y un ciclo especial de óperas primas.
También tuvimos una producción muy importante de teatro y danza dentro del Festival internacional de Buenos Aires (FIBA), como fue la presentación de Todo tendría sentido si no existiera la muerte, la obra de Mariano Tenconi que fue ganadora del Premio Germán Rozenmacher en 2015, y que vamos a presentar también en una serie de funciones especiales durante 2018.
Obviamente, la reinauguración del Cine Cosmos fue un hito insoslayable del año que pasó, y la coronación de un largo período de trabajo, después del que pudimos lograr un acuerdo con el INCAA, para ser sala INCAA, abrir definitivamente las puertas, y funcionar con una programación diaria de excelencia con 4 funciones por día.
En el área de cursos, tanto en capacitación laboral, adultos mayores, y jóvenes tuvimos unos 14 mil alumnos, y cumplimos acabadamente con los objetivos del área en relación a la oferta. También implementamos un sistema de gestión on line, que agilizó muchísimo el pago, el contacto de alumnos y docentes, y la gestión de materiales educativos, además de permitirnos realizar una serie de clases gratuitas de difusión y presentación de distintas actividades.
Finalmente, me parece importante destacar la intensa actividad que desarrollamos con la Orquesta de la UBA, tanto con las presentaciones habituales en la sala Batato Barea, como con las presentaciones especiales en el marco de diversos homenajes, que coronó la función por la entrega del diploma Rector Ricardo Rojas a Ramón Ayala y la inolvidable función especial de la orquesta junto al músico.
¿En el marco de esas actividades, qué proyectos se destacaron como semilleros de nuevas tendencias artísticas?
Uno de los proyectos especiales y un objetivo cumplido que nos dio mucho placer compartir fue la puesta en funcionamiento de Escena Lab, laboratorio de artes y nuevas tecnologías, donde realizamos una serie de talleres gratuitos y abiertos a toda la comunidad con eje en las nuevas tecnologías aplicadas a la artes escénicas, con una convocatoria tan exitosa que tuvimos que repetir los talleres por la cantidad de público inscripto, y que en 2018 vamos a ampliar a otras disciplinas, incorporando además la incubación de proyectos.
En ese marco ya tenemos pautados para incubar un proyecto de intercambio entre la orquesta tradicional de música popular de nuestro centro cultural y Orquesta de Tablets, donde ya están dialogando los directores de ambas orquestas, para el diseño de un programa musical conjunto, mediante el que aspiramos fomentar que la música tradicional pueda pensarse para los nuevos públicos de música digital, que es un desafío que nos encanta.
Junto a ese núcleo, y en función de lo desarrollado en 2017 ya estamos incubando un proyecto de artes electrónicas y danza, con eje en la activación lumínica a partir de los movimientos del cuerpo; y estamos terminando de delinear una serie de iniciativas vinculadas al 100 aniversario de la reforma universitaria de 1918, que se cumple este año, y entendemos es una oportunidad muy importante para potenciar escena lab.
Creemos que todos estos proyectos, más allá de sus contenidos y objetivos específicos, implican fundamentalmente un proceso intenso y necesario de reflexión y trabajo en el que el Rojas se está repensando en función de los renovados y diferentes vínculos que establecen las nuevas generaciones con la cultura, reformulando las formas, y profundizando la capilaridad en torno a la detección de los nuevos talentos que van surgiendo en las distintas disciplinas.
¿Entendiendo que el aniversario de la Reforma de 1918 será seguramente un eje destacado del nuevo año, qué nos podés adelantar en torno a proyectos concretos?
En función del aniversario ya estamos desarrollando un proyecto de colaboración con el ministerio de Cultura de la Nación, para la implementación de talleres en distintas regiones del país, la realización de un importante festival de cierre que se realizará en alguna localidad muy al norte o muy al sur de la Argentina; y la convocatoria a un concurso donde la gente pueda presentar proyectos que retomen los lineamientos de la Reforma, que tendrá un premio relacionado con la visualización internacional de las propuestas ganadoras.
¿Finalmente, por qué les parece importante fomentar esa circulación internacional de los proyectos?
Estamos convencidos que el fortalecimiento de la escena local requiere un fuerte impulso a la conexión de nuestros artistas con la escena internacional, debemos intensificar la circulación de las producciones, pero también el intercambio y el diálogo con los creadores de diferentes lugares del mundo, por todo lo que podemos aportar y recibir en el marco de una escena donde las problemáticas y temáticas locales tienen desde su origen una fuerte imbricación con aquello que se está pensando y haciendo en otras partes del mundo.