La ceremonia del té japonesa, sadō o chadō, se traduce literalmente como «el camino del té». Una tradición japonesa que alude a una manera ceremonial de preparar, servir y degustar el té verde. Cuando nos sumergimos en este mundo inmediatamente nos percatamos que su propósito principal no es la bebida en sí misma, sino en la forma en que un anfitrión se brinda a sus invitados, creando una atmósfera distendida, lejos del ritmo acelerado de la vida cotidiana. Este ritual insta a la creación de un vínculo especial, de paz interior, entre quien lo ofrece y quien lo recibe.
Este ritual paso de estar reservado a monjes y nobles, y mientras crecía en significado y simbología, se convirtió en parte importante de la cultura japonesa. Sin embargo no forma parte de la cotidianidad de los japoneses, quienes beben té en hebras a diario. Lo ceremonial se enseña y practica por estudiosos y entusiastas, y se ofrece en muchos lugares turísticos como parte de las costumbres y tradiciones locales. Hoy es considerada una forma de expresión artística.
La ineludible mirada filosófica
La ceremonia del té no trata del sabor, sino de disfrutar de ese momento y ser conscientes de su unicidad, algo que nunca se repetirá de la misma manera. Implica dejar nuestros pensamientos fuera del recinto y concentrarnos en beber el té en armonía.
Según sus principios, todo se basa en la idea del “presente” y de que cada momento es único y ocurre solo una vez. Las palabras en japonés son: ichi go ichi e – una vez, una reunión. Si entendemos entonces que «cada momento ocurre solo una vez», que mejor que apreciar esa única oportunidad.
El anfitrión, el maestro de té, tarda años o décadas en dominar este arte. No solo aprende cada paso de los preparativos meticulosamente, también adquiere la destrezas y capacidades a través de estudios filosóficos, estéticos, artísticos y de la caligrafía.
Cada detalle se prepara pensando en el bienestar de los invitados. Cada movimiento esta coreografiados para mostrar respeto y amistad. Cada pieza se selecciona y presenta de acuerdo su carácter y personalidad. Por eso cada reunión de té es una experiencia única.
Tipos de ceremonias del te
Hay dos tipos de ceremonias del té: chakai, más informal, y chaji, más formal. La más informal es una típica reunión en torno al té que suele durar unos 45 minutos. No importa cuánto dure, la preparación de los maestros es igualmente esmerada. La opción más formal incluye un servicio de comidas tradicionales kaisekiy puede durar hasta 4 horas.
Hay rituales distintos para las diferentes estaciones del año, y por eso tiene especial relevancia algunos hitos como la floración de los cerezos, las hojas de otoño, la temporada de cosecha del té o el comienzo del nuevo año.
Las principales escuelas japonesas de ceremonia del té siguen pasos y procedimientos muy similares con algunas pequeñas diferencias. También los templos budistas celebran ceremonias que son populares entre los locales, con participación abierta a la reunión informal de té – chakai– pero solo para invitados a la formal comida kaiseki.
Una ceremonia completa y formal suele durar varias horas, comenzando con una comida kaiseki, seguida por una taza de té espeso y terminando con otra de té liviano. Sin embargo, la mayoría de las ceremonias en la actualidad son mucho más abreviadas, y se limitan a una taza de té liviano.
Un protocolo muy bien definido por cada escuela, conducen la ceremonia desde comienzo a fin. Arrodillado sobre un cojín, el anfitrión comienza los preparativos delante de sus invitados y con sus propios utensilios, los que ha seleccionado cuidadosamente según las circunstancias, invitados y estaciones del año.
Espacio y etiqueta, parte de la tradición
La mayoría de las casas tradicionales donde se realizan las ceremonias están rodeados de jardines para estimular el espíritu de tranquilidad y armonía. Caminos y senderos con piedras o estanques suelen conducir a la casa, evitando las flores de colores llamativos que puedan romper este equilibrio.
No debería llamarte la atención que las puertas de ingreso a la casa sean bajas para que todos los invitadores deban inclinarse en señal de respeto. Para su cultura esta acción simboliza la humildad.
Todos se quitan el calzado antes de entrar, y es por eso que un par de medias impecables es parte de la etiqueta requerida. En las ceremonias más tradicionales en Japón se espera una vestimenta más formal. Inclusive muchos japoneses aprovechan a lucir sus kimonos. Lo que nunca hay que olvidar es permanecer en silencio, silenciar el celular y reverenciarse en señal de gratitud con el anfitrión. Nunca uses joyas u objetos de lujo que puedan causar cualquier distracción y es casi obligatorio, abstenerse de usar perfumes con fragancias fuertes. Recordá que la ceremonia implica a todos los sentidos. Si se conversa, los temas no deben ser personales, sino que todo debe estar relacionado con la ceremonia, el té y los cambios de estación.
En las salas tradiciones no hay sillas y todos se sientan en el tatami sobre el piso. Hay algunos elementos decorativos que son típicos, por ejemplo el espacio llamado tokonoma, donde se cuelga un rollo desplegable pintado a mano acompañado de flores de la estación a su izquierda y un recipiente de inciensos a la derecha. Además, la sala de té suele tener puertas interiores estilo fusuma (puertas deslizables de marcos repartidos de madera) que solo usa el anfitrión.
Modales y etiqueta es algo esperado a invitados con experiencia. Estos deberían permanecer sentados en la posición de rodillas durante toda la ceremonia, comer los dulces tradicionales en tres piezas y beber en tres sorbos. No se espera que los turistas y novatos consideren estas reglas.
En este video podés disfrutar de una muestra de la ceremonia realizado por el Museo de Arte Oriental.
https://www.youtube.com/watch?v=PUtbI5L7tu0
Historia de la ceremonia del té
El té se introdujo en Japón en el siglo VIII desde China gracias a los monjes japoneses. Durante el período Nara solo fue usado en sus templos para servicios religiosos. Un sacerdote llamado Myōan Eisai difundió la creencia de que el té verde podía usarse como medicina y que, al beberlo regularmente, garantizaba una buena salud.
En estos comienzos solo estaba disponible para los gobernantes y las familias nobles, y más tarde, los monjes zen empezaron a usar hojas de té para mantenerse despiertos durante las oraciones nocturnas. Los nobles guerreros samuráis siguieron esta práctica y acrecentaron su popularidad.
Más tarde, el estudioso y religioso Murata Jukō, reconocido como el padre de la ceremonia del té, lo resignificó al ritualizar la preparación para que otros puedan disfrutarlo. Su enfoque en la estética se hizo bien conocido e influye mucho en la ceremonia del té que conocemos hoy.
Desde el siglo XV la bebida se hizo más popular en personas de todas las clases sociales. Entre los miembros de las familias más ricas, las fiestas para beber té se extendieron e hicieron muy populares, aprovechando para exhibir sus casas, jardines y exquisitas tazas de té, y con maestros que compartían sus conocimientos.
Poco tiempo después se desarrolló una versión más filosófica de esas fiestas de té, con una simplicidad inspirada en el Zen y con mayor énfasis en la espiritualidad. El fundador de esta forma moderna de ceremonia fue Sen no Rikyu. Vivió a finales del siglo XVI y entrenó a muchos señores de la guerra. Presentó los cuatro principios fundamentales de la ceremonia del té: wa, ke, sei y jaku (armonía, respeto, pureza y tranquilidad). Fue también quien incorporó las flores en la ceremonia y el estilo wabi-sabi, que se puede traducir como «lo simple es mejor».
Sería muy difícil comprender y aprender la ceremonia sin conocer los principios de Sen no Rikyu. La mayoría de las escuelas actuales de ceremonia del té, incluidas Omotesenke y Urasenke, se basan en sus enseñanzas.
La importancia de los elementos
En la ceremonia del té se utilizan hojas de té verde matcha molidas. El más famoso se cultiva en Uji al sur de Kioto. Estas plantas de té matcha crecen especialmente durante abril y se cosechan a mano en el mes de mayo. Tal era su importancia que durante el período Edo, 30 jinetes armados solían escoltar el primer lote de hojas de té de la temporada que eran enviadas al Shogun en Tokio desde Kioto.
Los cuencos o tazas de té son los utensilios más preciados de la ceremonia. Los de invierno o tsutsu chawan,tienden a ser profundos que los de verano para mantener el té caliente. La decoración corresponde a menudo con las estaciones del año, con flores de cerezo u hojas otoñales, por ejemplo.
Curiosamente, las tazas de té japoneses que se rompen no se tiran. Se reparan con urushi, una laca japonesa, y las grietas se cubren con polvo de oro. Este proceso simboliza la importancia de celebrar las cicatrices y aceptar las imperfecciones como parte de la vida.
Los cuencos de té japonés más famosos son los «raku chawan» elaborados por la familia Raku desde hace 400 años. Se hacen a mano, sin molde, y el proceso de horneado y reposo los hace durar por varias generaciones de la misma familia. Cada cuenco es único y muy valioso, costando más de mil dólares y un par de años de espera.
Donde experimentar las mejores ceremonias de té
Hay casas de té en todo Japón. También ser realizan ceremonias en muchos templos, hoteles ryokan y en lugares de eventos y donde se imparten talleres o demostraciones.
Kyoto es el centro del té japonés. El Okitsu Club, cercano al Palacio Imperial, es el lugar más exclusivo y tradicional. Pero también hay muchos lugares informales en el distrito de geishas de Gion.
En la ciudad de Tokio, en el distrito Shinjuku, la tienda de kimonos Nadeshiko, ofrece una de las mejores experiencias de este ritual. Al otro lado de la ciudad, la casa de té Nakajima No Ochaya, permite disfrutar con un precio más razonable de la ceremonia del té, en un entorno maravilloso con vistas a un lago en los jardines Hama-Rikyū.
Al sur del país podrás encontrar en Yame, en la isla de Kyūshū, algunos de los mejores productores de té matcha del país que ofrecen tour con una experiencia completa. Mientras que en Fukuoka , el templo Shōgonji ofrece ceremonias del té para invitados.
En Argentina, podemos acercarnos a la verdadera ceremonia, e inclusive tomar algunas clases de Chadō en la escuela Urasenke de nuestro país (@urasenkeargentina). El Centro Cultural de la Embajada de Japón también ofrece charlas y actividades en relación a esta práctica. Recomendamos seguir a una de las expertas locales más reconocidas de Argentina, Malena Higashi, quien ofrece varios talleres de la cultura japonesa.
A lo largo de los años, los japoneses convirtieron una simple acción de beber té en un ritual donde la armonía y la hospitalidad se convirtieron en sus aspectos principales. En la época medieval, la clase samurái y los monjes lo hicieron propio y hoy la ceremonia del té se practica como una forma de arte y una tradición cultural única.