“A los artistas contemporáneos se nos sigue intentando definir como plásticos o visuales, como si esas categorías pudieran abarcar nuestra práctica integralmente” dice Julim Rosa, describiendo sintéticamente, la marca identitaria de una nueva generación que se resiste a anclar sus prácticas, y limitar sus búsquedas y sus obras, a las tradicionales clasificaciones del campo artístico.
Directora de arte publicitario, distinguida como calificación final en el Fine Art Diploma, que cursó en Central Saint Martins de Londres. Cofundadora de la plataforma La Sin Futuro, seleccionada en el Premio Quimera 2015 y en el Premio Proyecto A 2014; ganadora de una beca a proyectos grupales del Fondo Nacional de las Artes y una mención de honor en el concurso BA Sitio Específico 2014, Julim combina una sólida formación académica con una intensa indagación que violenta, una y otra vez, márgenes y saberes establecidos.
“Personalmente siento que los artistas contemporáneos funcionamos más como investigadores que como generadores de objetos plásticos y/o visuales, es por eso que me defino como una artista que trabaja con acciones e instalaciones. Al no estar condicionada a ningún medio, la obra tiene la libertad de devenir en algo visual, sonoro, audiovisual, táctil o hasta inmaterial”, explica.
Y esos principios en acto se materializan en proyectos como “Deja de esconder lo que deseas”, que inició en 2014, capturando en video carteles de vía pública fuera de uso, una instancia que define como “el momento extraño en el que temporalmente no están cumpliendo la única función para la cual existen”, o en “Siempre”, que implicó la proyección de la frase animada “Hagamos que dure para siempre”, durante 3 horas sobre una medianera de Flores.
Pese a que el pasaje urbano y sus objetos son, muchas veces, protagonistas o soportes de sus obras, insiste en que la elección de estos elementos no es para ella una decisión consciente. “No es una decisión consciente trabajar en y con ellos, la ciudad es simplemente el entorno en el que me pasan cosas. La calle es el espacio común a todos los ciudadanos, es un lugar que es de todos y de nadie al mismo tiempo. Mi trabajo se basa en la comunicación, y el espacio público es donde existen, se activan y funcionan los sistemas de comunicación oficiales y clandestinos que me interesan. Uso mi taller como un lugar de proceso, pulido de ideas y armado de estrategias, pero mi producción sucede afuera y es imposible aislarla del entorno físico y el marco temporal”.
Como parte de ese interés en el funcionamiento de los sistemas de comunicación en 2014 nacía “Colita Full”, un proyecto de camuflaje en el sistema de oferta de servicios sexuales que existe en las calles de Buenos Aires. “La pregunta o intención de “Colita Full” es descifrar cómo funciona ese sistema, descubrir la forma de comunicación que existe entre quien ofrece y quien consume el servicio”, cuenta Julim, que como estrategia para lograr responder ¿quién llama?, ¿a qué hora?, ¿qué pide? o ¿cómo encara?, estudió minuciosamente las variables que componían ese sistema de comunicación y luego, plagiando formatos e imitando procedimientos, se infiltró a partir de cientos de volantes, que fueron repartidos y colocados en las calles, con un número de teléfono que atendió durante 48 horas para recopilar y analizar el funcionamiento del sistema.
Diversas y provocadoras cada uno de sus obras habla también de una mirada artística voraz, que no descarta elementos, sino que encuentra en todo objeto y situación, una posibilidad para la indagación artística. “Siento que detrás de cada proyecto hay preguntas. Ese es el motor, lo que incentiva la búsqueda de indagar en determinada temática o concepto hasta lograr activar algo. No se trata de historias, las historias son estáticas, mientras que las preguntas dejan espacio para la incertidumbre, la adrenalina y una alta posibilidad de fracaso, además de una parte impredecible que solo se completa cuando la acción sucede. Eso es para mí la producción”, plantea.
Y, frente a las dificultades que implica intentar demarcar las características formales del movimiento y el momento artístico en que se integra, a la hora de buscar elementos para establecer un manifiesto de su generación confiesa: “Siempre me generó mucha intriga eso de que los movimientos y las particularidades de las épocas son definidas cuando el período pasa, revisándolo hacia atrás. Es como si no pudiéramos demarcar formalmente las características de lo que está sucediendo ahora y necesitáramos pasar a algo nuevo para poder construir el marco de lo anterior. Lo que sí puedo establecer como manifiesto de la generación que integro en el entorno local es la autogestión como principio de producción, la autenticidad de la práctica, el interés por el aquí y el ahora y la concepción de las obras como dispositivos para experiencias”.
Para conocer la obra y adentrarse más en la particular mirada de esta joven artista se puede ingresar a http://www.julimrosa.com.ar/