Festivales

Jueves de Comadres en Jujuy: una festividad que anuncia el inicio del desentierro del carnaval

Rastros de harina y papel picado, aroma a albahaca, el eco de las cajas y de las coplas. Las calles de Jujuy amanecieron el viernes pobladas de las huellas del Jueves de Comadres, festividad que se realizó el 23 de febrero, anunciando que el carnaval norteño anda muy cerca. Y es que la previa del […]

jueves comadres
Rastros de harina y papel picado, aroma a albahaca, el eco de las cajas y de las coplas. Las calles de Jujuy amanecieron el viernes pobladas de las huellas del Jueves de Comadres, festividad que se realizó el 23 de febrero, anunciando que el carnaval norteño anda muy cerca.

Y es que la previa del desentierro del Pullijay en toda la provincia de Jujuy tiene dos hitos fundamentales: el jueves de compadres y el de comadres, que 15 días antes del sábado de carnaval, reúnen en las grandes ciudades y en cada pequeño pueblo, a compadres y comadres, para reafirmar las promesas de cuidado de los ahijados y celebrar su amistad.

Este año, el topamiento de compadres, que reunió a los hombres de toda la provincia, se realizó el 16 de febrero, y exactamente una semana después, el pasado 23, las mujeres fueron las protagonistas.

Así, desde temprano, las calles se poblaron de mujeres de todas las edades, que  bajando de los cerros, saliendo de sus casas, y dejando definitivamente atrás la rutina, se dirigieron rumbo a los clubes, plazas y mercados, que oficiaron de escenarios para la festividad.

En el ingreso a cada uno de esos «fortines» donde se realizó el topamiento, las mujeres fueron vacunadas contra la tristeza, el mal de amores y las penas, con un brebaje alcohólico, especialmente preparado por organizadores, y anfitrionas, que obligatoriamente debían beber al ingresar.

Después de «la vacuna», empanadas, tamales, humitas, picante de pollo, lengua y mondongo; mucha cerveza, chicha de maní, de maíz, y jugos, fueron los elementos infaltables en el menú de los encuentros, donde la charla y la copla, por supuesto, también dijeron presente.

Enfloradas, con hojitas de albahaca en el cabello, y caña de maíz en el atuendo como signo de fecundidad, las mujeres brindaron por la familia, la educación, y los niños, y bailaron hasta la madrugada, entre papel picado, serpentina, talco y harina, contando al ritmo de sus cajas, las alegrías y desventuras que atravesaron desde su último encuentro, en el topamiento del año pasado.

Con la salida del sol comenzó la vuelta a casa, y un viernes de descanso y expectativa. Es que finalmente, el sábado 25 de febrero, el carnaval será desenterrado, abriendo una de las semanas de festejo y celebración más esperadas del año.