Jennifer Dahlgren es, sin duda, una de las atletas argentinas más reconocidas: poseedora del récord sudamericano de lanzamiento de martillo, múltiple Campeona Nacional, ha competido en siete Mundiales, llegando a la final en 2011, también participó en cuatro Juegos Olímpicos desde Atenas, y ahora busca la clasificación a los JJ.OO. de Tokio en 2020. Además, suma cuatro “Oros” en los Campeonatos Iberoamericanos y uno en los Juegos Sudamericanos 2018.
Sin embargo, hace un año ya, Dahlgren se convirtió en noticia cuando se viralizó en la web su foto llorando: «Como me pasa siempre, me llega la invitación a un evento o gala y salgo a buscar un vestido para la ocasión y el más grande no me entra. Mis 120-100-115 están nuevamente fuera de límites; termino frustrada con todo, llorando en mi auto» declaraba la Embajadora del Programa Huella Weber y del INADI, convirtiéndose en vocera de muchas mujeres que sufren situaciones similares.
En ese camino, el pasado 5 de octubre la deportista fue una de las protagonistas de VAMOSAZOOMAR NEA, un ciclo de charlas tipo TED impulsado por la organización social TECHO y Familia Bercomat, donde desde su experiencia personal abogó por la sanción definitiva de una Ley de talles nacional, junto a otros expertos y personajes relevantes que abordaron temáticas como el cambio climático, la desigualdad, la salud, la economía, entre otros.
Para conocer algo más de su historia, y su lucha para que sea la ropa la que se adecúe a los cuerpos, y no los cuerpos los que se adecúen a la ropa Palabras dialogó con Jennifer Dahlgren.
¿Cómo fue que decidiste abrazar la lucha por la sanción de ley de talles a nivel nacional?
Hace muchos años abracé una profesión con eje en el cuerpo, y entonces aun quienes conocen mi historia, y lo que me marcó el bullying en mi adolescencia, suponen que ya tengo todo resuelto. Lo cierto es que eso no es así, tengo inseguridades y frustraciones como todos, y si bien muchos temas pude resolverlos con los años, en ciertos momentos te das cuenta que siempre falta un poco más, que hay un trabajo que uno debe realizar todos los días.
En ese sentido el universo de la ropa es un área donde la sociedad te recuerda casi a diario que vos no encajás, que no estás en la norma. En el colegio me marcaban permanentemente que no pertenecía ahí, que era otra, y ahora la moda lo sigue haciendo.
De hecho, cuando se viralizó mi video llorando porque no encontraba un vestido para ir a la gala del Colón, me llegaron miles y miles de historias de mujeres de todos lados que me contaban que les pasaba lo mismo, y me agradecían por ser portavoz de una problemática que descubrí es mucho más generalizada de lo que yo pensaba.
Estamos acostumbrados a pensar que nuestro cuerpo tiene que entrar en la ropa, no que la ropa tiene que entrar en nuestro cuerpo, entonces es muy difícil tener una autoestima sana y fuerte cuando todo el tiempo te estás sintiendo alienada.
¿Qué fue lo que más te impactó de esos mensajes?
Todos eran muy conmovedores, pero nunca voy a olvidar el de una mamá que me contó que su hija era fanática de una marca de ropa para adolescentes, y como no había talles para ella comenzó con trastornos alimenticios, y al año falleció. Cuando lo leí no podía creerlo, pero luego empecé a indagar y entendí que esa situación es más usual de lo que uno cree.
¿Y a partir de todo esto fue que redoblaste tu compromiso con la temática?
Desde siempre he sentido un compromiso muy grande por luchar contra la discriminación al diferente, lo cierto es que todas esas historias han profundizado mi voluntad de ser un puente de información, de diálogo, para los chicos se den cuenta que no están solos, que cada cuerpo es diferente, que no hay que compararse con el del otro porque siempre vamos a sentirnos menos. Además, cada vez que yo hablo de este tema entro en un proceso de catarsis que me hace muy bien a mí.
¿En ese proceso cómo fue la charla de VAMOSAZOOMAR NEA que brindaste el pasado 5 de octubre?
Realmente creo que fue una de las mejores que pude dar hasta hoy, porque en todo el proceso previo los equipos de TECHO y Familia Bercomat me ayudaron a sacar más cosas, a poner más detalles, a que sea una charla más profunda e íntima, y por lo tanto mucho más impactante, donde pude realmente abordar muchas cosas de mi pasado, que evidentemente eran un lastre emocional.
Además, para mí fue muy importante porque se realizó en el interior del país, y si bien hablamos de la falta de talles en la ropa en Argentina en general, una cosa es vivir en Buenos Aires, donde hay más opciones, y otra el interior donde el problema se potencia muchísimo más.
¿Cuál es la situación actual de nuestro país sobre la temática?
En nuestro país actualmente hay 14 leyes de talles, que son provinciales o municipales, y esa fragmentación tiene como correlato que ninguna se cumple, porque es imposible para un fabricante de ropa cumplir con 14 leyes distintas en torno a una misma temática.
En esa línea, existe un proyecto nacional, que ya tuvo media sanción del Senado y esperemos que en el próximo período parlamentario pueda tratarse en diputados, porque lamentablemente en Argentina a diferencia de otros países, necesitamos realmente esa herramienta porque tenemos una percepción del cuerpo tipo que es totalmente irreal, y en general somos bastante gordofóbicos.
La nueva ley es importante porque no solo plantea que debe haber talles xl, sino que propone la realización de un estudio antropométrico actualizado que permitirá tener un registro de cómo son hoy los cuerpos argentinos.
Desde la industria de la moda, por su parte, siempre se escuchan muchas excusas, como la idea de que por requerir más tela el costo de los modelos XL debe ser mucho mayor, pero si realmente eso tuviera alguna incidencia cada talle tendría un precio diferente. Lo real es que hay ciertas marcas que no quieren que su ropa sea usada por personas gordas, por ejemplo, porque no quieren quedar asociados a ese tipo físico.
Igualmente, si sacás a las XL de la ecuación, la mujer promedio también sufre muchísimo por la vigencia de este paradigma, la violencia psicológica realmente se ejerce sobre todas y no reconoce diferencias.
Entonces en un momento donde las mujeres y las distintas minorías estamos consiguiendo se reconozcan muchos de nuestros derechos es importante que los cuerpos que están fuera de la norma también adquieran voz, porque la exclusión es discriminación.
¿Dónde queda frente a esta vocera la Jennifer Dahlgren deportista?
No puedo dividir mi faceta de oradora de mi faceta de deportista, porque realmente son dos facetas muy mías, de hecho cuando hablo de mi experiencia como deportista intento siempre dar un panorama integral, no quedarme en el cuentito de “hacés un gran esfuerzo y luego viene la medalla”, porque muchas veces uno deja todo y la medalla no llega. La realidad es esa: detrás de cada medalla hay una lucha, pero también detrás de cada derrota, y debemos ser honestos al transmitir nuestra experiencia, porque es desde ahí que la gente se conecta con el mensaje que estás transmitiendo.
Aquí podés ver la charla de Jennifer Dahlgren en VAMOSAZOOMAR NEA