Este martes 21 de mayo desde las 19 hs uno de los máximos referentes de la música uruguaya contemporánea, el polifacético Hugo Fattoruso, se presentará en el hall principal del Teatro San Martín con entrada gratuita.
Hugo toca tangos es el nombre de esta propuesta que invitará a disfrutar de un recital único y atípico en la carrera del músico uruguayo, en el que versionará autores y composiciones que admira y que lo han acompañado desde su infancia. Para conocer algunos detalles del concierto, Palabras dialogó con el maestro Hugo Fattoruso.
¿A horas del show en el hall del Teatro San Martín cuáles son tus sensaciones?
Cuando me propusieron realizar este show me sentí asustado y encantado. Ahora, a pocas horas de la presentación, ya estoy con pánico y muy entusiasmado. Y es que para mí es un gran desafío tocar en un gran teatro como el San Martín, en la Ciudad de Buenos Aires, en Argentina, y un repertorio centrado en el tango, un género que me apasiona, que escucho desde niño, y de alguna manera vive en mí, así que estoy muy feliz, y me estoy preparando con mucho respeto y vértigo.
¿Pesa ser Fattoruso a la hora de ingresar en un género como el tango al que tal vez no estás tan asociado?
Yo de eso no me doy cuenta, porque realmente no sé lo que significa. Mi responsabilidad es no hacer papelones, y para eso me preparo, porque uno, como todos, erra y se equivoca, tanto en términos conceptuales como mecánicamente mientras estás tocando, por eso yo me esfuerzo mucho siempre para que aquello que voy a presentar se desarrolle de la mejor manera posible. Tocar música es una responsabilidad muy grande, así la siento y la vivo, y esa responsabilidad es la que tiene realmente peso.
¿Qué nos podés adelantar del repertorio que elegiste para este show?
Lo mío es el tango canción, así que haré algunas milongas, bastante tango canción, y en su mayoría versiones. Elegí algunos tangos conocidos que me apasionan, que me encantan, cosas de Gardel Lepera, de Gardel Razzano, de Samuel Castriota, de Pascual Contursi. También voy a presentar un par de temas propios, y algunos de compositores uruguayos como Toto Méndez, Carlos Morales, Jaime Ross y Pintín Castellanos, por ahí irá la cosa y veremos que sucede.
¿En ese “lo que suceda” está implícito el respeto y la admiración que sabés tienen por tu trabajo en Argentina?
En Argentina sucede algo muy especial, y no solo conmigo: el público presta mucha atención a lo que hacen los músicos, es algo que noto siempre cuando vengo a tocar, y que me sorprendió gratamente desde la primera vez que vine hace muchísimos años.
Hay un respeto especial por lo que ofrecen los músicos provocado, tal vez, por la intensa forma de saborear la música que tienen los argentinos, que es algo que no sucede siempre en todos lados. Hay muchos lugares donde la gente va a un recital a socializar, a conversar, y no importa mucho quien esté tocando. En Argentina tanto si tocás en un teatro, como si lo hacés en un boliche, encontrás que el público va a saborear el asunto.
¿Esto no pasa en Uruguay?
La gran diferencia con Uruguay no está allí sino en las posibilidades de trabajo. Hace años recuerdo que mi hermano Osvaldo me dijo: “Si Uruguay tuviese como Argentina 40 millones de habitantes seguramente habría más plata para los músicos”, y eso es verdad porque uno va a la Argentina y recorre Jujuy, Tucumán, San Martín de los Andes, Bariloche, La Plata, Quilmes, la Ciudad de Buenos Aires, siempre hay posibilidades, mientras que en Uruguay eso no existe, si vas al interior a tocar, luego debés esperar dos años para volver, somos 3 millones, y eso marca mucho la diferencia.
Sin embargo, como has planteado en muchas entrevistas, son un país que genera muchos y grandes músicos.
Yo siempre digo que el secreto de esa ecuación debe estar en el agua, porque en un país donde las posibilidades de trabajar de esto no son tan grandes, donde no hay tantos lugares para tocar, es muy sorprendente ver la cantidad de jóvenes músicos que surgen y el entusiasmo que tienen, así que la clave debe estar en el agua.
¿Luego de Hugo toca tangos, qué?
Muchísimas cosas, y muchísimos toques: Estamos viajando con Aldana Barrocas a Europa, donde vamos a tocar en seis ciudades. En septiembre nos vamos a Japón, para la 13° gira consecutiva del dúo Dos orientales, junto a mi compañero Tomohiro Yahiro, que este año durará siete semanas. Antes de eso, Ezequiel Valdez, el gran músico y guitarrista marplatense, me ha invitado nuevamente a tocar el piano junto a su trío, integrado por Andrés Pellican en bajo y Edu Giradina en batería, con varias fechas confirmadas, y la idea de visitar el norte argentino también; y el 8 y 9 de agosto próximos junto al Trío oriental vamos a estar tocando en el Bebop, y la lista sigue.
¿Qué te falta?
Tiempo, siempre estoy atrasado, y eso que le doy de sol a sol a la música, pero también a los mandados: mi madre tiene 98 años, así que estoy muy en las cosas de la casa como todo el mundo, haciendo los mandados, manteniendo la azotea sin hojas para que la alcantarilla no se tape cuando llueve, ahora que vino el otoño, y estudiando mucho siempre. Alegres e intensos, así transcurren mis días.