Con una conferencia sobre pintura y música a las 11 de la mañana, y una presentación especial a partir de las 18, el artista plástico Helmut Ditsch inaugurará, el próximo lunes 27 de junio, la Cátedra Ditsch en el Instituto de Artes Mauricio Kagel dependiente de la Universidad Nacional de San Martín, marco desde el que se propone transmitir sus conocimientos artísticos, a partir de la realización de una serie de encuentros aún con fecha a confirmar.
“Será la primera vez que Ditsch asumirá el rol docente, con el objetivo de transmitir el bagaje técnico recogido a lo largo de su carrera y, a la vez, plantear los intereses especulativos en el arte y brindar tácticas que le permitan al artista independiente sortear estas barreras del mercado del arte” adelantaron desde la UNSAM en torno al contenido de la clases que brindará Ditsch.
Polémico y crítico del “establishment del arte”, donde ubica a críticos, curadores y galeristas, Ditsch es actualmente el artista plástico mejor vendido de la Argentina, una marca que logró en 2010 cuando su obra “el Mar II” se vendió en 865 mil dólares- superando por entonces a los «Desocupados» de Antonio Berni- y que reafirmó este año con “Cosmigonón”, una pintura monumental del glaciar Perito Moreno de 7,30 por 2,73 metros, que fue adquirida por 1,5 millones de dólares por un grupo de inversores europeos.
Bautizada con un término acuñado por Charly García en tiempos de Serú Girán, este óleo tiene para Ditsch un alto valor emotivo ya que fue uno de los últimos trabajos que realizó acompañado de su esposa Marion, que falleció hace unos 5 años, y uno de los últimos trabajos en gran formato realizado por el artista nacido en Villa Ballester.
Catalogada como realismo fotográfico, realismo posmediático o hiperrealismo la pintura de Ditsch se caracteriza, según el propio artista ha explicado, por una búsqueda donde la representación del paisaje es una vía para la transmisión de “vivencias y experiencias”, entre las que la muerte, “la vivencia de la muerte” siempre ha ocupado un lugar central.
“La muerte temprana de mi madre, relata Ditsch, me ha conducido desde chico a asumir una postura existencialista, a tener que preguntarme por qué, y cuando creí que tenía respuestas me volvió a pasar con mi esposa, por lo que necesariamente me volví a cuestionar todo”.
Desde esa óptica, el artista proclama: “Yo pinto vivencias no paisajes. Tal vez, la mejor definición de mi obra sea una que elaboraron hace un tiempo unas niñas de 5 años, quienes después de ver mis pinturas simplemente me dijeron: ‘vos pintas ventanas’”.
Si bien la carrera de Ditsch se desarrolló mayoritariamente en el exterior- emigró de nuestro país hacia Austria en 1988- los paisajes y rincones de Argentina siempre han ocupado un lugar central en su obra, y desde el año 2010, siempre en el marco de diferentes proyectos, su presencia se ha hecho más habitual.
Durante todos estos años cada una de sus visitas ha sido una oportunidad para que Ditsch reafirmara su controversial mirada sobre lo que ha denominado “arte de terapia intensiva”, en referencia a “un arte que no funciona si no tiene todo un sistema artificial que lo mantiene con vida: el museo, los curadores, los críticos, el establishment” y frente al que se ha planteado como partidario de “un arte nacional y popular, inclusivo y de acceso público y gratuito”.
“El crítico, explica el pintor, es un actor fundamental para que el arte de terapia intensiva pueda funcionar. Se le da un lugar tan preponderante que se termina por olvidar que es el artista el que construye la vanguardia, que el verdadero talento está en hacer vibrar a la gente y que no necesita del intermediario para funcionar. El arte no es mercancía; es un arma de movilización y evolución humana”.
Y frente a quienes plantean que este discurso solo puede mantenerse a partir del éxito económico, justamente, Ditsch, proclama: “Me interesa hablarle a la gente, porque te hacen creer que esto sólo se logra a través de curadores y galerías. Y no es así. Yo no tengo intermediarios ni nadie que le ponga precio a mi obra, que me diga si tengo que pintar telas más chicas para vender. Esto que yo hice es lo que no quieren. Igual para mí el éxito no es ser el mejor vendido, sino saber que el lenguaje que yo desarrollé en mi pintura llega al pueblo”.
Para conocer más sobre su obra, y su particular conceptualización del universo artístico, la cita es el próximo 27 de junio en el Campus Miguelete de la UNSAM.