El talentoso artista presenta los temas de su disco para despedir el año. Una lista de canciones compuestas por él, donde el groove es el protagonista. La propuesta incluye una versión del clásico de Jimi Hendrix “Third Stone from the sun”. El músico dialogó con Palabras para compartir aspectos de su vida profesional.
Este sábado hacés dos funciones, en Bebop, para compartir los temas de tu disco editado en 2020. ¿Qué es lo que más te gusta de este espectáculo?
Es un grupo que lleva 10 años con lo cual es muy cómodo, para mí y creo que para todos los que integramos la banda, estar en el escenario. El show, en realidad, parte de un disco que se grabó en vivo. Bebop tiene mucho que ver porque aquello sucedió en su anterior espacio, que quedaba en San Telmo. Decidí editarlo porque sonaba muy bien el concierto y todos los músicos estuvimos de acuerdo. Lo hice en la pandemia cuando no había actividad y quise que quede registrado y que, al menos, esté dando vueltas por internet. Ahora hacemos estos dos shows, el mismo día, presentando ese disco.
Además de tu faceta como músico, tenés una muy desarrollada como conductor y entrevistador en medios de comunicación. ¿Qué articulación encontrás entre ambos mundos?
Creo que es todo un poco lo mismo. Particularmente no me he preparado tanto para los medios de comunicación. Si, un poco, para la música. A lo largo de mi vida estuve estudiando y tocando un instrumento muy complicado que es la trompeta. Por otra parte, naturalmente, me fui metiendo en los medios. He tenido mi cuota de suerte, pero ya llevo treinta años en radio y también he hecho algunas cosas en televisión. Me gusta fluir de la misma manera que lo hago en la música. Todo tiene “mi forma de ser”. No me transformo en un conductor de radio como son, por ejemplo, los locutores del ISER. Pongo mi “impronta”, en distintas situaciones. A veces recibo buenos comentarios por las entrevistas, como las de “La Hora Líquida” (93.7 Nacional Rock) con la que ya estamos culminando la tercera temporada. Quizás soy un poco jazzístico, si se quiere, en la forma de manejarme. En el jazz lo más importante es la improvisación. En definitiva, se trata de interactuar con los músicos en el escenario y ver qué sucede allí ese día, a esa hora. Al otro día tocás en otro lado y suena distinto porque pasan otras cosas, hay otra energía. De la misma manera encaro los programas. No soy de preparar ningún tipo de cuestionario. Voy viendo con el entrevistado hacia dónde ir y dejo que la conversación fluya. Soy natural, si se quiere.
Hoy, con una larga trayectoria como músico: ¿qué es lo que te sigue atrapando de la trompeta y qué caminos te abrió?
Es muy complicada de tocar, te lo pueden decir los músicos. Las características son muy distintas de otros instrumentos, porque sólo tiene tres botones para hacer sonar todas las notas. Cuando ves un piano, por ejemplo, ves un montón de teclas. En el caso de la trompeta tenés que sacar todos los sonidos combinando tres válvulas. Además, hay que darle distintas intenciones al aire y otras cuestiones que implican un proceso mental y físico muy especial del músico; que le llevan todo un entrenamiento de la musculatura y de control. Escribí un libro en 2008 que se llama “Blow!”, donde traté de explicitar estas cuestiones hablando con músicos de aquí y del exterior. Ahora estoy en proceso de reeditarlo en virtud de que está discontinuado. La editorial Gourmet Musical me propuso hacerlo, así que estoy en ese proceso, ampliando algunos aspectos y haciendo más entrevistas. La relación del trompetista, y la mía, con su instrumento es especial. No podés dejar de estudiarlo, dado que volvés al punto cero si lo haces. No es como un piano con el que pasa otra cosa. Mi vieja lo había estudiado de chica y luego, ya muy mayor y anciana, se sentaba y tocaba. No te digo que lo hacía como cuando era joven pero, después de varias décadas de no practicar, podía hacerlo sonar bien. Con la trompeta es imposible. En ese sentido hay un grado de esclavitud y cautividad. Si te vas de vacaciones, tenés que llevarla. Tiene todo un asunto, pero a la vez es apasionante y alucinante. Su sonido es hermoso. Disfruto mucho de los grandes trompetistas.
Ficha Artística Técnica:
Gillespi: trompeta, flugelhorn, Ewi sax y guitarra eléctrica | Álvaro Torres: piano y sintetizadores | Alejandro Chiabbrando: saxos | Rafa Francesquelli: bajo | Sebastian Peyceré: batería.
On Fire:
Funciones: sábado 17 de diciembre a las 22.30 y luego en la trasnoche a las 00.50
Localidades: desde $1300
Venta de entradas: https://bebopclub.com.ar/
Foto de esta nota: Edgardo Kevorkia