«El señor de la Corte no está disponible a la venta. Censura @rlorenzetti?» se preguntaba hace tres días, a través de su cuenta de twitter, la periodista Natalia Aguiar, dando a conocer sus dudas sobre los motivos por los que se había discontinuado la venta de esta obra de su autoría, publicada por ediciones B, tan solo un día después de que llegara a las librerías.
Inmediatamente, periodistas y medios de todo el mundo comenzaron a hacerse eco de este hecho, y a repudiar una situación que, en primera instancia, pareciera remitir a prácticas reñidas con un país democrático. Después de consultar con la editorial y no obtener respuesta, Palabras dialogó con la periodista y abogada Natalia Aguiar, autora de «El señor de la Corte», para conocer más detalles sobre lo sucedido con su obra.
¿Qué pasó con tu libro?
El libro salió a la venta después de seis meses de arduo trabajo y de un compromiso mutuo con la editorial, y que terminó generando un producto final que nos superó a todos, algo que nos puso muy contentos.
Igualmente, desde el mes de agosto, cuando llegué a la ciudad de Rafaela, empezaron los problemas, un largo proceso que culminó con el levantamiento del libro de las librerías el viernes 24. El libro salió a la venta el día jueves y el viernes se retiró de circulación.
¿Cómo se retiró?
La editorial lo retiró bajo el pretexto de un supuesto error de impresión en las solapas. Dicen que, a raíz de los cortes de luz que se dieron cuando el libro estaba en esa etapa. se presentaron fallas y las solapas se pegaron.
Yo no pude ver los ejemplares, y si la editorial dice eso así debe ser, pero esto fue el corolario de una serie de situaciones, por lo menos sospechosas, y otras amenazantes, que fueron muy fuertes, que viví yo, mis amigos, y las personas que me acompañan en mi día a día, como mi familia.
Entonces, esto no me sorprende porque yo vengo viviendo este tipo de actitudes del presidente de la Corte, que si algo tiene que ver en esto no lo sé, desde el año 2012. Es una persona a la que como digo en el libro el scaner del periodismo le preocupa.
¿En función de lo que te informan desde la editorial tenés alguna certeza sobre cómo sigue este proceso?
Actualmente no tengo certezas. El viernes mediante un mail la editorial me informa que se iba a reprogramar el lanzamiento del libro debido al error de impresión. Algo que puede ser cierto, pero que me sorprende, porque veníamos con un ritmo adrenalítico, de 24 horas de trabajo, control, y chequeo de la información, porque sabíamos que era un producto que iba a tener impacto por el personaje que abordaba.
Sabíamos que toda la información tenía que estar chequeada y controlada, trabajé con un equipo de cinco abogados, que la editorial puso a mi disposición, y al que yo también sumé profesionales amigos para controlar la documentación. Fue un trabajo arduo y minucioso, que se ve interrumpido sin razón cuando el libro ya está en las librerías.
Si bien la palabra mágica que me da esperanzas es reprogramación, lo raro es que habiendo tenido tamaño nivel de trabajo, no se haya controlado lo de las solapas cuando el libro salió hacia las librerías. Veníamos organizando la presentación para el 16 de marzo, con toda una línea de trabajo que no daba indicio alguno de esta posibilidad de que se levantara por un error.
¿Tuviste contacto con algún ejemplar para corroborar lo que la editorial argumenta?
La versión de la editorial es esa. También plantean que los libreros devolvieron los libros por estos errores, sin embargo, cuando uno recorre las librerías ellos dicen: “no, la editorial nos pidió que los retiremos”.
Yo vengo teniendo problemas con Lorenzetti desde 2012. Perdí trabajos, se me cerraron opciones laborales, me enfermé por esa situación. Esto no me sorprende, no es algo nuevo, y ya lo viví, lo que pasa es que ahora se hace público. Pero afortunadamente, me siento acompañada por la gente y especialmente, por los colegas que no pueden creer lo que sucedió.
No importa si el libro es malo, bueno, está bien hecho o no. Lo importante es que no llegó a la gente que es la que debe tener la última palabra y decidir. Yo de mi parte puse lo mejor, y este desenlace parece propio de la inquisición.
Fue muy fuerte lo que pasó porque también es un indicador de la debilidad institucional de nuestro país, te muestra como las columnas de las instituciones están tambaleando.
¿Qué crees que puede haber motivado la decisión de retirarlo?
El libro tiene una entrevista a Lorenzetti en el último capítulo. Además se hace un paneo general de su vida privada, cómo es su psicología, cómo reacciona frente a determinadas circunstancias, todo contado con hechos, por supuesto.
También profundiza en su poder desde la presidencia de la Corte para desarticular mecanismos de control dentro de la justicia, evitar auditorías, evitar ser controlado, y cómo él maneja un presupuesto millonario, exclusivamente él, no el resto de los Ministros.
Lorenzetti logró a través de una ingeniería financiera, contable y legal concentrar todo el manejo financiero del Poder Judicial, del norte al sur del país. Para eso creó un comité de inversiones, entre Corte y Consejo de la Magistratura, en cuyo vértice está él y un contador de su extrema confianza, también de Rafaela, que se llama Daniel Marchi. Creo que esto, que no denuncio yo sino Paula Oliveto Lago, lo puede haber molestado mucho.
También hay otro agujero negro que tiene que ver con los 14 millones de excedente que la Corte muestra como modelo financiero de la administración pública, que, sin embargo, para el ex administrador, Juan Carlos Cubría, no estarían disponibles. Sería un dinero que está circulando en el mercado negro y blanco del sistema bancario y financiero, que habría dado intereses que llegarían a los 12 mil millones de dólares, y ese dinero nadie sabe dónde está.
También se cuentan las irregularidades en el software del Poder Judicial, en las compras, adquisiciones y licitaciones. Tal vez, lo que más me impactó, además de su militancia montonera y en el peronismo cuando era universitario (y que fue lo último a lo que tuve acceso), fue la posibilidad de que él pueda distorsionar a través de un software de gestión los resultados electorales en una elección presidencial, legislativa, o lo que fuera. Algo que me parece de una gravedad terrible, y que Juan Carlos Cubría denuncia con documentación, dando cuenta de un hecho que finalmente se concreta mientras el libro estaba en imprenta. Hoy la Corte Suprema tiene bajo su responsabilidad el control de los datos de cualquier elección,es decir, el control que realizaban las Cámaras Electorales y los 24 Jueces Federales.
¿Cuáles serán en principio tus pasos a partir de ahora?
El miércoles tengo reunión pautada con la editorial, nunca había visto un entusiasmo tan grande, apuesto a que esto fue un error, y hubo una mano negra que quiso evitar que esto saliera; o quizás subestimaron el trabajo, pensaron que iba a ser algo con anécdotas sobre la vida de Lorenzetti en Rafaela, pero se encontraron con un trabajo contundente. Me llevó años reunir la información, y seis meses organizarla. En principio voy a seguir apostando a la buena fe de la editorial, a mis compañeros que me están acompañando, los periodistas nacionales e internacionales, y especialmente a la gente, que salió a respaldarme en esta situación.
No soy la única afectada, hubo otro periodista que hizo un libro sobre el sistema de salud en Rafaela, Carlos del Frade, al que también le secuestraron los libros, y ayer a Gerardo Zanoni, un periodista de la ciudad de Rafaela, que fue el primero en hacerme una entrevista, lo desvincularon de la radio por este tema. Algo terrible, que hace que esto, lamentablemente, vaya tomando otro color.