El Parque Nacional Los Alerces, ubicado en el oeste de la provincia de Chubut, obtuvo un reconocimiento internacional al ser declarado Sitio de Patrimonio Mundial por el comité de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La propuesta aprobada comprende 188.379 hectáreas de bosque, el cual se incorpora a una lista de bienes naturales argentinos destacados que incluye al Parque Nacional Los Glaciares, agregado en 1981, el Parque Nacional Iguazú en 1984, la Península Valdés en el 1999 y los Parques Naturales de Ischigualasto y Talampaya en el 2000.
Según la UNESCO, “la Lista del Patrimonio Mundial es un legado de monumentos y sitios de una gran riqueza natural y cultural que pertenece a toda la humanidad. Los Sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial cumplen una función de hitos en el planeta, de símbolos de la toma de conciencia de los Estados y de los pueblos acerca del sentido de esos lugares y emblemas de su apego a la propiedad colectiva, así como de la transmisión de ese patrimonio a las generaciones futuras”.
El Intendente del Parque Nacional los Alerces, Daniel Crosta, dijo a Palabras que “es un galardón que recibe la Argentina cuando postula un sitio que es emblemático y que tiene caracteristicas muy particulares para ser declarado sitio patrimonio”. Asimismo afirmó que este paso “refleja todo el esfuerzo que ha puesto el Estado a través de los años en conservar, en este caso, un sector representativo de bosque de Alerce que hoy hacen que tengamos este reconocimiento a nivel mundial. El Estado decidió en el año 1937, cuando se crea el parque, conservar el bosque para que quede en estado natural y se pueda conservar a través de los años”.
La principal característica que se presentó ante la Organización de las Naciones Unidas fue que dentro de la reserva chubutense se encuentra la segunda especie viviente más longeva del planeta. Dentro de los Bosques Milenarios de Alerces se pueden ver ejemplares que alcanzan 2.600 años de existencia.
A su vez, el área protegida alberga especies amenazadas, como es el caso del huemul, un ciervo sur andino que actualmente está en peligro de extinción. También es el hogar de fauna autóctona como el pudú o venadito, el gato huiña, aves como el pato de los torrentes y la paloma araucana.
Acerca del efecto de esta noticia sobre el turismo de la región, Crosta sostuvo que “todo este reconocimiento y promoción impacta de forma positiva porque tenemos una especie de salida al mundo, un interés para ser visitado. En todos los parques nacionales que hemos tenido este reconocimiento como en Talampaya, ha hecho que más visitantes de diferentes partes del mundo quieran llegar a estos rincones para conocer su valor excepcional”.
“Se debe respetar la conservación del ambiente natural tal cual como lo impone la ley que nos regula a nosotros que tenemos que administrar algo que es de todos los argentinos, es de todos ustedes”. “La ley nos pone pautas de conservación y dentro de esas reglas ejecutamos programas para cada uno de los ambientes que hacen a que esa conservación sea sustentable en el tiempo”, concluyó el intendente.
Todos los que visiten el emblemático Alerzal este año se encontrarán con un circuito renovado en el que se instalaron nuevos puntos de observación y áreas de descanso. Con estas reformas se buscó mejorar la calidad y aumentar la accesibilidad de la experiencia y, al mismo tiempo, potenciar el mensaje para generar conciencia ambiental.
El recorrido comprende dos kilómetros rodeado de un paisaje nítido y acompañado por el canto de las aves. El camino está señalizado con un sistema de información que incluye 12 paneles interpretativos que destacan la importancia de conservar la biodiversidad, las características especiales de este ambiente y la función de los parques nacionales.
Para los que decidan quedarse varios días el predio ofrece campamentos organizados, campamentos agrestes, áreas de acampe libre, cabañas, hosterías y un refugio.