Quienes visiten la capital de la República Oriental del Uruguay por estos días tendrán la oportunidad de ser partícipes de la máxima fiesta popular: su carnaval, festividad que se prolonga desde mediados de enero hasta inicios de marzo, a lo largo de 40 días, consagrándose como el homenaje al rey Momo más largo del mundo.
Pero junto a su extensión temporal, y su enraizado carácter popular, el carnaval de Montevideo posee un sinnúmero de características que lo particularizan frente a los festejos que generalmente durante el mes de febrero se multiplican por las calles de todas las ciudades de América Latina.
Para pensar y entender la dinámica de esta festividad debemos romper con todos los preconceptos. En principio, su desarrollo no es estrictamente en carnaval, sino a lo largo de buena parte del año, y sin disminuir su carácter festivo y popular, posee desde siempre una fuerte impronta competitiva y cada vez más profesional.
Bajo esos parámetros generales, puntualmente este 2017, el carnaval de Montevideo comenzó el jueves 19 de enero con el tradicional Desfile Inaugural sobre la Avenida 18 de julio, del que participaron todas las agrupaciones que compiten en el Concurso Oficial, que con sus tres fases, se desarrolla en el Teatro de Verano «Ramón Collazo”.
Esa larga nómina, formada por 42 agrupaciones, se integra a partir de aquellas que lograron ingresar a la liguilla, la tercera rueda competitiva del concurso oficial 2016, y por las que no habiendo superado esa instancia, pasaron la prueba de admisión para la competencia 2017, que tuvo lugar a fines de noviembre del año pasado.
La competencia en el Teatro de Verano, en tanto, se organiza en tres rondas: de la primera y la segunda participan todos los conjuntos, luego en función de los puntajes que las agrupaciones obtienen en cada uno de los rubros que se evalúan, los mejores pasan a la liguilla, donde se vuelven a presentar los espectáculos completos, y de donde salen los ganadores que son consagrados en la Noche de los Fallos, para cada una de las categorías que conforman la competencia oficial.
Y es que si en primera instancia solemos asociar el carnaval con la murga, en Montevideo los espectáculos y desfiles contemplan, junto a esas agrupaciones, a los Parodistas, conjuntos que desarrollan una imitación generalmente burlesca y en tono jocoso, de obras, historias, o personas de público y notorio conocimiento; los Humoristas, las Revistas; y las Sociedades de Negros y Lubolos, que con sus estandartes, tambores, gramilleros, mama viejas y escoberos, preservan la memoria y los valores de la tradición del candombe, y son también los protagonistas del mítico “Desfile de llamadas”, que este año se realizará el jueves 9 y el viernes 10 de febrero por los barrios Sur y Palermo.
En relación a los rubros que se evalúan, el concurso supone una mirada estricta y pormenorizada sobre aspectos como voces, arreglos corales y musicalidad, textos e interpretación, puesta en escena y movimiento escénico, coreografía y bailes; y visión global del espectáculo.
Junto a la dinámica que tiene foco en el «Ramón Collazo”, por los diferentes barrios de la capital uruguaya, y bajo una modalidad no competitiva, el carnaval de Montevideo también se despliega en los famosos tablados, escenarios al aire libre, por los que cada noche pasan distintas agrupaciones mostrando sus espectáculos.
Hay escenarios privados y otros que pone la Intendencia de Montevideo, algunos gratuitos y otros pagos, y muchos que con el tiempo se han vuelto emblemáticos como el tablado del Club Malvín o el del Velódromo. Por el ida y vuelta con el público, y por todo lo que sucede alrededor de los espectáculos, es allí, tal vez, donde mejor se expresa actualmente la raíz popular del carnaval montevideano.
Con el tiempo, junto a la profesionalización de las agrupaciones, la relevancia de los conjuntos ha ido variando. Actualmente las murgas son las que concentran mayor atención, ya que la murga habla, y siguiendo su tradición, con mucho humor se queja de lo que está mal, transformándose en la voz de los disconformes.
Por otra parte, junto a las instancias más conocidas, existe también el «Carnaval de las promesas», que es como la compencia oficial pero para niños, con concurso, reglamentos y actuaciones en el Teatro de Verano; y dentro de la «Movida Joven», que tiene lugar cada año a partir de septiembre, existe una instancia para «Murgas Jóvenes», con grupos amateurs, por lo general de estudiantes universitarios, que se organizan y hacen murgas, y participan también de un concurso. Algunas de ellas, como Agarrate Catalina, Metele que son Pasteles o La Mojigata, pasaron al Carnaval Mayor y llevaron a que se produjera un importante cambio en la impronta de las murgas tradicionales.
Para conocer todo el cronograma de esta imperdible fiesta, la nómina de las agrupaciones que participan, la programación y direcciones de los tablados se puede ingresar a http://carnavaldeluruguay.com/ a la web de la Intendencia de Montevideo o a https://www.daecpu.org.uy/ , web oficial de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay.