En viaje por México, Marianela Cuzzani y Laura Ledesma, integrantes del dúo indie-folk, Vecina, conocieron las tradicionales fiestas de la ciudad de Veracruz y la experiencia de un pueblo de puertas abiertas en donde los vecinos son anfitriones y celebran junto a los músicos en comunidad. Se propusieron, entonces, repetir la fórmula en una vereda de Colegiales y desde 2011 ofrecen su música en este barrio porteño.
Acompañadas por el ukulele, cajón peruano y la guitarra, comenzaron a compartir sus canciones como el dúo Vecina. “Es un lugar con poco tránsito porque es una calle cortada y lo hacemos los domingos por la tarde. De movida, hay un clima muy tranquilo”, describió Laura a Palabras.
Lo que lograron fue un estilo propio, cercano. Escuchar sus voces en la calle hace rememorar las charlas y los juegos en la vereda, que difícilmente se ven hoy en la Ciudad. “Nuestra propuesta nació, en un principio, sin equipos de sonido, ni nada, era acústico con los instrumentos. Entonces se empezó a gestar desde que nació un clima pequeño, había que prestar atención para escuchar y que los ruidos no taparan la música. Como tuvo ese origen, creemos que se mantiene de esa manera”, dijo.
Su música genera un corte espontáneo de la calle, en un aire familiar, con una propuesta que es íntima y a la vez pública. “Empezamos saliendo a la puerta de la casa de Marianela, entonces para nosotras era también una extensión de living hacia fuera. Era invitar a los vecinos a participar de esa cotidianidad que para nosotras eran nuestros ensayos y nuestra música. Era abrir las puertas de casa aunque sea saliendo”, contó Laura.
El “boca en boca” y la difusión a través de las redes sociales, permitió que el ritual semanal tomara una dimensión más grande de la esperada. “Hoy tenemos equipos de sonido porque va bastante más gente pero se sigue manteniendo ese espíritu bien íntimo y acústico”. Mate, galletitas y silla, es lo único que se requiere para asistir cómodo al espectáculo, que continúa siendo gratuito e inunda la cuadra de calidad y calidez musical.
Si bien hacer música callejera no es tarea fácil, el grupo supo llevar adelante la iniciativa poniendo la creatividad en función de la posibilidad. Esta espontaneidad es la que les dio la fuerte identidad que las caracteriza y lo que hace que cada domingo sea una jornada diferente.
“Hay músicos invitados que siempre vienen a compartir las fechas con nosotras. También hay otras disciplinas, por ejemplo una chica que vino a pintar mientras nosotras tocábamos”, relatan las artistas sobre la variedad de propuestas que se van sumando el espectáculo.
En otra oportunidad, “un grupo de danza contemporánea nos propuso bailar temas nuestros y estuvo increíble. Las bailarinas estaban camufladas entre el público y cuando empezó a sonar la canción se pararon y empezaron a bailar. Tenemos también unos bailarines de swing que vienen a bailar cada tanto”. En su último show de junio, el evento contó con la presencia de Kevin Johansen como invitado especial, que se sumó al “living del barrio”. También acompañaron Marcos Monk en la Guitarra, Seba Abt en batería, Jero Moran en Contrabajo y los Sommiers en coros. “Nos encanta esa interacción”, destacaron.
“No sé si se puede llevar la esencia de la vereda a los escenarios”, reflexiona Marianela. “Por supuesto que nosotras somos las mismas y ofrecemos el mismo repertorio, con los mismos músicos, o sea, que todo es igual, pero el espacio público y la posibilidad de venir a un recital con tu perro o con el cochecito de bebé, o tirar una lona y tomar mate acostado en medio de la vía pública no sé si es reproducible en un escenario”, agregó.
Profundizando esa idea, continuó: “el escenario de por sí tiene una distancia con la gente. El cuadradito donde van los artistas y la otra parte donde no. En el espectáculo que hacemos en la vereda planteamos algo, que si bien a partir del cordón para dentro estamos nosotras, en la calle estamos todos.”
El dúo ya cuenta con dos discos, “Foto de un buen día” (2013) y «Después de la mudanza» (2015). Su principal obra, el encuentro de los domingos «Vecina en la vereda», fue declarada de interés cultural por el Ministerio de Cultura de La Nación.
A partir de sus experiencias en estos años, Marianela contó que aprendieron que la constancia es un tema importante y siempre avanzaron con perseverancia con un “trabajo de hormiga”. “Nosotras hacemos esto desde el 2011 cada quince días y lo mantuvimos hasta el hoy. Ahora lo hacemos más espaciado porque requiere más tiempo de producción porque viene más gente”, dijo.
También sostuvo que “aprendimos que hay que saber hablar con los que no piensan como vos. En ese sentido, ganamos la posibilidad de estar en la vereda. Somos muchos en la ciudad, no todos pensamos iguales y es lógico que no todos tengan el mismo deseo”.
Después de completar una gira por Rosario, Paraná, Resistencia y Corrientes, las vecinas se preparan para cruzar el charco. Ofrecerán un show el jueves 23 de junio en el Auditorio Sodre de Montevideo junto a Florencia Nuñez. El desafío será seguir siendo ser fieles a su estilo.