El reconocido actor, director, guionista y productor uruguayo, protagonista de grandes películas argentinas como El abrazo partido o El candidato, se presenta en el Teatro General San Martín al frente del elenco de Las manos sucias, una obra de Jean Paul Sartre, adaptada y dirigida por Eva Halac. Hendler conversó con Palabras y compartió reflexiones sobre la construcción del personaje que interpreta en la sala Casa Cuberta de miércoles a domingos hasta el 4 de septiembre.
Tu personaje, Hoederer, es un líder político que se encuentra muy solo, pese al poder que concentra. Es una trama con cierta complejidad en la que juegan lo político, lo psicológico y el policial. ¿Teniendo en cuenta esto, qué es lo que te resultó más atractivo, en la composición que trabajaste?
Los actores tendemos a querer mostrar la composición de nuestros personajes, a exponer nuestras ideas y conquistas compositivas, pero los personajes, al contrario, generalmente ocultan sus aspectos más íntimos y ofrecen contradicciones entre lo que son y lo que muestran de sí mismos. Con este personaje en particular, me resultó interesante trabajar esas capas superpuestas; él ejerce su liderazgo y autoridad con carisma y algo de sarcasmo, y no quiere exponer sus fragilidades, su soledad y su necesidad de afecto; es la obra la que se encarga de desmantelar ese velo que lo protege, así que esas zonas íntimas, tapadas, deben estar vivas para que aparezcan sin que uno tenga que empujarlas.
La contratara de tu personaje es Hugo, que tiene la intención de matar al líder que interpretas. ¿Ayudó la relación con este personaje a construir el tuyo, de alguna manera?
Sí, claro. Los personajes deben construirse en relación a los otros. Suele ser problemático cuando un actor compone solo, ya que resulta imposible amalgamar las composiciones con el resto del elenco, lograr un engranaje orgánico. Así como Sartre en A puerta cerrada decía que «el infierno son los otros», podríamos decir que nuestro personaje «es los otros»; o sea, se construye en la interacción con los otros, gracias a la incidencia que nuestra mirada tiene sobre los demás personajes y a cómo los otros personajes miran el nuestro. En esta dupla que se forma entre Hugo y Hoederer, hay algo de antagonismo en lo ideológico, pero también algo de espejo, por lo que no había manera de trabajar los personajes por separado. Por suerte Guido Botto Fiora -quien interpreta a Hugo- es un gran actor, abierto, generoso e intuitivo, lo que facilitó el trabajo en colaboración, desde la escucha mutua.
Jean Paul Sartre, en esta obra, plantea una serie de preguntas desde el texto que “dicen” los personajes. ¿Qué es lo que te resulta interesante su propuesta?
Es llamativa la vigencia que tiene el texto. Hoy cuesta discutir sobre política porque el empobrecimiento del debate público nos expulsa -con pasión o con tibieza- hacia alguno de los extremos, y se nos hace difícil deconstruir ciertas convicciones que se nutren de nuestras emociones. Sartre, lejos de este contexto actual, hace casi 80 años, pareciera que nos habla de lo que nos pasa y nos invita a cuestionar nuestras verdades, en un ajedrez donde ninguno parece tener la razón, o todos la tienen un poco.
Ficha artístico- técnica
Actúan: Daniel Hendler | Guido Botto Fiora | Florencia Torrente | María Zubiri| Ariel Pérez de María | Guillermo Aragonés | Nelson Rueda | Juan Pablo Galimberti | Ramiro Delgado | Realización audiovisual Juan Pablo Galimberti | Música original y puesta de sonido Gustavo García Mendy | Diseño de iluminación Miguel Solowej | Diseño de escenografía y vestuario Micaela Sleigh
Las manos sucias:
Funciones: miércoles a domingos, 20 horas
Valor de las localidades: Platea $ 1.250 – miércoles $ 650
Teatro San Martín: Av. Corrientes 1530
Venta de entradas: https://complejoteatral.gob.ar/ver/las-manos-sucias