Entrevistas

La ciudad de Cosquín se prepara para lanzar la 58° edición de su Festival

En pleno corazón del Valle de Punilla, a 62 km de la ciudad de Córdoba Capital, se encuentra la localidad de Cosquín, un lugar que es sinónimo de folklore. Durante todo el año, las peñas musicalizan el ambiente de la ciudad cordobesa, que en el verano ofrece su río y balnearios, a la vez que […]

En pleno corazón del Valle de Punilla, a 62 km de la ciudad de Córdoba Capital, se encuentra la localidad de Cosquín, un lugar que es sinónimo de folklore.

Durante todo el año, las peñas musicalizan el ambiente de la ciudad cordobesa, que en el verano ofrece su río y balnearios, a la vez que tiene un entorno serrano ideal para realizar actividades como el trekking y las cabalgatas.

El secretario de Prensa de la Comisión Municipal de Folklore, Gonzalo Sposetti, contó a Palabras las actividades más importantes que organizan para locales y visitantes, días antes de su participación en la Feria Internacional de Turismo (FIT) que tendrá lugar en el predio de La Rural hasta el 31 de octubre.

¿Qué significa para Cosquín ser la Capital Nacional del Folklore?

Ser la Capital Nacional del Folklore es una responsabilidad muy grande, no solamente para los que trabajamos día a día con esto, sino también para los coscobinos. Tenemos la fiesta más grande de América, que no es poca cosa.

Estamos representados en todo el mundo con la bandera de Cosquín y el festival lo defendemos cotidianamente, trabajamos todos los días para brindar lo mejor. Siempre con ideas renovadoras, con gente joven que está empujando este festival para ponerlo donde se merece, en lo más alto.

La fiesta más tradicional cumple 58 ediciones, ¿qué fue cambiando a lo largo de los años?

Es un festival que ha crecido muchísimo con el tiempo, con los artistas, las tecnologías, siempre hay novedades. Decimos que es el semillero más grande, porque surgen los artistas más grandes y hay que regar esa semilla para que no pierda la esencia. Nuestra intención es recuperar la esencia del festival, adaptándonos a los tiempos que estamos transitando.

¿Cómo se preparan para la nueva edición?

Apenas terminó la edición 57 empezamos a organizar la 58, no hubo descanso. Ni bien terminó el festival se puso en común todo lo trabajado, con las autocríticas y las cosas que se podían mejorar. Desde el mismo enero estamos trabajando para la nueva edición.

En esta oportunidad estamos preparando los lanzamientos, que en la ciudad de Buenos Aires va a ser el lunes 30 de octubre en el barrio de Palermo. También tenemos distintas presentaciones en otros lugares como Rosario, Córdoba y Salta.

Con respecto a las artesanías, la convocatoria está abierta en el área de Cultura de la comisión municipal de Folklore y recibimos propuestas de artistas de distintos lugares de Sudamérica. Desde marzo abrimos la convocatoria, la relación es directa y no existen los intermediarios. De esa manera hemos recibido más de 1500 propuestas que entran en un proceso de selección para ir conformando una grilla que ya está prácticamente cerrada.

¿Cómo es la relación de los jóvenes con el folklore hoy?

El folklore se viene renovando mucho, está resurgiendo el folklore “under”, siempre con respecto a los íconos de nuestro folclore. De esta manera, se va teniendo una difusión nueva, donde los jóvenes se ven más comprometidos con esta música. El público se va renovando en cada actividad que tenemos dentro del programa del año.

Además del gran festival, ¿qué otras actividades se realizan en la ciudad?

Hemos trabajado en un calendario anual. Todos los fines de semana funciona el fogón criollo, con espectáculos con entrada libre y gratuita. La gente entra y puede comer algo rico, disfrutar del folklore y la feria de manualidades. Acá antes había un bingo que se cerró y ahora es un espacio de trabajo cultural, con lo que esto implica.

También está la Peña de Cosquín, que es mensual, en el Centro de Congresos y Convenciones, como un mini festival con artistas de primera línea.

Luego tenemos el Cosquín de Peña, que son nueve noches en el mes de julio, donde “el folklore enciende la hoguera en las almas”, decimos nosotros. Vienen muchísmos artistas a mostrar su música desde distintos puntos del país. Sinceramente son noches muy lindas porque hay peñas simultáneas en todos los lugares y los artistas van rotando.

Hace poco tuvimos la Fiesta del Duende, donde despertamos al duende que se duerme cuando termina el festival de Cosquín. Pero ahora con todas las actividades que hay, que son muchísimas, podemos decir que el duende está despierto todo el año. Participaron desfiles de carrozas, bastoneros, muchas instituciones, y esta vez cerraron los Carabajal, todo con entrada libre y gratuita.

Vengan a Cosquín porque el folklore está de fiesta todo el año. Se rompió con ese mito de visitar Cosquín y que no haya una peña. La plaza Próspero Molina está abierta, en un espacio que por diez años estuvo cerrado hoy podés subirte al escenario.

Cosquín no es solamente el festival, es todo lo que pasa alrededor. Hablo de los espectáculos callejeros, de la feria, de los talleres que se brindan en las escuelas para inculcar la cultura y el conocimiento, el río, la aerosilla y el Pan de azúcar. Es mucho más que folklore, por eso invitamos a las familias a visitarnos.