Entrevistas

Con un concierto de dos dimensiones, Daniel Drexler presenta Aire, su nuevo disco

El próximo viernes 27 de noviembre el reconocido cancionista uruguayo Daniel Drexler, presenta su nuevo disco Aire, en un concierto de dos dimensiones, presencial para el público en la Sala del Museo de Montevideo, y por streaming para todo el mundo. Después de nueve meses sin tocar en vivo, Drexler vuelve a los escenarios con […]

El próximo viernes 27 de noviembre el reconocido cancionista uruguayo Daniel Drexler, presenta su nuevo disco Aire, en un concierto de dos dimensiones, presencial para el público en la Sala del Museo de Montevideo, y por streaming para todo el mundo.

Después de nueve meses sin tocar en vivo, Drexler vuelve a los escenarios con una banda renovada integrada por Analía Parada, Camila Ferrari, Fede Wolf y Eduardo Mauris, para presentar un material muy esperado, donde el espacio sonoro es protagonista y se destacan los arreglos a cuatro voces acompañados por una instrumentación minimalista. 

Para conocer algunos detalles más de este nuevo trabajo, y sus expectativas en torno a la presentación en Montevideo, Palabras dialogó con Daniel Drexler.

¿Cómo surge Aire, una propuesta que se diferencia bastante de tus trabajos anteriores? 

Este disco se fue gestando muy lento, a lo largo de los últimos 3 o 4 años, etapa en la que comencé a tomar clases de contrapunto, a hacer corales, y a meterme con Bach, tal vez algo tardíamente, pero de manera muy intensa. 

Así, casi sin darme cuenta, fui llevando a mi banda en la misma dirección: Tenía una de 12 músicos, y terminé quedándome con 4 increíbles, y entre todos, a la hora de grabar el disco, nos pusimos como consigna reprimir el deseo irrefrenable de sumar más instrumentos, para trabajar solo con las voces, mi guitarra, y a lo sumo algún guitarrón que sumó Fede en alguna canción, y las percusiones. 

Finalmente, logramos lo que buscábamos: Un disco donde está muy presente la voz humana, ese enorme canal de transmisión de emoción, y donde hay mucho espacio, y cada instrumento que participa de las canciones no está a los codazos con el otro. Por eso el material se llama Aire.

¿Se resignificó toda esa búsqueda con la pandemia? 

Creo que el lugar hacia donde fue el disco, un lugar reflexivo, de calma, de buscar puntos de contacto profundo, a partir de poner muy adelante la voz, la parte más humana de la música, entró en sintonía con lo que lamentablemente vino después.

Luego, particularmente Salvando las distancias, el tema que abre el disco, y que hice para ms hijitas cuando eran chicas, con la pandemia tomó un giro radical, para hablar también de una distancia que nunca habíamos pensado que íbamos a tener que soportar en pleno siglo XXI, una distancia más medieval, rarísima.

12 canciones, lado A y B, ¿el disco tiene un concepto más de vinilo?

 

Claramente, y de hecho lo vamos a sacar en vinilo también. Tiene un lado A y uno B, el A tiene 5 canciones, y es muy reflexivo con un tempo lento;  el B tiene 4, y arranca con tres candombes seguidos, cada lado tiene un carácter propio dentro del concepto general, claramente el vinilo es la referencia. 

¿A la hora de delinear las influencias de Aire, por dónde va el material?

Si tuviera que nombrarte tres o cuatro influencias te diría Elvis, sus primeros discos, sobre todo por el tratamiento coral de la música, pero también por una búsqueda en la raíz afro, que en este caso es la de mi ciudad, de Montevideo. Sin lugar a duda los Beatles, que siempre están ahí, y lo que es nuevo para mí es Bach, que está muy presente sobre todo en el concepto de arreglar a 4 voces. Luego hay discos de referencia interna, como Colibrí de Mauricio Ubal, que tiene un concepto de escenografía sonora que fue una base importante para Aire.

¿Cuáles son tus expectativas con la presentación del 27?

Estoy muerto de nervios, con mucha ansiedad, y unas enormes ganas de subir al escenario, y sentir esa energía. Luego, como si eso no fuera bastante, tengo que meterme en un formato diferente, porque vamos a transmitir el concierto por streaming, con 6 cámaras, y una puesta muy consistente, totalmente diferente a aquellos vivos que realizamos en los primeros meses de la pandemia, cuando todos salimos como locos, como una forma de exorcizar los miedos y las distancias. Esto será un concierto entero, con una puesta de luces, de escenografía muy importante, para que el público remoto lo pueda vivir con la misma calidad que quienes van a estar en la sala del museo el 27 de noviembre.