Desde el 8 de septiembre, durante cuatro domingos consecutivos, Proyecto Synco presenta Bowie en el laberinto, un taller coordinado por el escritor Juan Rapacioli, que indaga en la obra de uno de los artistas más importantes del siglo XX.
A poco más de tres años de su muerte las resonancias del legado de Bowie distan de acallarse. En la misma semana en que se conocieron las primeras imágenes de Stardust, la biopic protagonizada por Johnny Flynn sobre el desembarco de Bowie en Estados Unidos en 1971, en este extremo del globo Rapaciolise pregunta:¿Por qué David Bowie es uno de los artistas más importantes del siglo XX?
Pero lejos de la polémica, la indagación del escritor invita a pensar su obra desde la literatura, el teatro, el cine y la filosofía, a través de un taller estructurado en 4 encuentros con eje en algunos de sus temas fundamentales: el artificio como procedimiento conceptual, el imaginario espacial que atraviesa toda su producción, la construcción de escenarios distópicos, la androginia como disidencia sexual y la imitación como forma de configurar una poética.
Para conocer el origen de este proyecto, y las claves de trabajo que propondrá el taller Palabras dialogó conJuan Rapacioli.
¿Cómo surge la propuesta de Bowie en el Laberinto?
En principio yo soy seguidor de Bowie, y su obra me interesa hace muchísimos años, y entiendo que más allá de mi caso particular hoy existe cierto consenso en torno a que Bowie fue uno de los artistas más importantes del siglo XX.
En esa línea, el taller busca desarmar esa premisa, indagar, justamente, en por qué Bowie ocupa ese lugar, reflexionando sobre sus temáticas y sobre los temas que atraviesan su obra, que desbordan lo puramente musical y se conectan con zonas teóricas y filosóficas.
Un recorrido, que en principio es deudor de dos lecturas claves, la de “Bowie” del británico Simon Critchley, una obra muy interesante, que da cuenta de la historia personal de este filósofo a partir de los temas de Bowie; y “Como un golpe de rayo”, de Simon Reynolds, que aquí editó Caja Negra, que es un repaso magnífico por la historia del glam, desde sus orígenes hasta el siglo XXI, donde la presencia de Bowie es central, que es una obra que además brinda un montón de información para entender todas sus transformaciones, comprender cómo fue configurando su poética y pensando la idea de transformación que la caracteriza.
Recordemos que Bowie comienza a hacer música en el año 68, un año muy importante desde el punto de vista social, político, cultural, que tuvo mucho que ver con la explosión de la cultura rock, pero en el que él comienza a hacer algo que nadie estaba haciendo: Traer la idea de la ficción, del artificio, del teatro, plantear que la estrella de rock, en definitiva, también es un personaje, que usa herramientas del teatro, del cine, de la literatura, y a partir de eso puede configurar su propia voz.
¿Y cómo se estructura el taller para dar cuenta de un universo tan vasto?
El taller está armado de manera cronológica y comprende cuatro encuentros estructurados en torno a dos discos cada uno, que entiendo dan cuenta de los conceptos centrales de cada una de sus etapas, y de los temas clave que atraviesan toda su obra.
Para arrancar, en el primer encuentro la propuesta es trabajar sobre el imaginario espacial, una temática que, como decía antes, atraviesa todo su trabajo. La idea es analizar a su primer personaje, Major Tom, muy inspirado en 2001 Odisea del Espacio, y tan relacionado con el existencialismo, el vacío existencial, a partir Space Oddity de 1969, su segundo disco; y The Rise And The Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars,de 1972, que es donde se empieza a tejer también esa pulsión que él tenía con un escenario distópico, una suerte de futuro extraño, donde el mundo está totalmente roto, y donde surge ese anhelo por encontrar otro lugar.
Luego, avanzando en el tiempo, el segundo encuentro se mete de lleno en esos escenarios distópicos, y da cuenta de su etapa más oscura, cuando Bowie hace una interpretación de 1984de Orwell en el disco Diamond Dogs, un disco muy oscuro, muy literario y muy interesante porque es también donde abandona su voz, deja el personaje de Ziggy Stardust, y prepara el camino para su disco más duro Station To Station, de 1976, que es donde nace el personaje del Duque Blanco, al que se lo suele asociar, pese a ser solo un personaje, y el de su etapa más complicada.
El tercer encuentro, ya llegando a los 80, pone el eje en Scary Monsters(And Super Creeps), que es casi una revisión de su propia obra, donde vuelve a aparecer el personaje del Major Tom, y el imaginario espacial, pero desde una mirada más cínica; y en Outside, de 1995, muy relacionado con una película como Blade Runner, donde configura un mundo casi literario.
Finalmente, el último encuentro da cuenta de sus últimos años, y trabaja sobre sus dos últimos discos, los que hizo caso por sorpresa, enigmáticamente, que fueron The Next Day, de 2013 y Blackstar, de 2016, dos obras que abren un universo inmenso para pensar ya que después de 10 años Bowie vuelve con discos súper complejos, con un montón de contenido, donde aparece nuevamente el tema del imaginario espacial, pero también hay una mirada nostálgica sobre sus años en Berlín.
Allí además, trabajaremos sobre The Man Who Fell to Earth, de 1976, una película donde Bowie interpreta a un extraterrestre que cae a la tierra y no puede regresar.
Así, a través de su obra y sus transformaciones la idea es abordar sus temas, que como él mismo decía “siempre fueron solo un puñado”: la soledad, la alienación, la posibilidad de comunicarse de otra manera, la distopía pero también la ilusión, y obviamente, el límite humano, la mortalidad.
¿Indiscutido, pero igualmente nunca fue una figura cómoda para el rock?
Justamente, algo que tanto Critchley como Reynolds marcan muy bien, y en el taller trabajaremos, es que Bowie y su poética tienen mucho que ver con lo anti auténtico, lo inauténtico, lo insincero, cosas que en algún punto están en contramano a la idea del rock, porque él viene a plantear la idea de la performance, el artificio, la ficción, en un universo que desde los 60 está muy asociado a la reivindicación de lo sincero, lo natural.
Uno, en general, no entiende que John Lennon es por un lado un personaje y por otro una persona, hay cierta tendencia a mirar todo de manera orgánica. Y en ese sentido la figura de Bowie es más cercana tal vez a la de un escritor, a alguien que crea mundos, que a una figura tradicional del universo del rock.
¿La complejidad del recorrido implica la necesidad de conocimientos previos?
Es un recorrido teórico pero muy basado en escuchar y en disfrutar, y no comporta una complejidad excluyente. La idea es dar cuenta de las ideas centrales que atraviesan su obra, dar cuenta de ese seguir buscando, seguir arriesgando que caracterizó a su trabajo, y ante todo de esa ilusión de comunicarse que lo cruza de manera íntegra, aun en sus etapas más oscuras.
Bowie en el Laberinto. Días: domingos 8, 15, 22 y 29 de septiembre de 17 a 19 hs. Info: raparral@gmail.com