Entrevistas

Basta de Música: el primer disco solista de Martín Buscaglia después de diez años

El artista uruguayo Martín Buscaglia,  vuelve al ruedo en 2020 con un nuevo álbum de canciones propias : Basta de Música, uno de los discos más esperados en los últimos tiempos, el primero solista y de composiciones individuales desde hace una década. Músico, compositor y productor, en los últimos diez años Buscaglia estuvo en constante […]

El artista uruguayo Martín Buscaglia,  vuelve al ruedo en 2020 con un nuevo álbum de canciones propias : Basta de Música, uno de los discos más esperados en los últimos tiempos, el primero solista y de composiciones individuales desde hace una década.

Músico, compositor y productor, en los últimos diez años Buscaglia estuvo en constante movimiento: giró y dio conciertos a dúo con artistas diversos, como los brasileños Os Mulheres Negras, la mexicana Julieta Venegas, el argentino Lisandro Aristimuño, su compatriota Fernando Cabrera y la cubana Yusa. Produjo a diversos artistas, entre ellos Kiko Veneno, con su último trabajo con su último trabajo Sombrero roto; junto con Santi Bronquio y Veneno himself (Disco del año en España, para Rockdelux y otros). Grabó un disco a dúo con Kiko (El Pimiento Indomable, 2012) y otro con el artista excéntrico uruguayo Antolín (Experiencias musicales, 2015).

También giró con su banda y con su formato Hombre orquesta; grabó un disco en vivo solo con su guitarra (Somos libres,2014); editó un libro sobre la obra poética de su padre (Mojos, junto al poeta Macachín), y otro con los acordes de las canciones de su proyecto de música para niños (Cancionero Cantacuentos). Durante los últimos tres años condujo el programa de radio “La Casa del Transformador” y compuso la música para varias obras de teatro.

Luego de grabar y tocar con artistas como Arnaldo Antunes, Kiko Veneno, Fito Páez, Julieta Venegas, Eduardo Mateo, El Príncipe, Hugo Fattoruso, Rubén Rada, Leo Masliah, Fernando Cabrera, Jaime Roos, Juana Molina, Jackson Browne, Os Mulheres Negras y Jorge Drexler, en Basta de Música Buscaglia vuelve a sí mismo y se renueva, sentándose al piano y entregando conjunto de canciones frescas, “totalmente grabadas fuera del ordenador, donde todo lo que suena fue efectivamente tocado, incluyendo efectos, máquinas de ritmos y programaciones”.

Para conocer algunos detalles más de esta obra, editada en la Argentina por Los Años Luz Discos, Palabras dialogó con Martín Buscaglia.

Después de 10 intensos años trabajando en proyectos con otros artistas ¿cómo surge la determinación de lanzar Basta de música?

En general, primero  hago las cosas y después las pienso, pero siempre confío en que el pensamiento estaba allí desde el principio, y solo me estaba dejando en paz para que pueda hacer de la manera más fluida posible.

Cuando toco en vivo, por ejemplo, armo una lista de temas un minuto antes de tocar. Después, al verla, descubro que tiene una lógica interna, como si la hubiera meditado muchísimo tiempo.

Así, la determinación que me llevó a hacer el disco fue sentir que tenía algo para proponer, y para agregar a la cornucopia de música que ya existe y existía. No quería sumar material a una especie de chatarra estelar, y solo porque puedo hacer un disco hacerlo. Realmente creo que un disco llega cuando podés, pero también cuando sentís que debés hacerlo, porque suma algo, despeja un lugar; y lo sentí ahora, y con este disco.

En esa línea, si bien pasaron 10 años desde mi último disco solista, durante todo ese tiempo estuve haciendo mucha música, tocando con otra gente, y poniendo muchas ideas en cada proyecto. Basta de Música no es para nada una acumulación de las cosas que fui juntando durante estos 10 años, y ahora descargué arriba de los escuchas.

De hecho los temas que conforman el material son todos muy recientes

Efectivamente, y además elegí aquellos que sentí como un torrente, como un río. Son todos temas muy frescos, los más viejos tienen 2 años nada más, porque reitero: si bien pasaron 10 años de mi anterior disco solista, no es que vengo acarreando temas, y todas aquellas melodías, ideas, armonías, etc. las fui utilizando en los diversos proyectos que realicé en el medio, desde los dúos, con Kiko, con Cabrera, etc, hasta la música que hice para teatro en Uruguay.

Ahora quería hacer un disco con ansias de perdurar y con ambición, que si bien es una palabra que no tiene buena prensa, entiendo que es importante a la hora de hacer algo público. Desde ya que hay otras maneras de hacerlo, a veces uno no tiene un afán de contundencia, sino que quiere marcar un momento de la vida, o mostrar un experimento, o una conjunción con otra persona, o un capricho.

También pienso, en retrospectiva, que todo aquel tiempo fue un poco intentar salirme de mí, sabiendo que es imposible, pero bueno, sumarme a otra gente, componer con otros, ponerme al servicio de otros, fue apostar por no ser yo solo el único mandamás de mi territorio.

Igualmente, como influencias seguramente hay algo de todos esos proyectos en Basta de música

Puede ser, aunque sinceramente, pensando en las influencias la que veo más clara es La Casa del Transformador, el programa de radio que hice en Gladys Palmera durante tres años, y paré para ponerme a grabar.

Es que si bien nunca se pierde la emoción y el deslumbre, también es cierto que con el tiempo uno ve todo más desde adentro,  ves a todos más como colegas, sin esa distancia con que uno ve todo al principio. Por eso creo que de las juntas que armé durante estos años, todas con gente que admiro fuertemente por distintas razones- desde próceres como Kiko Veneno, a compatriotas superpoderosos como Cabrera, o gente de mi generación, aunque de otros países y con otros matices, como Lisandro o Julieta Venegas- fui agarrando herramientas, pero agarrar aquí no significa solo sumar, a veces lo mejor, el crecimiento, es sacar cosas, porque eso permite que otras se puedan desperezar, estirar sus músculos y tomar una preponderancia nueva.

¿Desprenderse requiere mucha confianza?

Aquí no hay recetas, pero para mí la clave es la confianza. Uno tiende a pensar que se comienza tocando más o menos, o siendo medio torpe en el manejo de los múltiples elementos que supone la música, hasta que uno llega a tocar bien. Ese es un primer pensamiento, pero es amateur, porque lo que sucede, al menos a mí, es que uno empieza tocando mal, después pasa a tocar bien, y después pasas a un lugar donde ya no importa si tocás bien o mal. Eso implica laburo, cariño y confianza.

Después, supongo que para cada uno habrá maneras diferentes. Yo construí esto de hacer un disco ahora, y tener esta confianza, con el tiempo, con los años, y luego de muchos bemoles, por eso no puedo quejarme, ni lo hago, si otros consideran que la gente que me escucha no es la suficiente, a mí me alegra muchísimo poder hacer un disco junto a Antolín, o tomarme 10 años para hacer otro disco solista, y saber que va a haber un grupo de amigos desconocidos que conectan, y van a estar allí para sumergirse y ver qué hay ahí, confiando en mí, como yo confío en la música para decidir las letras, las armonías y demás.

¿Por qué, pese a esa confianza, Basta de música?

Como esta es la segunda entrevista que estoy haciendo, casi en tiempo real con el lanzamiento del disco, hay muchas cosas que estoy pensando a medida que van surgiendo las preguntas, así que la respuesta real, al menos ahora, es ¿a vos qué te parece? Voy a probar otras, pero esa es la verdadera.

Es eso probar otras respuestas, me gusta pensar que puede ser casi un oxímoron, porque aunque es un disco pensado desde una cosa cruda, austera y minimalista, tiene mucha música. De hecho, le saqué temas cuando lo tenía terminado, porque tenía como 4 temas más, y no es que se hacía largo en duración, pero sí me pareció que se hacía denso, hondo de más, y que con lo que había ya bastaba.

Obviamente, también tiene que ver con aquello de ir más allá de lo que es la canción, pero sin perder el cariño y la empatía con que hay que trabajar con la música. En general, quienes se arrogan estar en un lugar más allá de la canción y la música suelen hacerlo desde un lado mefistofélico, de pelarse con la canción, con la palabra, con el que te va a escuchar, y eso no tiene nada bueno.

¿Influyó esa confianza en la decisión de sentarte al piano?

Eso empezó con Roberto Carlos, que es el rey, un artista increíble. Hay un unplugged de Roberto, de hace muchos años, donde está su voz muy adelante, y en un momento él le explica al público que en la casa siempre compone en el piano, y que luego, como siempre lo acompañan grandes maestros, nunca toca porque le da pudor. Pero esa vez lo hace, se sienta y toca Detalles, y algún otro hitazo. Esa fue como una apertura.

Lo cierto es que en casa yo toco el piano, y luego, desde ya, confianza: son 11 temas, y en 9 toco el piano o algún teclado, antes que la guitarra.

Con la guitarra ya se para dónde ir y cómo volver, la amo, y la sigo tocando, pero en el piano me sale una cosa paleolítica que me interesa mucho, y no lo toco como si fuera un post Beatle, porque hay muchos panistas beatleros, que es un camino bastante natural para un músico de otro instrumento, para un guitarrista que se toca algún tema en el piano. Pensá en algo tipo Imagine, que es un do mayor, y le das, le das, y es precioso,  pero mi enfoque no fue ese, fue más en línea con pianistas que me deslumbran, como Hugo Fattoruso. Obviamente, estoy a años luz de tener la sinapsis que tiene Hugo cuando toca, pero lo curtí y lo entiendo, entonces puedo tener confianza.

Antes decías que Basta de Música es un disco minimalista, ¿por qué?

Yo creo que uno puede llegar a un estado elevado con la música aún si la música te hace bailar, también creo que hay poesía e inteligencia en un verso super estricto, como en una asociación libre. En este caso, que el disco sea minimalista no implica que sea frágil ni suave, porque uno suele asociar minimalismo a un disco realizado con una guitarra y un bongó, y este no es el caso, aunque estaría súper bien si así fuera.

Sí, al armar los temas, las letras, los acordes, y durante la producción, siempre pensaba más en lo que le estaba sobrando que en lo que estaba faltando. Esa fue como la directriz.

También creo que lo del minimalismo va por el lado de que el disco tiene algo selvático, algo tribal, así me lo quise imaginar: como una isla imaginaria. Martín Ibarburu, que toca bastantes temas en el disco, de hecho, me dijo: Suena como la música de una isla que nunca existió, o que yo no sé cuál es.

¿Tratando de descifrar ese origen lo escuchaste muchas veces desde el lanzamiento?

No. Ahí creo que me pasa lo que a la mayoría de mis colegas, cuando lo estás haciendo lo escuchás muchísimo, cuando lo estás mezclando lo escuchás hasta niveles rayanos con la insanía, entonces después ya está, ya lo sabés, tienen que pasar años para sentarte y escucharlo, y ahí es muy lindo porque te sorprendes con ciertas cosas, y también te das cuenta que aquellas a las que le dedicaste mucho tiempo, no recordás ni cuáles eran. Así que no. De hecho, tal vez con la cuarentena, antes que a escucharlo me ponga a germinar algunos de los temas que quedaron afuera, tal vez esa sea una opción.

¿Igualmente, por ahora, las presentaciones siguen en pie?

Sí, porque estaban pautadas para fines de abril, pero creo que se va a modificar todo, por ahora se mantienen, pero hay que estar atentos y esperar. Desde ya esto me genera cierta angustia, porque tocar por varios países, mostrar un disco nuevo, y con una banda renovada, implica mucho entusiasmo, pero bueno es simplemente posponerlo.

Igualmente, estoy preparado para la cuarentena, y para el ocio, pero tocar en vivo es algo que disfruto mucho, y creo que además en cada show pasan cosas. Hay músicos que son más de estudio, y que al verlos en vivo no pasa tanto, y obvio también al revés: bandas que uno tiene que ver en vivo, y en el disco cuesta, pero más allá de esos matices hay un grado de la musicalidad, del oficio de músico que te lo da tocar en vivo, te lo da viajar.

Yo como uruguayo agradezco horrores ser parte de ese grupo no tan numeroso de compatriotas que viajamos bastante, no sólo por lo lindo que es viajar a otros lugares, y que te esperen, que sepan tus canciones, que es precioso, sino porque hay una parte de la sapiencia en la música, del pararte dentro de ella, y de la confianza, que solo te lo da tocar en vivo. Así que agradezco muchísimo cada oportunidad, porque siento que crezco cada vez que viajo o doy un concierto.

Por todo eso creo que cuando todo esto pase va a haber música todo el tiempo, y tanto los músicos como el público vamos a estar muy abiertos a dar y recibir, así que en el horizonte lejano, pero en el horizonte al fin, creo que se vienen conciertos épicos.

Basta de Música” será presentado en La Plata (jueves 23/04 en Sala 420), Rosario (viernes 24/04 en el Complejo Cultural Atlas) y Buenos Aires (sábado 25/04 en el Teatro Xirgu – Untref). Lo acompañarán Martín Ibarburu, Matías Rada  y Nacho Mateu.