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Auroras boreales: el mejor espectáculo de la naturaleza

Cuando en el exterior todo es oscuridad y tranquilidad, de repente un destello de luz en el cielo llama tu atención. Primero pálido, luego más intenso y vibrante. Transformando la ausencia absoluta de luz en una poderosa muestra del poder de la naturaleza, las auroras boreales te hipnotizan y se hacen imposibles de ignorar. Lo […]

Cuando en el exterior todo es oscuridad y tranquilidad, de repente un destello de luz en el cielo llama tu atención. Primero pálido, luego más intenso y vibrante. Transformando la ausencia absoluta de luz en una poderosa muestra del poder de la naturaleza, las auroras boreales te hipnotizan y se hacen imposibles de ignorar.

Lo que resulta más extraño es el absoluto silencio que se produce mientras cascadas de luces verdes, violetas y rojas danzan en el cielo en armonía. Muchos las describen como un enérgico ballet sinfónico con el sonido apagado.

Las auroras boreales también se conocen como la aurora borealis, un nombre que recibió nada más y nada menos, del científico y astrónomo Galileo Galilei. Aurora por la diosa romana del amanecer, y Borealis en relación al nombre que los griegos daban al viento del norte: Boreas.

Por momentos parecen remolinos de colores que bailan en el cielo o rayos de luz proyectados en el espacio y, en otros, como grandes fisuras que se extienden en el firmamento. Estas manifestaciones lumínicas dinámicas suceden al norte del hemisferio norte, cerca del Círculo Polar Ártico. Las luces más fuertes se pueden ver justo debajo de los óvalos aurorales, dentro de un radio de 2.500 km alrededor de los polos magnéticos. Navegando cerca o hacia el Ártico, la posibilidad de ver las auroras boreales aumenta, aún más por encima de éste, a los 66 ° 33’N. Por esta razón los cruceros por el norte de Noruega y Svalbard ofrecen más posibilidades para verlas.

¿Cuándo pueden verse las auroras?

Técnicamente, las auroras boreales están presentes durante gran parte del año. Pero, simplemente no hay suficientes horas de oscuridad máxima para poder verlas durante los meses de verano, incluso por encima del Círculo Polar Ártico.

El invierno boreal se extiende desde los últimos días de septiembre hasta finales de marzo e incluso principios de abril . Durante este tiempo, el cielo ártico es lo suficientemente oscuro como para que la aurora boreal sea visible en las condiciones adecuadas. Siempre la actividad es mucho mayor cerca de los equinoccios en marzo y septiembre.

La mejor hora para “salir de caza” de auroras suele ser entre las 5 de la tarde y las 2 de la madrugada. Y hay que estar realmente atentos ya que no duran mucho tiempo, y solo se dejan ver por unos minutos hasta que vuelven a aparecer. Se considera que una buena “ráfaga” de luces puede durar no más de 15 a 30 minutos, aunque con algo de suerte pueden extenderse incluso horas. Pero hay un requisito indispensable, y es que el cielo esté muy oscuro, sin nubes, y dependiendo siempre de la magnitud del viento solar que ingresa a la atmósfera.

Muchos creen que aparecen cuando la temperatura es más fría, pero en realidad es que cuando el cielo está más despejado, la temperatura tiende a descender. Lo que si puede afectar la visibilidad cuando las auroras son tenues es la luz lunar. La luz brillante de la luna hará que sea más difícil la visión o inclusive que la anule. Sin embargo, si hay una aurora brillante incluso la podrás ver a plena luz de la luna. Esta es una de las razones por las que muchas personas busquen viajar específicamente durante épocas de luna nueva.

Lamentablemente nunca tendrás garantizado al 100% la posibilidad de verlas. Estar en el lugar correcto, en el momento adecuado durante el invierno al norte de Noruega, te da muchas chances para disfrutar de uno de los espectáculos más increíbles de la naturaleza.

Nadie debería ofrecer una promesa explícita para presenciar este fenómeno natural, pero si hay pronósticos disponibles. El índice Kp generalmente se considera el más preciso y es mucho más confiable que el pronóstico del tiempo. El Instituto de Geofísica de la Universidad de Alaska tiene un excelente sitio web que te permite ver la actividad prevista en todas las regiones aurorales. También hay aplicaciones disponibles que predicen donde y cuando ver las auroras boreales. La principal aplicación se llama Norways Lights para Android y iPhone.

El principal protagonista: el sol

La belleza sobrenatural de la aurora boreal cautiva a todos los que viajan o viven en las regiones polares. Como la mayoría de los fenómenos naturales, tiene una explicación física: son causadas por partículas cargadas eléctricamente que se originan por el sol, con alta energía ingresan a la atmósfera terrestre.

Tenemos que pensar que estas luces en el cielo se manifiestan desde que el mundo es mundo. E incluso están presentes cuando la gran cantidad de luz ambiental no nos deja verlas. Pero, ¿qué son y cómo se crean?

Durante siglos, la gente compartió historias y mitos sobre las auroras. Sin una explicación científica nuestros antepasados se vieron obligados a crear relatos fantasiosos que incluían dioses y monstruos variados. A través de estos relatos las luces del cielo fueron tan temidas como adoradas. A medida que nuestra comprensión del sistema solar aumentó, estas historias devinieron en mitos y leyendas. Hoy sabemos por qué razón se manifiestan, pero creemos que aún hay más por conocer.

Un poco más de ciencia: el espectáculo de luces que vemos desde la tierra es causado por partículas solares cargadas eléctricamente que ingresan a nuestra atmósfera desde el espacio a muy alta velocidad. El sol impulsa constantemente una corriente de partículas cargadas eléctricamente que llamamos “vientos solares”. La fuerza con que es expulsada desde el astro rey alcanza una velocidad entre 300 a 500 km por segundo, y en diferentes direcciones. Nuestro planeta solo recibe una pequeña fracción de las partículas del viento solar, ya que alrededor del 98% de estas partículas son desviadas por el campo magnético terrestre.

El pequeño porcentaje que logra filtrarse a través del campo magnético se concentran en los polos magnéticos, tanto del norte como del sur. Cuando estas partículas cargadas golpean los átomos y las moléculas en la zona alta de nuestra atmósfera se excitan, creando los anillos brillantes de emisión auroral alrededor de los polos magnéticos, norte y sur, conocidos como óvalos aurorales. A medida que vuelven a su estado original emiten colores de luces diferentes.

Los diferentes colores de las auroras

Debido a que la atmósfera de la Tierra está compuesta de diferentes átomos, como el oxígeno y el nitrógeno, y son estos átomos los que causan los colores que podemos ver, se excitan y se proyectan a diferentes niveles.

El color más común visto en la aurora boreal es el verde. Sucede cuando el viento solar golpea millones de átomos de oxígeno en la atmósfera al mismo tiempo. Se excitan durante un tiempo y luego vuelven al estado original, y es en esta instancia donde se presenta el color verdoso en el cielo.

El color rojo también es causado por átomos de oxígeno, pero en las partículas más altas en la atmósfera y que emiten una luz de menor energía. En realidad esta aurora siempre está ahí, pero nuestros ojos son cinco veces menos sensibles a la luz roja que al verde, por lo que no siempre podemos verla.

Cuando las partículas del viento solar golpean muy fuerte, y alcanzan a los átomos de nitrógeno, al momento de su descomposición emiten una luz de color púrpura. Este es un color bastante inusual de ver.

Algunas personas que viven en las zonas de auroras boreales, en particular las comunidades inuit (región ártica de América del Norte) afirman haber escuchado sonidos provenientes del cielo. Científicamente, no parece factible ya que el sonido no viaja a la misma velocidad que la luz. La aurora se encuentra a 100 km en el cielo, por lo que cualquier cosa que haga un sonido debería propagarse a la velocidad de la luz; de lo contrario, ocurriría tanto tiempo después del evento que no podríamos conectar ambos fenómenos.

Las auroras boreales y las auroras australes, norte y sur respectivamente, son imágenes especulares entre sí. Cuando no son visibles en el Círculo Polar Ártico en verano, lo son en la Antártida ya que allí es invierno. Es más popular la aurora boreal simplemente porque es más accesible a los viajeros, e inclusive porque hay habitantes en estas regiones. Durante el invierno, el continente antártico se rodea de una gruesa capa de hielo flotante, lo que hace que sea casi imposible llegar hasta allí. En contraste, la costa de Noruega, Alaska, el norte de Canadá, el sur de Groenlandia, Islandia y el extremo norte de Escandinavia y Rusia son áreas pobladas con muchas oportunidades para que los turistas puedan experimentarlas en vivo.

Ambas son visibles desde el espacio y los astronautas de la Estación Espacial Internacional tienen una visión de ambas auroras viajan alrededor del planeta. Pero la vista desde el espacio es mucho menos variable que desde la tierra.

Navegando entre las luces del ártico

La aurora boreal ha cautivado a la humanidad durante siglos y hoy siguen llamando la atención de los viajeros que se aventura rumbo al Ártico. Para quienes ya no disfrutan de viajar al estilo mochilero o de manera más extrema, una de las mejores opciones para verlas en la costa de Noruega, Groenlandia o Svalvard son los viajes en crucero en la época indicada.

Hacia el norte de Noruega, estos cruceros que navegan por la región durante todo el año, y lo hacen justo debajo de la “Zona Auroral”, el área con actividad auroral constante.  Además, de los 34 puertos que se visitan entre Bergen y Kirkenes, 22 están al norte del Círculo Polar Ártico, con muchas más oportunidades para verlas.

Entre septiembre a abril, la mejor época, la experimentada compañía Hurtigruten ofrece salidas todos los días. Algunas fechas también son temáticas, llevando a bordo un equipo de científicos y profesionales que te ayudan a comprender y a disfrutar al máximo este fenómeno natural. Sin dudas, una de la mejores manera para apreciarlo.

Existen algunas promociones para viajes en fechas determinadas (época de auroras) que ofrecen la garantía de presenciarlas en un cruceros de 12 días, y en caso que la naturaleza se revele, es la compañía quien te dará en compensación otro viaje clásico de 6 o 7 días sin cargo.

Lo que sí está garantizado, es que todo aquel que tenga la oportunidad de presenciar este espectáculo, lo guardará entre los mejores recuerdos durante toda su vida.

Foto: Auroras en Alta, Noruega, de Jan Hvizdal / Hurtigruten Expeditions