Escultor, pintor, diseñador y arquitecto, representante argentino en 14 bienales internacionales de arte, multipremiado y polifacético, Ad Infinitum ofrece la oportunidad para disfrutar el trabajo de Jacques Bedel, y descubrir las diferentes etapas de su carrera, a través de un importante conjunto de obras que dan cuenta de ciertas preocupaciones filosóficas casi constantes plasmadas en materiales tan disímiles como la fotografía, la pintura o los objetos.
La creación y el universo, la investigación del espacio plástico, los límites del conocimiento humano, las figuras del poder, la elocuencia de los residuos arqueológicos y de los paisajes vacíos, el infinito, el tiempo y la divinidad, son algunas de las preguntas con las que Bedel acosó a sus materiales, generando un universo diverso y absolutamente personal que hoy desde Ad Infinitum interpela al espectador.
“Para nosotros es un honor albergar esta muestra, a la que calificaría como antológica ya que Rodrigo Alonso, su curador ha reunido un conjunto de obras que fueron hitos en los 50 años de carrera de Bedel,” le cuenta a Palabras Patricia Pacino, directora de Maman Fine Art.
“En la muestra se pueden ver obras que dan cuenta de sus inicios, cuando junto a Benedit y Grippo, entre otros, integró el grupo CayC, que conectó el arte con la ciencia a través de novedosas experiencias tecnológicas, y fue decisivo en el desarrollo del conceptualismo argentino; y también otras pertenecientes a etapas posteriores, donde, siempre bajo la constante de la investigación, tuvo la capacidad de trabajar sobre materiales que eran impensados para el arte, como el polietileno, o los materiales industriales; hasta llegar a la fotografía tridimensional, que es el eje de su obra actual”.
Para Pacino, de alguna manera, ese recorrido enfrenta al público con dos poéticas: una más etérea, que desde la investigación de los materiales inusuales se conecta con su producción actual, y otra marcada por la obra escultórica de Bedel, un trayecto “contundente”, plagado de relieves sobre cemento o hierro electrolítico, vinculadas a partir de la mirada particular del artista.
“El hilo conductor siempre es el por qué, el para qué. ¿Cuáles son las respuestas a esos interrogantes? No lo sé, las sigo buscando”, expresó Bedel durante un la presentación de la muestra, confirmando que la incertidumbre ha sido el gran motor de su trabajo tanto en Los Crímenes políticos, sus fotomontajes de 1973, como en Los dueños del mundo (1995), los 10 bustos de cemento que atestiguan su paso por los grandes formatos, o en Argos y Alter Ego, de 1970, que constituyen solo algunas de las instancias imperdibles dentro del recorrido propuesto en esta muestra.
“Ad Infinitum es una propuesta muy potente, y ha sido muy bien recibida por el público, hace tiempo que Bedel no realizaba una expo abarcando todos sus períodos, y hay muchas personas que no conocen toda su trayectoria, y se asombraban por las etapas que abarca, especialmente los artistas jóvenes quienes descubren un cuerpo de obra muy nutricio, que alimentó y alimenta a sucesivas generaciones, y en el que, por ejemplo, encuentran trabajos donde la piedra es protagonista, una estética presente en obras muy recientes, sobre la que Bedel trabajó ya en los 70”, agrega Pacino
“Estoy convencida que para hablar de arte contemporáneo no solo debemos mirar aquello que realizan los creadores emergentes, sino también la obra de consagrados como Jacques Bedel, un artista que durante 50 años ha hecho de la innovación una constante”, concluye la galerista.
Ad Infinitum, se puede visitar en Mamam Fine Art / Buenos Aires, Av. del Libertador 2475 hasta el 21 de julio de 2017, de lunes a viernes de 11 a 20 hs y los sábados de 11 a 15 hs.
Breve biografía del artista
Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1947. En 1965 estudió Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires; Al mismo tiempo comenzó su trabajo autodidacta como plástico, sin asistir a las escuelas o talleres. En 1968 ganó la medalla de bronce del Premio Braque y obtuvo una beca para estudiar en Francia. En 1974 recibió una beca del British Council para estudiar escultura en Londres y en 1980 obtuvo la Beca Fulbright para realizar investigaciones en el Centro Nacional de Astronomía e Ionosfera de la Universidad de Cornell en Nueva York y la NASA en Washington DC
En 1972 se incorporó al Grupo CAYC, fundado por Jorge Glusberg, junto con Luis Fernando Benedit, Víctor Grippo, Leopoldo Maler, Vicente Marotta, Luis Pazos, Alfredo Portillos y Clorindo Testa, entre otros.
Fue invitado a participar en 14 bienales internacionales de arte, incluyendo la Bienal de Venecia en 1986 y 1999, y participó en más de 450 exposiciones en Argentina y en el extranjero. Sus exposiciones individuales más importantes incluyen: Ficciones (Ficciones) en el Centro Cultural Recoleta, en Buenos Aires, 2005, y Aproximaciones (Aproximaciones) en el Museo Nacional de Bellas Artes, 2008-2009.
Recibió 45 premios nacionales e internacionales, entre ellos la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de las Naciones Unidas en 1975, el Gran Premio de la Bienal de São Paulo en 1977 junto con el Grupo CAYC y el Gran Premio de Honor en la I Bienal Internacional De Montevideo en 1980.
Sus obras forman parte de colecciones privadas y museos tanto en Argentina como en el extranjero. Jacques Bedel vive y trabaja en Buenos Aires.