Kirk Douglas, quien continuó actuando ocasionalmente después de superar un derrame cerebral en 1996 que le impedía hablar, murió el miércoles en Los Angeles, rodeado de familiares, informó su hijo Michael (75 años) en un comunicado.
«Para el mundo era una leyenda, un actor de la época dorada de las películas, un humanista cuyo compromiso con la justicia y las causas en las que creía establecieron un estándar al que todos aspiramos», destacó Douglas hijo en Instagram.
Obtuvo su primera nominación al Oscar interpretando a uno de los antihéroes de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial: el boxeador despiadadamente ambicioso en el drama de 1949 `Champion’.
Luego recibió nominaciones al Oscar por sus actuaciones como magnate oportunista en el drama de 1952 `The Bad and the Beautiful’ y como atormentado artista Vincent van Gogh en el drama biográfico de 1956 `Lust for Life’.
«Nunca sentí la necesidad de proyectar una determinada imagen como actor», escribió en `The Ragman’s Son’, su exitosa autobiografía de 1988. «Me gusta un papel estimulante, desafiante e interesante de interpretar. Es por eso que a menudo me atraen los personajes que no son agradables».
Nunca fue un fanático del sistema de grandes estudios de Hollywood (comparó el contrato estándar de siete años con la esclavitud). Douglas lanzó, incluso, su propia compañía de producción independiente en 1955.
Con el nombre de su madre inmigrante, la Bryna produjo una serie de películas que protagonizó Douglas, incluida la histórica proclama contra la guerra del director Stanley Kubrick, `Paths of Glory’ (`Patrulla infernal’, en la Argentina).
Como productor ejecutivo de `Spartacus’, Douglas ayudó a poner fin a una lista negra al darle el crédito de pantalla al escritor Dalton Trumbo, bajo su propio nombre, en la epopeya del Imperio Romano de 1960 que protagonizó Douglas como líder de la revuelta de esclavos-gladiadores.
En reconocimiento a una carrera que abarcó más de 60 años y más de 80 películas, Douglas fue honrado, muy tarde, con numerosos premios importantes, entre ellos un Oscar honorario por sus «50 años como fuerza creativa y moral en la comunidad cinematográfica».